Jane

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Le conté a Zoe todo lo que había pasado con mi padre. No se lo creía. Ella recordaba a un hombre amable y simpático con todo el mundo pero no era así. Ella me habló de su padre, de lo mucho que callaba. Él era un simple títere en la vida de su madre, o eso me dijo ella. La verdad es que sentí mucha pena por Zoe. Su orientación sexual no iba nada acompañada de la religión de sus padres. Iba a pasarlo muy mal y era solo una niña... Por no hablar de los motivos secretos que tenía para no salir de casa. Sentí que tenía que ayudarla y convertirme en una amiga de confianza. Siempre había sido así, amable con todo el mundo. Lo saqué de mi madre. Ella era la típica vecina que te llevaba pasteles recién hechos para darte la bienvenida.

Empecé a leer el grupo de clase. Hablaban de hacer una cena todos juntos para conocernos mejor. Ni de coña. No iba a juntarme con todos esos chicos y hacerme la simpática y mucho menos con ese tal Owen. Las chicas me insistieron para que fuera y les repetí una y mil veces que no. Ellas no lo entendían, ni siquiera Carol que era la más feminista de todas. No veían normal en lo que me había convertido, me daban charlas sobre la igualdad por si me estaba confundiendo pero yo intentaba que pareciera eso: una radical. Era mi excusa perfecta. 

Ocho MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora