Bad Luck (MinBin)

sesenta y seis

— Puta mierda... Todo es una puta mierda.

— ¿Ahora qué te pasa, SeungKwan? Eres muy pequeño para estar tan enojado.

— Este pequeño puede mandar a alguien a darte una puta golpiza, Mingyu, piensa dos veces.

— Sí, mandar a alguien, porque con esas manitas no podías ni sonarme un dedo, flacucho.

El peliazul pensó en mandarlo a la mierda de nuevo, pero el muchacho era tan fanático de la discusión como él, y no quería perder el tiempo, hizo un movimiento con su mano para restarle toda importancia a su presencia.

— ¿Ya descubrieron quién mierda se encargó en dejar en cenizas nuestro centro?

— El inútil de Jungwoo — respondió el pelinegro—. Se durmió con un cigarrillo encendido.

— Maldito idiota.

— Ya se encargaron de él, ya sabes, tu padre actúa rápido con los inútiles.

— Otro más para la zanja — comentó el peliazul, tomando un cigarrillo encendiendolo, antes de ir a sentarse en su sofá individual, enfrentado a Mingyu —. Pero enterrarlo no hace que se entierren las noticias, ese tipo nos jodió.

Mingyu asintió.

— Tu padre ya estaba sacando los millones del banco para callar a testigos.

— Mí padre es un idiota — dió una calada a su cigarrillo y dejó salir el humo con lentitud por su boca —. Tiene como treinta denuncias y algún día el dinero no va a poder callar a todas.... Y ese incendio lo empeora.

— El terreno estaba a su nombre.

SeungKwan asintió, dió otra calada.

— Maldito viejo estúpido, le dije que tenía que poner nombres falsos... Cuando me encargue del negocio no va a pasar estas cosas.

— Si es que no nos descubren todo el círculo antes.

— No mientras yo viva.

Mingyu alzó sus cejas.

— Te notó algo tenso, ¿Que pasó Kwannie?

— Fui a hablar con Minho... Está saliendo con un puto híbrido, Mingyu, esto parece una puta broma... Tan bien que folla el desgraciado y está con ese bicho.

>> ¿Sabes si Doyoung está muy ocupado?

— ¿Vas a mandarle un sicario, SeungKwan?

— Quizás... Pero sabes, vi a ese Changbin en su forma humana y es bastante lindo, sería un buen negocio para la casa — rió de forma sádica —. Sí, qué buenas ideas me das, Mingyu, y yo que ya decía de envenenarlo o algo.... Voy a hacerlo pagar por robarme a Minho.