cuarenta y uno

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—¿Jueves quince a las cinco de la tarde, le parece? — ofreció el veterinario, Minho asintió.

— Si, está bien— dijo el castaño.

— Bien, anotaré su turno— dijo el hombre—. ¿Cómo se llama el híbrido?

— Lee Changbin.

El hombre asintió, anotando el nombre de quién sería su paciente en unos días.

— Bien, el procedimiento para saber si Changbin es fértil o no es muy sencillo e indoloro— dijo, colocando la tapa a su bolígrafo—. Es una simple ecografía, lo único que tiene que hace es retener la orina por unas dos horas antes de la misma para que la vejiga presione el útero y pueda verse en la imagen... Si no tiene útero no se verá nada y Changbin será infértil... Si aparece, pues, ya sabe.

El castaño asintió, la visita al consultorio del veterinario no duró más que eso, el hombre le pasó su número telefónico por cualquier cosa que ocurriera y Minho regresó a su departamento.

— ¡Binniee! Ya conseguí cita con el vet- ...¡BIN! ¡Después me besas con esa boca, por favor!

El gatito negro bajó su pata trasera para mirarlo, deteniendo el baño a sus partes íntimas, su rosada lengua había quedado afuera de su boca sin querer, haciéndolo lucir adorable.

Minho suspiró, frunció el ceño.

— Changbin, cambia para mí— le pidió, su novio obedeció, el muchacho pelinegro con adorables orejitas entre su revuelto y algo rizado cabello lo miraba de la misma forma que el gatito lo había echo segundos antes—. Vamos al baño, bebé.

Minho tomó el cepillo de dientes de Changbin, colocó algo de pasta dental en este y se lo entregó, el otro lo miró con pocas ganas, pero lo tomó por la insistencia del castaño.

No le gustaba cepillarse los dientes, principalmente porque esa pasta con sabor a menta hacia que le ardiera la boca.

— Binnie, creo que ya he hablado contigo de que debes bañarte como humano, no puedes pasarte la lengua por todo el cuerpo así nomás.

Changbin frunció el ceño, escupió la espuma de la pasta en el lavamanos.

— Lo seguiré haciendo igual— dijo.

Minho suspiró con algo de fastidio, tomó la toalla junto al lavamanos para limpiar los restos de pasta dental de los labios de Changbin.

— Quítate la ropa.

Changbin se ruborizó.

— ¿Q-qué?

— Vas a bañarte, Changbin— dijo el castaño, con una sonrisa —. Ahora.

Las orejas de Changbin se alzaron, su cola se erizó.

— ¿Con a-agua?

— Con agua.

Changbin comenzó a negar.

— ¡No quiero! ¡No me gusta!

— Changbin no grites— Minho pateó la puerta, cerrándola de golpe a sus espaldas, sabiendo que su híbrido se escaparía.

Changbin quiso huir, pero los brazos de Minho lo retuvieron, se agitó para liberarse.

— No, no, no, no.... Miauu~ ¡Miau!— comenzó a maullar de forma lastimera.

— Oh, vamos, Changbin eres un exagerado— Minho lo sostuvo con fuerza por los lados, separándolo de él— ¿Vas a obligarme a tener que hacerlo yo?

Los ojitos de Changbin lo miraban con miedo, estaban algo enrrogecidos por las lágrimas.

Minho suspiró.

— Bien... Hagámoslo.







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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora