Capítulo XXIX

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En Multimedia les he dejado una canción que deben reproducir desde el momento en el que Skyler empieza a decir eso de que no quiere rendirse. Si no pueden ver el video, pueden buscar la canción aparte: Rush, de Aly & AJ. Esta canción es importante pues es la canción tema de la historia, ¡así que espero que la amen con todo el corazón! (?) Eso es todo por ahora, disfruten el capítulo *-*


-Mirando el derrumbe en retrospectiva, sé que no duró más de un par de minutos...

-Espera un momento.

- ¿Ahora qué?

- ¿Devon no volvió a intentar besarte?

-No. ¿Puedo continuar?

-Supongo que sí...

Mirando el derrumbe en retrospectiva, sé que no duró más de un par de minutos. Claro, en ese momento me pareció eterno. Sucedió una noche mientras intentábamos dormir. Dispusimos los sacos para dormir dentro de la pequeña cueva que teníamos cerca de nosotros, esa misma a la que le colocamos las mantas a manera de cortinas. Aquella noche era el turno de Max de hacer la guardia. Devon, Jackie, nuestros Pokemon y yo teníamos que buscar la manera de que el reducido espacio de la cueva fuera suficiente para nosotros. Yo no podía conciliar el sueño, no cuando la presión por obtener la última Pokebola de Oro comenzaba a apoderarse de mí. El tiempo pasaba y el fin de la prueba estaba cada vez más cerca. Habíamos revisado nuestros alrededores de cabo a rabo en busca de una Pokebola, pero parecía que todas ellas habían sido tomadas ya. Al menos, así parecía en la zona donde estábamos nosotros.

Me encontraba dando giros en mi saco de dormir, sin poder encontrar la manera más cómoda de caer en el fantástico mundo de los sueños. Me sentía, además, sofocada gracias a que Bulbasaur insistía en dormir cerca de mí. Era una noche calurosa, tanto que mi cuerpo entero estaba bañado en sudor. La frustración causada por el insomnio me obligó a levantarme lentamente y a hacer un poco de aire con las palmas de mis manos para refrescarme. Solté un resoplido y miré con desagrado hacia donde Devon dormía tan plácidamente a pesar de que Eevee se había acurrucado a un lado de él. Jackie se encontraba en la misma posición, ella estaba hecha un ovillo y abrazaba con fuerza a Meowth.

Me sentí tan sofocada allí dentro, que opté por salir para tomar un poco de aire fresco.

Max se encontraba frente a la fogata, asando algunos malvaviscos que habíamos encontrado en la cabaña durante nuestra última excursión. Al escuchar mis pasos, me miró con indiferencia.

-No puedo dormir -le expliqué y me dejé caer a un lado de él-. Supuse que podía relevarte, me encuentro más despierta que de costumbre.

-Aún puedo quedarme aquí -me respondió él-. Además, nadie ha pedido tu ayuda.

Nadie ha pedido tu ayuda, la frase favorita de los hermanos Roosevelt.

- ¿Cómo te sientes? -le pregunté-. ¿Qué tal va tu pierna?

- ¿Por qué piensas que quiero hablar contigo? -me devolvió sin mirarme.

Era difícil tratar con Max Roosevelt. Su personalidad era el principal problema, era demasiado hostil con las personas aún a pesar de saber que esas mismas personas solamente estaban buscando hacer migas con él. En ese sentido, él era idéntico a su hermana... En ése, y en otros aspectos.

Resignada, eché la cabeza hacia atrás y solté un bufido. Él me miró por el rabillo del ojo y esbozó media sonrisa.

-Luces cansada -me dijo.

Pokemon 0: En La Piel de SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora