Jane

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Había estado toda la tarde trabajando con Zoe, por lo que no había mirado el móvil. Las chicas me habían taladrado a mensajes preguntando por qué me había ido de clase así que me inventé que estaba enferma. Fue un alivio saber que ese payaso no había dicho nada malo de mí y mis vendas. Había sido vergonzoso.

Por otro lado, me preocupaba Zoe. Siempre había sido muy reservada pero era una dulzura de niña. No entendía qué le había pasado. Me preocupaba saber que la gente en los institutos fuera tan cruel. A saber lo que habían ido diciendo sobre ella por ahí.

Cuando bajé a cenar enseguida saqué el tema de mi padre. Quería enterarme de todos los detalles.

-¿Cómo? ¿No cenasteis solos? -Mi madre se alarmó.

-No, me llevo a una cena de negocios con una mujer y su hija. -Mamá me miró sabiendo lo que podía significar.

-Menudo imbécil... menos mal que no fui.

-¿Y quienes eran? ¿En qué andan metidas con él?

-No lo sé, su hija tiene un año más que Jane pero no la conocía, creo que va al privado. No comentaron nada de negocios con nosotros delante.

-Vamos, que aprovechaste para tirártela.

-¡Jane! ¡Por favor! -Exclamó mamá.

-Pues no, gilipollas. No solo pienso con el rabo, ¿sabes?

-¿En serio? Me sorprende.

-Bueno, ¿y qué te dijo tu padre?

-Se disculpó, me dijo que creía que me gustaría conocer a esa chica y pasar un rato con gente de su entorno.

-¿Gente de su entorno? -Mamá me dio una patada por debajo de la mesa.

-Bueno, lo importante es que pasaste un rato con él.

-Sí, claro.

-Bueno, ¿y tú por qué has faltado hoy a clase? -Marcus se rió por la pillada que me acababan de hacer.

-Me encontraba mal, mamá.

-Sí, ya veo. Malísima estás.

-Que patética eres. -Murmuró Marcus.

-Yo no soy como tu hijo que se escapa de la uni y se viene aquí con sus novias.

-¿Cómo?

-¿Qué dices? Mamá, es mentira. No me traigo a nadie aquí.

-¿Y dónde has estado durante todo el día, eh? 

Ocho MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora