Ocho Mujeres

Jane

Marcus llegó tarde. Mamá y yo estábamos en el comedor. Hacía un rato me había contado su idea de decirle a Marcus toda la verdad sobre mi padre. No quise creerla pero cuando él entró le dijo que quería hablar seriamente con él. Marcus se asustó, venía muy contento. Nos sentamos los tres en la mesa del comedor y mi madre soltó un largo suspiro.

-Quiero decirte que esta decisión la he decidido porque tu padre ha tratado hoy fatal a tu hermana. -Él me miró confuso.

-¿Qué ha pasado?

-Me ha abofeteado, otra vez. Y me ha tirado al suelo.

-¿Cómo? ¿En serio? ¿Por qué?

-Marcus, tu padre... -Mi madre me miró dubitativa y afirmé con la cabeza para darle paso.- Cariño... -Mamá extendió su mano para coger la de Marcus.- tu padre y yo no nos separamos por las discusiones ni porque se acabara el amor.

-¿Qué? ¿Entonces por qué fue?

-Tu padre... yo... no te lo he contado antes porque no quería separaros de él. Jane lo supo porque le pilló y...

-Mamá, al grano. -Contestó asustado.

-Tu padre tenía por costumbre montar fiestas privadas, apostar y... bueno, entre otras cosas, se acostaba con prostitutas... y algunas... menores.

-¿Qué? -Marcus no supo cómo reaccionar. Se quedó totalmente quieto.

-Es verdad, Marcus. -Afirmé.

-A tu padre se le subió el dinero a la cabeza y no actuó bien... Me fue infiel, gastaba mucho dinero en el juego... y por lo que veo se ha vuelto peor persona.

-Voy a matarlo...

-No, Marcus. -Mamá le agarró del brazo pero no pudo detenerlo. Se levantó de la mesa y se fue rápidamente con su coche.