Pokemon 0: En La Piel de Skyler

Capítulo XL

     —Nuestro plan dio inicio una semana después, luego de haberlo discutido. Era el último día antes de que iniciaran las vacaciones de invierno, el día más brutal hasta ese momento...

     —A veces quisiera haber asistido a ese colegio. ¡Apuesto a que era divertido!

     —No tienes idea de lo que estás diciendo.

 

     Nuestro plan dio inicio una semana después, luego de haberlo discutido. Era el último día antes de que iniciaran las vacaciones de invierno, el día más brutal hasta ese momento. Número Tres nos ordenó a todos que formáramos parejas para que pudiésemos practicar un poco de combate cuerpo a cuerpo. El ejercicio consistía en intentar someter a nuestro compañero, con ayuda de los poderes de nuestros Pokemon. Devon y yo éramos el dúo dinámico, así como Eevee y Bulbasaur. Yo tenía la esperanza de poder someter a Devon con ayuda de las lianas de mi Pokemon, pero él podía predecir mis movimientos. En más de una ocasión lo tuve encima de mí, sujetando mis brazos por encima de mi cabeza y esbozando una sonrisa triunfal. Eevee me dejó un par de marcas de sus colmillos en mis tobillos y en las espinillas. Era adorable, pues hacía todo lo posible por no lastimarme. Número Tres no se enfurecía cada vez que me veía perder contra Devon. Por el contrario, ella sonreía con satisfacción cada vez que me veía levantarme para volver al siguiente asalto.

     Cuando el entrenamiento terminó, Número Tres hizo sonar su silbato para llamar nuestra atención. Todos nosotros estábamos exhaustos, así que un breve descanso nos sentó la mar de bien.

     —Tengo que recordarles que cuando volvamos a vernos, dentro de algunas semanas, se evaluará el progreso que hayan tenido durante el invierno. Si quieren continuar en este curso, tendrán que superarse a sí mismos cuando hayamos vuelto de las vacaciones. No deben olvidar los cinco ensayos que les he pedido que escriban, así como tendrán que estudiar arduamente. ¿Está claro?

     — ¡Sí, Número Tres! —respondimos.

     Ella sonrió y se retiró en silencio, en compañía de su Arcanine que siempre caminaba a la par de ella. Jackie se acercó a nosotros entonces y rodeó nuestros cuellos con ambos brazos, diciendo entre risas:

     —Ha sido revitalizante, ¿no creen?

     Ella sonreía a pesar del hilillo de sangre que corría por la comisura de sus labios, gracias a un puñetazo que Max le había propinado durante el entrenamiento. Él estaba en iguales o peores condiciones, pues se quejaba de un intenso dolor de espalda y su nariz sangraba levemente. Koffing tenía en su rostro los rasguños de Meowth, el Pokemon de Jackie estaba ileso.

     —Estaba pensando que podíamos ir a ver una película —nos dijo Jackie cuando echamos a caminar para alejarnos de la pista de atletismo—. ¿Qué les parece si vamos al cine? Yo pagaré.

     —Sabes que no puedo ir —le recordé de mala gana—. Mi madre no lo aceptará.

     —Tarde o temprano tendrás que hablar con ella sobre nosotros —me dijo Devon sonriente.

     —Eso lo sé —me quejé.

     —Bueno, no me importa lo que tu madre opine —me respondió Jackie—. Irás con nosotros y te divertirás.

     No pude hacer más que reír.

     Para que nuestro plan pudiese salir tal y como lo habíamos pensado, Devon se encargó de distraer a Jackie mientras yo me escabullía hacia la sala de profesores. No fue difícil mantenerla distraída, a decir verdad, pues ella estuvo encantada de apostar con Devon acerca de quién podía ganar tres de cinco en las vencidas. Bajo la excusa de que debía ir al sanitario, me alejé de ellos y tomé el rumbo hacia el sitio donde estaba la única persona capaz de ayudarnos.