Capítulo XXX

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     —No supe nada de Jackie durante ese verano...

     —Espera un momento.

     — ¿Ahora qué?

     — ¿Qué pasó con los resultados de la prueba?

     —A eso iba. ¿Puedo continuar?

     — ¡Sí!

 

     No supe nada de Jackie durante ese verano. No hubo llamadas de su parte y cuando yo intentaba contactarla, me respondía una mujer que me decía que Jackie no estaba en casa. Jackie nunca estaba en casa. Devon, por otra parte, llamó un total de quince veces a lo largo de todo el verano, siempre desde un lugar distinto y sólo durante cinco minutos, pues las llamadas a tan larga distancia eran demasiado costosas. Mi madre, como era de suponerse, siempre se opuso a la idea de que hubiera un amigo mío intentando contactarme con tanta insistencia. Nosotras no hicimos ningún tipo de viaje veraniego, era una manera que mi madre tenía de castigarme por haber aparecido en el puesto número ocho de los mejores diez estudiantes de Número Tres. Yo, por supuesto, estaba por demás complacida gracias a ese aviso en el que ponía que podía volver al instituto para el segundo Año de Prueba.

     Mi madre estuvo en completo desacuerdo con la idea de que yo no hubiera atrapado solamente Pokemon de Tipo Agua. Por lo tanto, Bulbasaur y yo tuvimos que usar nuestro ingenio para entrenar por cuenta propia. No podíamos disponer del gimnasio de los Paltrow mientras ellos no estuviesen en la ciudad, así que tuvimos que crear nuestras propias rutinas con los pocos objetos que encontramos dentro de Crown Corners. Logramos crear una réplica de la lanzadora de bombas de semillas de los Paltrow con algunas pelotas de playa y resorteras que fabricamos con ramas y telas elásticas. Mis manos terminaron llenas de pequeños cortes gracias al mucho trabajo manual que estuve haciendo para fabricar nuestras máquinas, pero al final valió la pena. Bulbasaur se fortaleció gracias a nuestros ejercicios, tanto que incluso su coordinación mejoró notablemente. Por mi parte, mi agilidad y resistencia mejoraron también gracias a que Bulbasaur y yo salíamos a correr por las mañanas. También me dediqué a ejercitarme dentro de las piscinas de nuestro gimnasio, encontrándole el gusto a la natación y transformando eso en mi pasatiempo favorito. Me convertí en algo totalmente opuesto a lo que fui durante el curso anterior.

     El día que fue hora de volver a clases, desperté con el mejor de los ánimos. Me duché, le di un baño a Bulbasaur y dediqué cuarenta y cinco minutos extra a encargarme de mi arreglo personal. Quería verme distinta, quería que todos mis compañeros de clase supieran que Skyler Crown estaba de vuelta y estaba dispuesta a convertirse en la mejor de la clase. Por supuesto, mis gafas y los frenillos no eran de mucha ayuda para ayudarme a cambiar de aspecto. Me aseguré de que el collar que me había dejado Jackie luciera impecable, no me lo había quitado desde el día en que me lo obsequió.

     Cuando terminé de alistarme, bajé a desayunar y me di cuenta de que Sheryl ya se encontraba lavando los platos sucios que ella había utilizado. Tengo que admitir que me sentí un tanto molesta al ver que ella se había alistado antes que yo. Tuve que hacer uso de mi autocontrol y avancé hacia la nevera, para tomar un poco de jugo de naranja. Sheryl, sin mirarme, habló en voz baja:

     —Mamá te ha dejado el desayuno preparado.

     Yo siempre me sentía furiosa cada vez que ella hablaba con esa voz tan baja, tan susurrante, como si quisiera pasar desapercibida y permanecer invisible.

     — ¿A dónde ha ido ella? —le pregunté tras haber tomado un poco de jugo.

     —Dijo que debía atender un compromiso importante —respondió Sheryl de nuevo, giró para darme la espalda y continuó hablando—. Me iré ahora, si no te importa. Quiero entrenar un poco antes de que comiencen las clases.

Pokemon 0: En La Piel de SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora