Capítulo XXVIII + Skyler Responde

1.4K 92 65
                                    

     —Por un momento me dio la impresión de que habría tensión en cuanto invité a Devon a cenar con nosotros, pero estaba equivocada...

     — ¿Qué? ¿No te llevó con él para estar a solas? ¿Y te declaró sus sentimientos?

     —Lo juro. Una interrupción más y dejaré de hablar de Devon.

     — ¡¡No puedes hacer eso!!

     —Claro que puedo hacerlo.

     —Bien, bien. No diré nada.

 

     Por un momento me dio la impresión de que habría tensión en cuanto invité a Devon a cenar con nosotros, pero estaba equivocada. Jackie sonrió de oreja a oreja, parecía agradarle tener compañía. Devon era quien actuaba con recelo, no dejaba de mirar a Jackie y a Max como si hubiera desconfiado de ellos durante toda su vida.

     Antes de hacer cualquier otra cosa, revisamos las pertenencias de los estudiantes que enfrentamos pocos minutos antes. Max se dejó caer a un lado de la fogata y extendió su pierna herida para deshacerse de las punzadas de dolor. El vendaje había vuelto a cubrirse de sangre, así que Jackie tuvo que buscar en su equipaje nuestro pequeño botiquín de primeros auxilios. Devon, al darse cuenta de que Jackie intentaba asegurarse de que las vendas que nos quedaban fueran suficientes, decidió hablar.

     — ¿Qué te ha pasado en la pierna?

     Max imponía un cerco que ninguna persona, y ningún Pokemon, podía atravesar deliberadamente. Es decir, él no estaba conforme con la idea de que otra persona se atreviera a hablarle. Le dirigió una mirada severa a Devon para hacerlo callar, Jackie hizo lo mismo. Eso hizo que yo me sintiera casi privilegiada por poder tratar a los hermanos Roosevelt como iguales.

     —Sólo está herido —respondí yo.

     No me gustó ocultarle información a Devon. Me habría encantado decirle lo que realmente había ocurrido con la bala incrustada en la pierna de Max, pero había algo que simplemente no funcionaría si lo hacía. Los Roosevelt estaban confiando en mí, no podía traicionar esa confianza.

     Con todo, Devon asintió y se levantó para tomar las vendas de las manos de Jackie. Sin detenerse a explicar nada, Devon se dedicó a revisar el vendaje de Max. Ni bien lo hubo visto asintió y miró a Jackie.

     —Hace falta que hagas vendajes más ajustados —dijo Devon—. Intenta hacer un torniquete con ellos, debes detener el sangrado y permitir que la misma sangre comience a coagularse.

     — ¿Qué eres? —Le espetó ella con hostilidad—. ¿Un médico experto?

     Devon sonrió, ese gesto era tan propio de él que no podía imaginarlo sin esa sonrisa dibujada en su rostro.

     —Lo haré por ti esta vez —respondió él—. El próximo vendaje lo harás tú.

     Llámame loca, pero estoy totalmente segura de que algo en el vendaje de Devon causó que Max sintiera un gran alivio. Devon limpió la herida, la cerró con ayuda de una aguja e hilo conseguidos en un costurero que había en el equipaje que habíamos robado, colocó el nuevo vendaje justo después de asegurarse de hacer una almohadilla de algodón con la que cubrió la herida, para detener el sangrado, y se sacudió las manos una vez que hubo terminado con su tarea. Max, sorprendido, agradeció con un cansino suspiro.

     — Mi madre nos ha enseñado cosas sobre primeros auxilios —explicó Devon—. Tu hermano estará bien, sólo necesita descansar un poco. Sin embargo, deberían llevarlo a urgencias en cuanto la prueba termine, sólo para estar seguros.

Pokemon 0: En La Piel de SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora