diez

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Incluso en casa, Changbin no podía sacarse esa sensación fea del pecho.

No sabía que los celos podían durar tanto.

Aún sin cambiar a su forma humana, siguió a Minho por todo el departamento, maullando para que le diera atención.

—Ya, Changbin, para— masculló Minho, cuando el gatito comenzó a pasar por entre sus piernas haciéndolo tropezar, aunque el minino no le hizo caso.

Hartado, tomó al gatito maullante e intentó callarlo de la forma que siempre le funcionaba, dejando infinitos besos por toda su cabecita, se apartó con una sonrisa, esperando que Changbin saliera corriendo avergonzado como solía hacer siempre, pero en cambio, alzó sus ojos grises hacia el humano.

Miau.

Minho rodó los ojos, soltando un suspiro cansado.

— ¿Ya no huyes? — Changbin lo miró—. Bien, ya verás.

Se acercó al sofá, sentandose y con Changbin sobre su regazo.

— ¿Cambias para mí, gatito? — preguntó Minho, acariciando sus orejitas, sonriéndole de forma encantadora, y Changbin no pudo no obedecer.

El castaño sonrió un poco más al ver al lindo chico con orejitas y cabello revuelto totalmente ruborizado.

Bajó su mano del cabello de Changbin hacia su pálida mejilla, para acercar sus rostros y dejar un beso sobre sus labios, sin más que un contacto, sin moverse.

Esperando que el gatito reaccionara, Minho se apartó para sonreír con victoria.

Pero Changbin seguía sin moverse, mirándolo con ojos brillantes, que se movían nerviosamente de los ojos de Minho hacia sus labios.

Changbin se sentía raro, pero ya no le parecía malo, los besos de Minho habían hecho que los celos que quedaban se fueran, pero había dejado una extraña emoción en su pecho.

— ¿Nada? — preguntó Minho, viendo que el minino seguía igual.

Tomó el rostro de Changbin de nuevo, para juntar sus labios otra vez, moviendo sus belfos lentamente sobre los finos y suaves labios de su gatito, quien no sabía cómo responder.

Minho nunca lo había besado así.

Cerrando sus ojos para hundirse en el beso, Changbin abrió un poco sus labios, dejando que la lengua de Minho entrara en su boca, recorriendo su interior, dominando completamente sobre su inexperta y razposa lengua que intentaba reaccionar.

Aún sin los resultados esperados, Minho continuó besándolo profundamente, esperando que Changbin hiciera lo suyo.

No supo cuanto tiempo estuvieron así, cortando el beso para dar una rápida bocanada de aire y después seguir, pero luego de eso Changbin seguía sin cambiar a su forma gatuna, aunque si parecía completamente avergonzado.

Y muy lindo a ojos de Minho.

Con el rostro completamente ruborizado, los labios hinchados y temblando ligeramente, mientras sentía su corazón golpear su pecho, acelerado por aquello, Changbin sentía que podría desmayarse de todas las emociones que corrían en su interior.

— Mi gatito ya está grande— dijo Minho, en tono cariñoso, acariciando su mejilla y parte de su cabello, haciendo que Changbin ronronear bajo—. Ya no cambia y sale corriendo a esconderse.

Changbin se acercó a él para abrazarlo, acomodando su cabeza cerca del hombro de Minho, se sorprendió un poco cuando escuchó el corazón también acelerado de su humano.

Minho le devolvió el abrazo, sin dejar de acariciar su cabeza, con una sonrisa en el rostro.

— Y Seung dice que Felix es el más suave... Tu pelo es el más lindo— dijo, haciendo que una pequeña sonrisa apareciera en los labios de Changbin—. Eres lo más lindo de mundo, Bin.







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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora