TAEHYUNG
—Majestad.
La voz de mi asistente se escucho tras el otro lado de la puerta. No me permití contestar a su llamado. Las yemas de mis dedos se deslizaban alrededor del vaso de cristal y el humo del tabajo cubria mis fosas nasales.
Una vez abierta la puerta el hombre quedo de pie frente a ella, no queria ver su rostro.
Más bien no queria que viera mi rostro cuando me de la noticia, así que agache la cabeza aún cuando mi padre me decia que no lo hiciera.
Un futuro rey emperador no debe bajar la cabeza aunque todo su alrededor se este destruyendo.
Pero ahora padre la he perdido.
Así que pregunte.—¿Ha terminado el juicio?— el hombre asintió.
Apreté los dientes con fuerza.
—Y bien...
—La sangre del niño varón es la misma que la de nuestra princesa su majestad. Son hermanos.
Cerre los ojos ante la noticia, sintiendo como mis lagrimas caen sobre mis mejillas. No debia permitir que nadie me viera así, pero era dificil mantenerme firme.
La pequeña bebé que habia nacido semanas atrás resulto no ser mi hija, la emperatriz a quién le di mi confianza termino traicionandome y mi esposa a quien le di la espalda ahora es esposa de alguien más.
El ardór en mi pecho seguia aumentando, la venas del dorso de mis manos podian notarse con detalle pero no podia quedarme de brazos cruzados ante la noticia así que delibere.
—Encierren a Nae-Yeon y al Barón Cha a los calabozos, en donde pasaran el resto de su vida. El hijo del Barón Cha puede recuperar la custodia de su hijo... en cuanto a la bebé se le quitara el titulo de princesa y sera parte de la nobleza al igual que su padre y hermano.
—¿Piensa dejar a la bebé con su padre biologico, majestad?
—Es su padre, seguro que cuidara bien de ella como lo ha hecho del niño. Ahora dejenme tranquilo el resto del día.
Dandole una calada al cigarrillo el jovén hombre que me acompañaba en la oficina se reverencio y salió de la misma.
Solte el humo delicadamente mientras mis ojos se posaban en una de las fotografias que se posaban en mi escritorio.
Una ligera sonrisa emanaba de ella, Eun-ji se veia preciosa. Sin duda era una de mis fotografias favoritas.
Solte un suspiró y dije:
—Debí de haberte amado mejor.
NAE-YEON
El piso era frio, las paredes de ladrillo viejo y el olor a mugre y putrefacto era detestable. El precioso vestido rosa pastel que me acompañaba se habia convertido en gris por el polvo y mi cabello se sentia seco y sin brillo.
¿Por que su majestad esta haciendo esto?
Prometio amarme hasta el final, prometio hacerme feliz.
No es tiempo de arrepentirse, pude disfrutar al menos unos meses.
Pude ser la emperatriz, pude dar ordenes sin cuestionar, gastar millones y comer en bandeja de oro.
Fui la primer esclava en quitarle su puesto a una destacada mujer y hacer que la aborrecieran por casarse con otro emperador e hice que la nobleza se enterara de la infertilidad de su emperador.
Sin duda, no me arrepiento.
No puedo escuchar nada, solo el sonido de las tuberias que hacen eco en el interior de los calabozos, nisiquiera la chillona voz del Baron Cha que esta a cuatro celdas encerrado.
Al poco rato, mientras mis ojos se mantenian abiertos traa desvanecerse en el sueño pude divizar el sonido de la puerta de metal. La puerta principal a la entrada de los calabozos.
¿Su majestad se habra arrepentido?
Colocando mi mejor sonrisa, recobre la fuerza para ponerme de pie y acercarme a las rejas para ver a la persona que estaba por acercarse.
Los pasos se escuchab con más y más claridad.
Esperanzada a que fuera el Emperador Taehyung mi rostro cambio a segundo plano al saber de quién se trataba.
Me ilumine al ver al duque Hoseok acercarse a mi celda, habia esperanza de salir. Su ayuda es lo que necesito en estos momentos.
—Parece que las cosas no salieron de acuerdo al plan, Nae-Yeon.
El duque solto un sonrisa fina y lucra que me hizo fruncir el ceño.
—Porfavor, usted me cree. La princesa es hija de Su majestad, ayudeme a convenser que retire la orden de mi castigo.
—Lo siento Nae-Yeon, no vine aquí con ese proposito.
—¿No me ayudara a salir?
—No. —Respondio con frialdad.
El tono de la voz del duque habia cambiado y su expresión era vengativa y feroz, ¿donde estaba aquel hombre amable al que consideraba mi aliado?
—Vine a cobrarte todo el dinero que te he prestado.—Habló con inquietud y sin quitar la vista de encima, mirandome como si fuera basura.—Quiero mi dinero, ahora.
Podia ver su crueldad en los ojos de aquel hombre que me habia brindado su ayuda cuando me converti en Emperatriz.
—No lo tengo.
Respondí con un ligero temblor en la voz.
—Lo sé, una esclava no podria pagarme todo lo que invertí en sus pecados. Hasta nunca Nae-Yeon.
Apunto de irse, sacudí las rejas de la celda y con desespero grite por su auxilio. No puede estar pasando esto, el era mi aliado.
—¡¡¡Ayudeme se lo suplico!!!
Con una sonrisa se acerco a mi y su rostro podria rozar el helado metal, su altura destacaba y podia sentirse la superioridad en su postura.
Susurró.—Te ayudare en algo mejor.
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Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©
Fanfiction"Así, justo me habia imaginado el sabor de tus labios"