Zoe

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Me pasé la mañana ilusionada, con ganas de volver a hablar con Charlotte pero a la vez estaba nerviosa. Era simplemente una amiga, ¿no? No había problema, no era nada malo. ¿Tan mal estaba que a ella le gustaran las mujeres? ¿De verdad era algo tan horrible? Necesitaba hablar de ello con alguien que me entendiera así que le escribí a Emily que me llamara cuando pudiera.

Bajé a desayunar, aquella mañana estaba sola en casa. Subí a la habitación y pasé un rato frente al ordenador. La curiosidad pudo conmigo y busqué a Charlotte por las redes. Me creé una cuenta con un nombre inventado. Ella tenía varias fotografías suyas, con su perro y con su familia. Parecía bastante unida a su madre. Que suerte tenía. Mi móvil sonó, era Emily.

-Hola, pitufina.

-Hola, Em.

-¿Pasa algo? Me ha preocupado tu mensaje. No solemos hablar durante el día.

-Solo quería hablar un rato contigo, aprovechando que los papás no están para cotillear. -Ella se rió tras el teléfono.

-Pues aquí me tienes.

-¿Has acabado ya las clases?

-Estoy en el descanso de la comida, luego tengo que volver un par de horitas más.

-¿Has visto ya a ese chico?

-Zoe... estoy segura de que no me has llamado para saber si he visto ya a mi ligue.

-Ya... es que no sé muy bien cómo preguntarte sin que suene raro.

-No sonará raro, tranquila. ¿Qué es? ¿Algo íntimo?

-No...es solo... mera curiosidad. -Suspiré.- ¿Qué opinas tú de la gente homosexual?

-Vaya... ya entiendo. ¿Has conocido a alguien homosexual y no sabes cómo tratarle?

-Sí...

-Mira, me pasó lo mismo con tu edad. Mamá y papá nos han inculcado que los hombres tienen que estar con las mujeres pero eso es una gilipollez, ¿sabes?

-Si a ver, yo lo sé pero no entiendo por qué ellos insistían tanto.

-Porque su religión lo dice, simplemente por eso pero tú tienes la mente más abierta que esas mierdas, ¿a que sí?

-Sí, creo que sí. Simplemente no quiero pensar que estoy haciendo algo malo.

-No lo haces. Todo el mundo tiene derecho a amar a quien le dé la gana.

-Estoy de acuerdo.

-¿Y bien? ¿Quién es esa persona?

-Bueno, es una chica que va a clase conmigo. Ayer estuve hablando con ella y... me ha contado que hay gente que la trata mal por ser lesbiana. -Mentí.

-Pobreta... la gente es muy estúpida. Tú trátala bien, ¿vale? No es nada malo.

-Sí, gracias Em.

-Mamá y papá se equivocan mucho, no quiero que te afecte en tu forma de ser.

-Es complicado... Siempre estoy cuestionando si estoy haciendo algo malo o no.

-Pues tú haz lo que tengas que hacer. Si es algo malo ya pedirás disculpas si procede. No vivas con miedo, ¿vale?

-Vale, gracias hermanita.

-De nada, cielo. Te dejo que tengo que hacerme la comida.

-Vale, ya hablamos mañana.

-Sí, cuídate mucho. Me alegro de que tengas alguien más con quien hablar.

-Gracias... te quiero.

-Te quiero.

Me sentía más tranquila por mucho que no quisiera admitir que, en realidad, quería saber si era algo malo que yo sintiera una conexión con esa chica. 

Ocho MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora