Stacy

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Estaba maquillándome en el baño cuando escuché un ruido tras la puerta.

-¿Marcus? -Al abrir para ver quién era Chuck apareció.- ¡Joder, Chucky, que susto!

-Perdona, Samantha... -Iba muy, muy borracho. Se tambaleaba y le costaba pronunciar una sola palabra bien.

-Soy Stacy, Chuck. Por Dios... deberías irte a casa.

-¡Oh, Stacy! -Se acercó a mí y me abrazó. Apestaba a alcohol. -Qué guapa estás. Joder...

-Venga, Chuck. Te acompaño abajo.

-No, no quiero ir abajo. -Empezó a manosearme de arriba a abajo.- Joder, Stace... Estás muy buena.

-Chuck, ahora mismo no me apetece. Para. -Él siguió tocándome. Intenté empujarle pero no pude, hizo más fuerza.- ¡Chuck! Venga, para ya.

-Solo un poquito... -Empezó a besarme el cuello dejándome todo un rastro de babas.

-Chuck, que no quiero.

-¡Eh! -Marcus apareció detrás y le apartó con tanta fuerza que cayó al suelo.- ¡Déjala en paz, hijo de la gran puta! -Le agarró del cuello de la camiseta y le paré a tiempo.

-¡Marcus, para! Es amigo mío. -Él me miró y le soltó.- Está borracho, nada más.

-Hazte un favor y vete. -Le gritó a Chuck. Él se levantó con dificultad.

-Vale, tío... vale. -Salió del baño y Marcus se acercó rápidamente a mí.

-¿Estás bien? -Sin darme cuenta estaba temblando. Asentí lentamente y le abracé. Él me devolvió el abrazo con fuerza.

-Dios... menos mal que estabas aquí... Gracias.

-Tranquila. -Al separarnos nos miramos muy de cerca. Joder, bésame Marcus O'Donnell, pensé.- ¿Quieres bajar con los demás? -Negué con la cabeza. Entonces lo hizo. Pasó su mano por detrás de mi cuello y me acercó a él. Noté su aliento fresco cerca de mi boca y me lancé a besarle. Fue el beso más pasional que había vivido. Le acerqué más a mí y me subí en el lavabo para rodearle con mis piernas. Acarició mi espalda con firmeza y paró. ¡Paró!

-¿Qué pasa? -Le pregunté preocupada.

-No quiero que hagamos esto. No así. -Bajé las piernas y miré al suelo avergonzada. ¿Estaba rechazándome?- No me malinterpretes. Simplemente creo que debería ser más especial que un simple polvo rápido en un baño. -Dios, ¿en serio? Nunca había conocido a nadie como él. Marcus O'Donnell era toda una sorpresa para mí. Me sentí algo herida pero luego lo comprendí. No era un solo polvo para él.- ¿Estás de acuerdo o...?

-Sí, sí, perdona. Me he dejado llevar un poco. -Dije riendo tímidamente.

-Tranquila, yo igual... No sabía si iba a ser capaz de parar. -Rió y se rascó la nuca.

-Gracias.

-¿Gracias por qué?

-Por tratarme así de bien.

-No tienes que darme las gracias por eso. Te mereces mucho más... Una chica como tú...

-¿Como yo?

-Sí, o sea, mírate. -Le acaricié la mejilla y le acerqué lentamente a mí para besarle de nuevo.- ¿Bajamos con los demás? -Él asintió mordiéndose el labio. 

Ocho MujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora