ochenta

353 52 0
                                    

El pie se estrelló con fuerza contra el estómago del tembloroso híbrido, ya no tenía aire en sus pulmones para que escapara, pero tosió débilmente, algunas gotas de sangre escaparon de su boca.

— Pa-Para... — murmuró con dolor y en un tono débil— P-Por... Favor... P-Para...

— ¿Por qué? ¿Quién mierda te crees para decirme que puedo parar? — SeungKwan tomó sus cabellos y lo obligó a mirarlo, los grices y apagados ojos de Changbin dejaban fluir lágrimas constantes, y también pequeños sollozos de dolor — ¿Crees que mereces que yo pare? ¿Después de todo lo que hiciste?

Lo dejó caer, el híbrido ya estaba débil y por más que colocó una mano para no golpearse eso no pudo frenarlo, con un temblar quedó en el suelo, entre lágrimas con sangre en sus labios.

— Eres una basura, una porquería... Éramos muy felices con Minho y tenías que venir a arruinarlo todo, a cambiarlo y a hacerle creer que toda esa porquería que tienen es amor...

—M-min-ho... — murmuró Changbin, llamando a quien en el fondo sabía que no iba a escucharlo.

— Ustedes son unos fenómenos de la naturaleza... Un invento de la evolución y un asco de personas — continuó el peliazul, rojo de furia —. Y vienes a contagiar a mi Minho con esos discursos naturalistas e igualitarios de algo que ¡Nunca será igual! Lo de ustedes no es amor, nunca lo será, es un capricho mugroso y enfermizo echo de zoofilia y perversión. ¿Crees que mi Minho era uno de esos enfermos? ¡No! ¡Él era una persona sana y perfecta y echo para mí!

— Min... Ho...— su voz sonó aún más débil que antes, sentía que le costaba respirar, le dolía, sus ojos se le cerraban.

— ¡Deja de llamarlo! ¡Él no vendrá nunca por tí! — SeungKwan se mantenía alejado porque no quería seguir golpeándolo, el híbrido ya estaba demasiado mal —. Voy a hacer que nunca te encuentre, Changbin, pero no te voy a dar el lujo de morir porque voy a hacer de tu vida una tortura, pequeña puta.

SeungKwan suspiró, sus manos temblaban de furia, tomó su celular y marcó el único contacto de la única persona que podría evitar que terminara matando a un híbrido a golpes, de nuevo.

— Mingyu, ven, mi oficina, antes de que lo termine de matar — no lo dejó responder, simplemente cortó.

Volvió la vista a Changbin, el híbrido estaba en el suelo, totalmente rendido, temblando y respirando con dificultad mientras seguía llorando bajo y de forma débil.

— Te odio — le dijo el peliazul, con la voz cargada de furia.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mingyu entró corriendo al ver al gatito en el suelo, estaba inmóvil.

SeungKwan caminaba nervioso de un lado al otro, pateando las paredes o los muebles cada tanto, para apagar su furia.

— SeungKwan...

— No está muerto, no lo golpee lo suficiente, es un debilucho.

— No lo creo...

Mingyu tomó al híbrido en brazos, la cabeza de Changbin calló hacia atrás totalmente floja, al igual que todo su cuerpo, el hombre lo abrazó más contra sí para mantenerlo cerca y un poco más estable.

— Está respirando — murmuró SeungKwan.

— Dejará de hacerlo... Está muy mal.

— Déjalo en su cuarto y que se joda.

— Necesita un veterinario.

— No le voy a pagar uno de esos a una porquería sin valor como esa — lo miró con desprecio —. Sácalo de aquí, por Dios, no quiero verlo.

Mingyu apretó la mandíbula, lo cargó en brazos y salió de la habitación.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Manejó aguantando las ganas de llorar hasta el veterinario, mirando con miedo al híbrido en los asientos traseros.

— Changbin... Changbin, mantente vivo, ¿Sí? Respira, que voy a ayudarte.

Escuchó un murmullo ahogado como respuesta.

Marcó las ruedas en el cemento al frenar frente al consultorio del veterinario, bajó del auto y cargó a Changbin como el muñeco de trapo que parecía, corriendo hasta dentro del lugar.

El veterinario lo vió y lo reconoció de otros casos similares.

— Ayúdalo, por favor — rogó, su voz sonó quebrada.

El veterinario asintió y lo mandó a entrar a las salas traseras, donde tenía la camilla metálica y un poco más de medicamentos, dejando a Changbin allí.

El híbrido apenas pudo ver al veterinario un segundo, pero fue suficiente para reconocerlo, le pidió internamente que llamara a Minho y que lo salvara de aquello.

Pero sus ojos fueron hacia atrás, y por más que se esforzó, que las voces y gritos fueron acallando mientras el mundo se ponía negro, no pudo hacer nada.






¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora