—Nunca creí que llegaría el día en el que me aterraría saber que el Jefe quería estar a solas conmigo sin que eso pudiese tomar un enfermizo rumbo sexual...
— ¡Skyler, eso es asqueroso!
—Lo sé. Y es peor haberlo hecho que sólo decirlo, créeme
—Cada vez detesto más a ese hombre.
—Pues, en ese momento... Yo deseé que demostrara su faceta pervertida en lugar de... En lugar de sacar de nuevo ese lado suyo, peligroso y letal.
Nunca creí que llegaría el día en el que me aterraría saber que el Jefe quería estar a solas conmigo sin que eso pudiese tomar un enfermizo rumbo sexual. Me condujo a su oficina, a ese mismo lugar en el que años atrás recibí una golpiza como incentivo para convencerme de unirme a él. Cerró las puertas y dijo a sus hombres, mediante un intercomunicador, que no quería ser molestado. Cerró las persianas mediante esos controladores táctiles que brotaban de su escritorio y me indicó que tomara asiento. Cuando lo hice, deslizó hacia mí un expediente de color negro. El rótulo ponía:
S-001
—Ábrelo.
Eso hice. Y mi sangre se congeló en cuanto vi la primera hoja. Los planos y diseños del señor Williams encabezaban el expediente, así como algunas notas hechas con la inconfundible caligrafía de Lawrence Mawson. Se trataba del esquema detallado de cinco Pokebolas totalmente extrañas. Y las notas marcaban todas las habilidades extrañas que poseían. La primera, que parecía estar albergando un trueno en su interior, podía disparar electricidad estática que, literalmente, fulminaba a quien se atreviera a tocarla. La segunda, que parecía encerrar fuego en su interior, disparaba cinco potentes y destructivas llamaradas. La tercera, que encerraba una violenta ola en su interior, podía deshacerse y convertirse en agua siempre que alguien intentaba sujetarla hasta que se sentía fuera de peligro y podía retomar su verdadera forma. La cuarta, que parecía albergar el cosmos en su interior, era capaz de enviar impulsos a la mente de quien se atreviera a tocarla para orillarlo a tomar su propia vida. Y la quinta, que parecía albergar en su interior el negro de la noche con algunas estrellas, tenía la capacidad de hacer que quien se atreviese a tocarla experimentara el verdadero miedo en persona. Pasé la página y encontré lo siguiente que me heló la sangre, mucho más que la imagen de las Pokebolas. Era un dibujo de Diamond, de mi amigo Diamond, hecho a escala y con el mejor detalle posible. Adjuntaban también fotografías tomadas de frente y de ambos perfiles del gato azul de las dos colas. Aparecían también demasiados datos con respecto a sus habilidades y su nombre.
Su verdadero nombre.
Katzenner.
Pasé la página y vi al siguiente Pokemon, cuya información era similar. Flareon. Le seguía Lucario, un pobre Pokemon que parecía salido de alguno de nuestros laboratorios. El siguiente era Mewtwo, cuyas imágenes habían sido generadas por computadora. Lo mismo sucedía con el último. Umbreon. Tanta información me hizo sentir que la jaqueca llegaría pronto.
La siguiente sección era un tanto más extensa. Contenía mapas, coordenadas, ubicaciones exactas y más datos. Y al final, la separación que me hizo sentir que mi pulso se aceleraba.
SUJETOS
Pasé la página, encontrándome con un expediente que incluso hoy recuerdo como si pudiese verlo ahora mismo. Lo primero que llamó mi atención fue la fotografía, evidentemente tomada sin autorización de la persona, donde se retrataba a una niña no mayor de dieciséis años. Castaña, de expresión soñadora, vestida con un uniforme de colegiala y sentada bajo la sombra de un árbol. El expediente, rezaba así:
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Pokemon 0: En La Piel de Skyler
Fanfiction¿Qué es de la vida sin poder cumplir nuestros propios sueños? ¿Qué podemos hacer cuando se nos obliga a vivir un sueño que quizá nosotros jamás pudimos cumplir? Skyler Crown, una joven Entrenadora que desciende de una de las familias más importan...