ciento uno

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—Así que trabajabas para SeungKwan — Minho apretó sus puños al decir ese nombre, viendo al moreno, un hurón de peleje claro correteaba por su cuerpo y ropa, haciéndolo reír con diversión, Changbin ronrroneaba, sentado en su regazo, siendo distraído por el hurón que cada tanto le lanzaba ruidos que por la expresión de Changbin, eran de burla —. Sabes, sí, ahora te recuerdo de cuando me devolviste a Binnie, la verdad olvidé muchas cosas de ese día, sólo podía pensar en él y en protegerlo, disculpa no reconocerte antes.

Mingyu se encogió de hombros.

— No te molestes, es entendible. Sé que mí consejo funcionó, ¿Verdad?

— Algo así — murmuró Minho —. No hablamos de eso, pero ya pasó.

Mingyu asintió.

— Y desde que SeungKwan se suicidó, damos eso como finalizado, la verdad. Hubiera querido que se pudriera en la cárcel pero... — Minho se encogió de hombros —. Creo que en un momento razonó y supo que eso no tenía sentido, y la locura solo lo iba a consumir, y que era mejor matarse antes de seguir escapando de algo que era inevitable.

— Sabes, él antes no era así — Mingyu se acomodó un poco más en el sillón —. Cuando yo empecé a trabajar con su padre, él pasaba mucho de la mafia, nunca estaba allí, y por lo que me confesó años después, se enamoró de un híbrido también, claro que él lo dijo como que "Había caído en lo innatural y lo que más odiaba" ... Pero le entendí, las cosas no terminaron bien.

>> Su padre al parecer se enteró, y como castigo le hizo matarlo, le contó un montón de mentiras haciéndole creer que el híbrido lo engañaba, que no lo amaba y que básicamente era una zorra más, y se molestó mucho con él, hasta que lo mató a golpes.

>> Después de eso algo se rompió en él y se convirtió en lo que viste y que conoces — Mingyu suspiró —. No me da lástima en realidad, eso también me cambió a mí y desde entonces empecé a ayudarlos a escapar, porque ninguno merecía sufrir eso.

>> Me asusté mucho por Changbin en verdad, considerando tu historia con él, y la verdad nunca me arriesgué tanto por un híbrido, pero no me gustan las víctimas.

— Eres muy noble, Mingyu — Minho sonrió ampliamente.

— Soy normal, más malo que bueno al final de todo — murmuró el mayor —. Tengo suerte porque vieron que era al revés y me mandaron trabajo voluntario en vez de cárcel por ser su cómplice, por eso estoy aquí... Lo que me recuerda, si no es mucha molestia, necesito que firmen unos papeles en el juzgado para notificar que estoy cumpliendo.

— Claro que sí, Mingyu, y eres más bueno de lo que aceptas ser — Minho asintió y Changbin maulló con aprobación —. ¿Quieres conocer a los híbridos que tenemos por ahora?

— Claro — Mingyu sonrió con emoción.

— El que está metido en tu campera es Hansol — dijo Minho, y el hurón se asomó por una de las mangas del abrigo de Mingyu, saltando fuera y cambiando a un muchacho joven, rubio y quién le dedicó una adorable y confiada sonrisa de dientes algo torcidos —. Los otros dos están arriba.

Minho se levantó del asiento y guió al más alto hasta la planta superior, dejando a Changbin y a Hansol jugando en la sala.

— Como sabrás, los tutores aquí somos Changbin y yo, técnicamente, hasta tiene un certificado de la Organización con una foto de él como un gato — Mingyu rió —, pero es un bebé, así que parece que estoy solo, es bueno que hayas venido.

En el dormitorio de los niños, había un perro caniche blanco y muy peludo durmiendo.

—Él perro es Seokmin y el otro- ... Momento— Minho miró a toda la habitación —. Había otro más... Mierda ¡Soonyoung!

El perro despertó de golpe y alzó las orejas, detrás de él y algo camuflado entre su blanco pelaje, había un conejo pequeño e igual de blanco.

— Ahí está Soonyoung — Minho sonrió de forma cariñosa—. Son hermosos los pequeños, ¿No crees?

Mingyu rió por su tono al sentirlo algo forzado, pero sabía que en realidad finjia, por más que fueran unos revoltosos como suponía de unos híbridos tan jóvenes, no debían pasar de los quince años ninguno de ellos.

La madurez de los híbridos era mucho más tardía que la de los humanos, y aunque crecieran y maduraran, mantenían razgos que podían tomarse infantiles pero era por su naturaleza animal, como el juego, la hiperactividad, la fuerte necesidad de afecto, y muchas veces, de alguien adulto que los aconsejara y guiara hasta que ellos tuvieran el camino claro y seguro.

"Son unos bebés."

— Muy hermosos — dijo Mingyu con honestidad, y en su interior, ya estaba amando ese trabajo, y por dentro se dijo que era para lo que de verdad estaba en el mundo para hacer.






— Muy hermosos — dijo Mingyu con honestidad, y en su interior, ya estaba amando ese trabajo, y por dentro se dijo que era para lo que de verdad estaba en el mundo para hacer

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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora