Ocho Mujeres

Zoe

Durante la semana no paré de hablar con Charlotte. Ahora ya no solo hablábamos de noche sino que se saltaba algunas extraescolares para hablar más conmigo. No le había contado nada de lo que me pasaba pero había conseguido experimentar más con mi cuerpo. Las clases con Jane habían avanzado como de costumbre. Estaba consiguiendo acercarme más a ella y confiar más. Entendía perfectamente que me diera miedo salir y, aunque a veces me hacía demasiadas preguntas, me ayudaba a superarlo. El problema era que había estado fijándome más en ella y, sin querer, intenté mirarle el escote. Yo juraría que Jane tenía más tetas pero ahora ya no estaban ahí y no entendía el por qué.

-Es algo muy raro.

-¿Te refieres a mirarle las tetas a tu vecina?

-¡No! Es que ella tenía más, te lo juro.

-Creo que me estoy poniendo celosa... -Bromeó.- Oye, ¿cuándo crees que podremos vernos en persona? Me apetece conocerte mejor.

-No lo sé, ya sabes que no salgo mucho...

-Bueno, puedo ir a tu casa.

-¡Ni hablar! ¿Cómo le explicaría yo a mi madre que te he conocido por internet? Me mataría...

-Bueno, pues diremos que soy una compañera de clase.

-No, ella conoce a la gente de aquí. No se lo creería.

-¡Vamos! ¡No puede ser tan difícil!

-Podrías... igual si vinieras cuando ella no está...

-Bien, ¿a qué hora se va ella?

-Por la mañana... nada, te pilla en horario de clase.

-Bueno, por un día que no vaya...

-¿Estás loca? No puedes saltarte las clases.

-Habló la líder de asistencia... -Dijo bromeando.

-Tienes razón... pero me sabe mal.

-Que no te sepa mal, tengo muchas ganas de verte en persona. ¿Qué te parece que vaya mañana?

-¿Mañana? ¿Tan pronto?

-Sí, ¿qué más da?

-Bueno es que... me pone nerviosa que vayas a venir a mi casa.

-No seas boba.

-¿Crees que... pasará algo entre nosotras?

-Solo si tu quieres.