"me dijeron que doy mala suerte"
Dónde Changbin es un adorable híbrido de gato negro y tiene miedo de darle mala suerte a su lindo dueño, Minho.
๑Esta historia NO me pertenece, todos los créditos correspondientes a @Junchi95.
๑Gracias por permitirm...
— Oh, sí, si quiero — Changbin sonrió como un niño, mostrando sus encías, a Minho le parecía adorable.
Iban de la mano y con libertad por las calles, sin un gorro que escondiera las lindas orejas sobre su cabecita, que se movian cada vez que el viento las rozaba un poco fuerte y lucian extremadamente adorables.
La ciudad se había vuelto el orgullo de la Organización a Favor de los Híbridos a un nivel nacional, siendo la primera en estar prácticamente limpia de cualquier crimen hacia los híbridos, aún encontraban uno que otro centro de trata pequeño, pero muchos de "los malos" estaban rendidos a seguir porque toda la ciudad estaba controlada.
Entraron a la heladería donde Minho siempre solía comprar el helado que le llevaba a su gatito, Changbin miró todo con curiosidad y sus ojos brillaron al encontrar paletas con distintas formas y colores junto al mostrador.
Desde una huella de gato, una cerda rara, un coso amarillo con anteojos y su favorita, una con una forma de pescado que lo hizo ronronear con verla.
— Minhonnie, quiero ese — señaló al divertido pescadito en paleta.
Minho asintió, intentando reducir su sonrisa de tonto por lo adorable que era su lindo novio.
Terminó de pagar y se sentaron en un sillón dentro de la heladería, mientras Changbin intentaba averiguar la mejor forma de comer su paleta, era lo suficientemente dura para masticar la pero ya se le habían congelado sus colmillitos con la primera mordida, así que se dedicó a terminar de lamerla con su áspera lengua.
Mientras, Minho miraba su helado intentando no pensar en cómo la crema en los labios de Changbin parecía otra cosa.
Unos pequeños pasitos lo distrajeron y notó a un niño ir hacia ellos, específicamente hacia Changbin, mirando con asombro sobre los cabellos del híbrido a sus orejas, que se alzaron hacia él al captar su atención, el niño abrió su boca lo más grande que pudo, sorprendido.
— Tienes orejas, ¿Por qué tienes orejas?
Changbin ladeó su cabeza, sin entender la emoción.
— ¡Bebé! — la madre del niño se acercó para tomar su manita los miró con una sonrisa vergonzosa e hizo una reverencia a modo de disculpa —. Ven, que tienes que elegir tu helado.
— ¡Mami, mami! ¡Tiene orejas! ¡Cómo Bigotes!
— Lo siento, es la primera vez que ve un híbrido — se disculpó la mujer mirando a Changbin, quien negó.
— Oh, no hay problema, es lindo — dijo el pelinegro y sonrió sutilmente.
— ¡Habla, mami, habla!
— Junnie, ya — la madre tuvo que alzarlo para que el niño se quedara quieto —. Ama mucho a los gatos...
— Le debe parecer bonito — dijo Minho, mirando a su lindo novio, sonrojado por la situación.
La madre sonrió también puesto que estaba de acuerdo y le parecía más tranquilo que entendieran a su niño y no lo tomaran mal.
Changbin lo saludó con su mano, sonriendo apenas y mostrando un poco sus pequeños dientes y los colmillos presionando su labio inferior ligeramente, el niño devolvió el saludo, aún fascinado.
La madre volvió a hacer una reverencia hacia él y se llevó al niño de vuelta al mostrador para pedir su helado e irse, dejando a Changbin igual con una sonrisa y un rubor fuerte e inesperado para Minho, quién después de unos segundos de notarlo así, preguntó con una sonrisa:
— ¿En qué piensas, Bin?
— En que me encantaría tener un niño.
— Tenemos a Soonyoung, Seokmin y Hansol, ¿Cuantos más quieres?
— Minho, no seas tonto — Changbin rió, negando.
Minho lo miró sin entender.
— ¿El qué?
— Quiero un niño, contigo, tener un hijo, ya sabes... De los dos.
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