Capítulo diez

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—Nae-Yeun esta embarazada. El bebé sera ilegitimo pero aún asi sera primer hijo.—Me miro temeroso ante la postura que llegue a tomar.

—Entiendo.

—No espero que me felicites. Pero, quiero que apartir del mes que viene, aumentes la mensualidad de Nae-Yeun.

—Lo hare.

Hubo un silencio reciproco.

Desde anoche que Jungkook fue a verme y se dio cuenta de que no estaba enterada de nada me dejo con un amargo espesor en la garganta puesto a que ya no me lo quiso decir.

Pero ahora que Taeh lo menciono debo decir que ahora me siento en el jodido infierno.

—De acuerdo, te vere en la cena.

Antes de que se retirara de mi habitación mi dama de compañia entra primero, se reverencia ante los dos y menciona algo que a la vista de Taeh no es bueno.

—Su majestad, el principe Jungkook vino a verla. Dice que tiene algo urgente que contarle.

—¿El principe Jungkook?—pregunta Taeh a la dama.

—Si majestad.

—Que pase.—autorizo sin mitigar que Taeh seguia presente.—Te veo en la cena.—me despido de él quién no se encuentra convencido.

Una vez que Taeh y mi dama de compañia se retiran entra Jungkook con preocupación en su rostro. Se limita a reverenciarse y a besar el dorso de mi mano con delicadeza.

—¿Que lo trae por aquí alteza?

—Vine para consolarla. ¿Se negaria a recibir el abrazo reconfortante de un amigo? Después de todo, no es extraño que los amigos se abracen en busca de consuelo.

—Adelante.—Sonrio.

Rodeada en sus brazos el aroma de una mezcla de vainilla negra, con pera y gardenias era realmente exquisito. Por un momento me sentia protegida, era como si me sintiera segura conmigo misma. Asumiendo que el objetivo de dicho abrazo sea placentero.

—También venia a despedirme.—me susurra cerca de la nuca.—Voy a regresar a mi palacio por asuntos personales. ¿Me va a extrañar?

—Si, mucho.


La cena era silenciosa, y el aura que ambos provocabamos no era realmente agradable lo que hacia que el ambiente se volviera tenso e indescriptible.

Solo podia escucharse el sonido de los cubiertos chocar entre la porcelana de los platos, los sorbos de las copas y el crujido del pan.

—Ver a Jungkook conmovido por ti, fue todo un espectaculo.—comienza hablar.

—¿Por qué lo dices?

—¿Esperabas a que me largara después de que tú y el se quedaran solos en tú habitación?

—Lo que hayas visto o interpretado fue un malentendido.

—¿Podrias ser más cuidadosa en un momento como este?—cuestiona.

—¿A que te refieres a un momento como este? Dices que deberia controlar mi comportamiento por el bién de tu primer bebé.

—¿Mi primer bebé?—Frunse el ceño.—Es el bebé de la familia imperial, eso significa que también es tuyo.

—No. No importa si una de sus amantes da a luz 100 o 1000 hijos, ninguno de ellos sera hijo mio.

—Eun-Ji.

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora