Volví a casa. Quería ser sincera con Charlotte, contarle las dudas que había tenido. Jane me había ayudado mucho y tenía toda la razón. No había nada de malo en lo que había hecho. Quería verla más, conocerla más, sentirla más.
Pasé la tarde con Emily proponiéndome hablar con Charlotte aquella noche. No sabía si, tras la salida de Em, mamá se iba a volver más dura conmigo pero tenía que plantarle cara si era necesario. Solo quería intimidad, nada más.
Cuando llegó la hora me despedí de mi hermana. Me costaba mucho, tenía miedo de mi madre.
-Acuérdate de contármelo todo, ¿vale? Y cualquier cosa vengo.
-Vale.
-Júramelo.
-Te lo juro. -La abracé lo más fuerte que pude. Mamá y ella se despidieron de forma muy distante a pesar de la insistencia de papá hacia mamá.
Nada más cerrarse la puerta subí rápidamente a mi cuarto esperando que mamá no me dijera nada pero no fue así.
-¿Dónde vas?
-A mi cuarto. -Dije frenándome en medio de las escaleras.
-Ven aquí, tenemos que hablar. -Bajé cabizbaja y nerviosa. Ni siquiera había esperado a escuchar el coche de Emily alejarse.- Toma. -Mamá se acercó con mi portátil y me lo tendió.- Quiero que lo utilices solamente para hacer los trabajos que te mande Jane.
-Vale, gracias mamá. -Borrar historial cada vez que lo use. Anotado.
-Y otra cosa más, Zoe. -Tragué saliva. Papá miraba hacia el suelo.- Espero que pienses en lo que estabas haciendo. Eres una niña, no tienes que hacer esas cosas... creía que lo habías aprendido pero ya veo que la curiosidad te ha podido... hablaremos con el padre para que puedas confesarte con él y te imponga él lo que vea oportuno. -Asentí sin rechistar. Solo quería irme.- A partir de ahora prefiero que tengas la puerta de la habitación abierta.
-¡Pero mamá!
-Abierta, he dicho.
-¿Y qué hay de mi intimidad?
-Para que hagas uso de ella así... más vale que no tengas.
-Ya te he dicho que no volveré a hacerlo, mamá.
-Quisiera saber quién te ha metido a ti en la cabeza esas cosas... ¡qué barbaridad, con quince años! -Dijo ignorándome.
-No volveré a hacerlo. -Repetí con más firmeza.
-Entonces no te importará estar con la puerta abierta.
-¡Mamá, me gusta tener intimidad, no quiero desvestirme y que de repente aparezcáis!
-¡Uy! ¿Y qué problema habría? Somos tus padres, te hemos cambiado los pañales mil veces.
-No es lo mismo, mamá. Ya no soy una cría.
-Sigues siéndolo, aunque quieras aparentar que no lo eres.
-Papá, por favor... -Mi padre me miró y negó con la cabeza.
-Bueno, quizá no pase nada porque tenga la puerta abierta...
-¿Ya estamos? ¡Ahora quedas tú como el bueno y yo la mala de la película! ¡He dicho que no y es que no! Y tú y yo ahora hablaremos. -Dijo dirigiéndose a mi padre. Él se encogió de hombros y yo subí enfadada a mi habitación. Pensé en qué hacer y al final hice lo que hubiera hecho Emily: cerrar la puerta de un portazo. Tardó solo cinco segundos en subir las escaleras y entrar.- ¡Zoe, como vuelvas a cerrar esta puerta te juro que la quito!
-Mamá, es mi intimidad. No puedes quitármela.
-Por supuesto que puedo.
-Vale, por favor, calmaos ya.
-Soy una buena hija, buena estudiante, siempre voy a misa... solo he cometido un miserable error y os estoy diciendo que no volveré a hacerlo, ¿tan difícil es? -Ambos se quedaron callados. Mamá aún cruzada de brazos.
-Tienes razón. Está bien pero entraré siempre que quiera.
-Vale, mamá, no hay problema.
-Está bien.
Ambos se fueron y cerré la puerta. Me senté en la cama para coger aire. Había sido la primera vez que les plantaba cara y había salido bien. ¡No me lo podía creer! Aún así tenía que tener cuidado, más cuidado que nunca hasta que se calmaran las cosas. Cogí mi teléfono y me metí en el baño. Cliqué en el número de Charlotte y la llamé.
-¡Hey! Joder, estaba preocupada. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
-Hola... Mi madre me pilló...
-Ya, lo sé, la escuché gritar antes de que se cortara la conexión... joder, ¿te ha hecho algo?
-No... pretendía que dejara siempre la puerta abierta pero le he sido clara.
-¿En serio? Me alegro mucho. ¿Y qué le has dicho?
-Le dije que me estaba tocando... no se me ocurrió otra cosa.
-Qué vergüenza... ¿se han pasado mucho contigo?
-No, por suerte estaba mi hermana para cubrirme... pero ha sido duro. No fui capaz de llamarte, lo siento. Me daba miedo estar...
-Equivocándote.
-Sí pero no es lo que piensas, ¿vale? He estado pensando, he hablado con Jane...
-¿Con la sin tetas?
-Sí. -Reí.- Me ha estado aconsejando.
-¿Se lo has contado?
-Sí y gracias a ella he dejado de pensar en tonterías.
-Eso es genial.
-Me gustas mucho, Charlotte.
-Y tú a mí. -Contestó tímidamente.
-Sé que va a ser difícil por la situación pero te prometo que dentro de poco conseguiré salir y podremos estar juntas más tiempo.
-Pero siempre a escondidas...
-Dame tiempo para eso, por favor.
-Sí, tranquila. Entiendo que estamos conociéndonos, no te voy a forzar a que se lo cuentes a tus padres.
-Gracias... ¿Quieres venirte mañana? Porque esta noche prefiero no hablar por videollamada... por si me pilla mi madre.
-Vale pero, ¿hablamos por whatsapp al menos?
-Sí, por supuesto.
-Vale.
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Ocho Mujeres
Teen FictionHace un tiempo la vida de Jane se complicó. Su odio hacia los hombres provocó que la considerasen una feminista radical y en realidad esconde un gran secreto. Stacy, en otro lugar de la ciudad, es considerada una chica zorra y Zoe, al contrario, hij...