Pokemon 0: En La Piel de Skyler

Capítulo XXVI

     —Jackie corrió y gritó a todo pulmón para hacer que Max se levantara. Mientras tanto, yo debía distraer la atención el ejército de Beartic que seguían avanzando hacia nosotros...

     — ¿Devon llegó a rescatarte?

     — ¿Por qué todo tiene que ver con Devon?

     —Apuesto que te besó en esa ocasión.

     —Oh, cierra la boca.

     — ¡Eres tan linda cuando te sonrojas!

 

     Jackie corrió y gritó a todo pulmón para hacer que Max se levantara. Mientras tanto, yo debía distraer la atención el ejército de Beartic que seguían avanzando hacia nosotros. Bulbasaur logró formar un escudo con ayuda de sus lianas, las hizo girar hasta conseguir que los cristales de hielo no penetraran la barrera que sus lianas formaban. Sin embargo, bajó la guardia demasiado aprisa y pronto fue impactado por uno de los puntiagudos cristales. Él cayó al suelo con un poco de sangre destilando de la punta de su nariz, intentaba ocultarse como un cachorro asustado. Tuve que tomarlo en mis brazos, muy a disgusto mío pues no me parecía que esa herida pudiese ser suficiente como para incapacitar a cualquiera.

     —Insensible.

     —Deja de interrumpir.

 

     Sea como fuere, logré esquivar otra ráfaga de cristales de hielo, al mismo tiempo que escuchaba las voces de mis compañeros.

     — ¡Levántate, maldito holgazán! —Decía Jackie e intentaba hacer que Max pudiera apoyar su peso sobre la pierna herida—. ¡Tenemos que irnos de aquí!

     — ¡Te he dicho que me duele! —reclamaba Max enfurecido—. ¡Quita tus asquerosas manos de encima, zorra!

     — ¡En ese caso, te dejaré aquí para que mueras solo!

     Tuve que ayudar para que Max pudiera ponerse en marcha. Ambas repartimos el peso de los dos brazos de él para poder avanzar, él renqueaba y no paraba de quejarse. Nos detuvimos para encarar al ejército de Beartic y, estando allí, Max los fulminó con la mirada y exclamó:

     — ¡Koffing, Polución!

     La técnica de Koffing causó que un humo de un oscuro tono de color púrpura rodeara los cuerpos de todos los Beartic, causando que ellos se retorcieran de dolor y comenzaran a mostrar los síntomas del envenenamiento. Sin embargo, contraatacaron. La ráfaga de viento gélido cubrió nuestro alrededor de escarcha, pequeños montículos de hielo se formaron sobre nuestros cabellos. Podíamos ver el vaho saliendo de nuestras bocas.

     — ¡Corran! —exclamó Jackie.

     Eso hicimos. Meowth se rezagó un poco, pues corrió a toda velocidad hacia el Beartic líder y asestó un fuerte mordisco en una de sus patas. Corrió de vuelta para reunirse con Jackie y ella lo devolvió al interior de su Pokebola, en un intento de protegerlo del ambiente frío. Koffing nos dio un poco de tiempo para escapar pues formó entre los Beartic y nosotros una columna de denso humo tóxico. Mi curiosidad me obligó a detenerme cuando vi surgir la nube de humo. Me acerqué lentamente e intenté atrapar un poco de humo con mi mano. Lo único que conseguí fue sentir un terrible ardor en mi piel e inmediatamente caí enferma. Mis piernas temblaron, me desplomé en el suelo y sentí que mi cuerpo comenzaba a cubrirse con una capa de sudor frío. Mi respiración se agitó y comencé a ver doble.