Capítulo LXXV

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     —No nos detuvimos a planear nada, pues de pronto fue como si Jackie y yo hubiésemos pensado lo mismo a la par...

—Pero, ¿cómo se te pudo ocurrir pensar en otras cosas cuando Devon estaba herido? ¡Debiste cuidar de él!

— ¿Desde cuándo Devon es más importante que la vida de un Pokemon?

— ¡Desde siempre!

—Es un poco extraño que seas una fangirl apasionada de Devon.

—Tú también lo fuiste.

—Por supuesto que no.

No nos detuvimos a planear nada, pues de pronto fue como si Jackie y yo hubiésemos pensado lo mismo a la par. Ella le ordenó a Talonflame que se alejara momentáneamente de la avalancha. Él nos llevó al otro lado de la montaña, donde aterrizamos y tomamos un veloz respiro antes de continuar. Rayquaza, inquieto, no dejaba de moverse como si hubiera estado intentando escapar de algo o alguien. Por fortuna, era inofensivo. No intentó atacarnos en ningún momento.

—Tenemos que bajar para buscar a Lugia —dijo Jackie robándome las palabras de la boca.

—Pero si Rayquaza ya está aquí —se negó Max—. Atrapémoslo y terminemos con esto.

—Rayquaza nos ha traído hasta aquí, idiota —le espetó Devon—. Es nuestro amigo. No podemos traicionarlo de esa manera.

—No importa si quieren demostrarle gratitud a Rayquaza o no —dijo Jackie—. Lugia nos necesita. Estaba intentando proteger ese nido. Ahora posiblemente estará herido. Nos será más fácil atraparlo.

— ¡No vas a atrapar a Lugia, humana! —Exclamó Diamond—. ¡No lo permitiré!

Jackie por poco se desmaya cuando escuchó hablar a Diamond. Logró recuperarse de la impresión y decidió ignorar por completo a nuestro pequeño amigo. En ese momento me llené de dudas, pues era más que evidente el hecho de que muchas cosas habían sucedido entre Devon, Max, Diamond y Rayquaza. Comenzaba a divagar cuando sentí el golpe en la cabeza que me devolvió a la realidad.

— ¡Despierta, maldición! —Exclamaba Jackie con impaciencia—. ¡No es el momento de distraerte!

—Lo lamento —dije un tanto confundida—. Tienes razón. Lugia estaba herido. Estoy segura de que no opondrá resistencia si logramos explicarle que no le haremos ningún daño.

—Todo lo que debemos hacer es atraparlo, sin importar lo que él pueda sentir o pensar —insistió Max—. De eso se trata esta maldita prueba, ¿o no?

—No entiendes nada, maldito inepto de mierda —le espetó Jackie— Si no hacemos algo para ayudarle, Lugia tendrá el mismo destino que Victini.

—Este es el plan —intervine antes de que Jackie y Max continuaran discutiendo—. Jackie y yo iremos a buscar a Lugia. Ustedes esperarán aquí. Diamond —añadí mirándolo-, tú vendrás con nosotras. Rayquaza se quedará aquí para cuidar a Max y Devon.

—No necesito que nadie cuide de mí —se quejó Max.

—Pues no irás con nosotras —decidí—. No confío en ti.

Poco me importó el hecho de que Max me dirigiera una mirada asesina, pues lo único que me importaba en ese momento era salir de allí lo más pronto posible. Jackie subió de nuevo al lomo de Talonflame y Bulbasaur la siguió. Diamond hizo otro tanto tras haberle dicho a Rayquaza cuál era su parte del plan. Yo me dispuse a subir al lomo de Talonflame, pero Devon me detuvo tomándome de la mano.

Pokemon 0: En La Piel de SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora