ciento diez

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—Min, ¿Qué hago si mi híbrido me dice que quiere tener hijos?

Le das duro para que hasta su tía abuela quedé embarazada.

— ¡Seungmin! ¡Esto es serio! A ver ... Estoy encerrado en el baño de una heladería con mi novio maullando afuera porque está preocupado porque entré en pánico porque soy muy joven para ser padre ¡Pero no lo puedo decir que no a Changbin!

Hubo un momento de silencio.

Minho creo que ya tuvimos una charla telefónica que fue algo parecida a esto... Ya lo hiciste con Changbin, pasaron por mucho, están bien enamorados y felices-

— No estoy listo para tener hijos ahora, soy muy joven y en casa me esperan un caniche, un hurón, un conejo... Y Mingyu.

Explicaselo a Changbin no a mí, idiota, cuando yo sea la madre de tus hijos me vienes con tus babosadas, pero hasta entonces tengo otras cosas que hacer.

Minho suspiró, asintiendo en el cubículo del baño.

— ¿Entonces solo lo miró y digo que no? — preguntó el castaño, sentía las manos sudadas.

Quería mucho a Changbin, lo amaba y lo conocía perfectamente como para saber que su gatito se pondría triste por negarse a tener hijos.

— Espera, Changbin no es fértil — se dió cuenta el humano, sintiéndose un idiota —. No aún, no está desarrollado, es un bebé.

Claro que lo es, Minhonnie.

— ¿Crees que si él lo desea de verdad se haría fértil? ¿Y tendría sus celos desesperados y todo?

Mmm... No lo creo, las hormonas no se crean por medio de deseos. Quizás si él en serio quiere y te insiste, unas sesiones de hormonas femeninas con el veterinario y su consentimiento podrían ayudarle a terminar el desarrollo de ya sabes... La fábrica de bebés.

— ¿Tú crees que eso se pueda? Digo, ¿Que las sesiones de hormonas funcionen para algo?

Las personas trans hacen eso y les sale muy bien, sip, hermosamente bien.

— Hasta entonces tengo tiempo — Minho suspiró con alivio, se había puesto muy nervioso con la idea de tener hijos, él era un fracaso cuidando de sí mismo, ya había fallado muchas veces en cuidar a Changbin, quizás si tenía un hijo se lo dejaba olvidado en el hospital el dia de su nacimiento y ahí si estaría hasta la mierda de desgracias —. Ay, que bueno que no puedo ser padre...  Ya se me había olvidado lo de Changbin.

Estás raro, Minho, ¿Qué mierda te pasa?

Minho negó, encogiéndose de hombros.

— No sé, siento como si hubiera pasado mucho tiempo... Como si fueran cinco meses y dieciocho días... y me haya olvidado de las cosas.

Curioso... Yo me siento igual.

— Al menos no estoy sólo, bro.

Conmigo nunca estarás sólo, bro.

Escuchó que tocaban la puerta, y antes de gritar "Ocupado" Changbin hablo, desde el otro lado:

— ¿Minhonnie? ¿Estás ahí?

— Sí, Binnie, ya voy, bebé. Adiós, Min, en cuanto puedo voy al hospital con una cerveza para tí.

Adiós, perra, espero verte pronto.

Colgó sin mucha importancia y salió del cubículo del baño, viendo a Changbin con sus orejitas bajas y un pequeño puchero en sus labios, su cola se movía con fuerza y cierto enojo.

— ¿Qué pasa mi bebé? — tomó sus orejitas de gatito con delicadeza y las frotó con sus pulgares en pequeñas caricias.

— Te estabas tardando y... Una mujer me miró medio feo en cuanto te fuiste, después pasó con un hombre y los dos me miraron mal.. me dió miedo y vine a buscarte.

— Oh, Binnie~ — Minho lo abrazó, dejando que el híbrido se acomodara en su pecho —. Estás a salvo, nadie te hará nada, nunca más, y las miradas no matan, si se te acerca rasguñala a la muy perra.

Changbin rió y se sintió mejor luego de eso, Minho dejó un beso en su nariz antes de ir hacia sus labios.

Tomó su mano y salieron de la heladería para continuar su paseo, sin querer regresar a casa.




Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora