Capítulo sesenta y ocho

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Jungkook

Después de algunos días las cosas comenzaron a mejorar, aunque, Eun-ji sigue estando un poco consternada por lo que sucedio.

Trato de pasar más tiempo con ella, para tranquilizarla. Así que me tome algunos días de vacasiones.

Eso ayudo un poco, ya que se ve de mejor humor. Y piensa demaciado en la llegada de los bebés, que por cierto, se han retrazado al nacer.

Así que estamos en espera.

Mientras me encontraba leyendo algunos documentos, Eun-ji se encontraba en el sofa del living acariciando su vientre y tarareando una canción que compuse.

Me alegra verla feliz mientra tararea a su veintre, parece que los bebés también aman escucharla por que le dan las dichosas patadas que la hacen reir.

—¡Jungkook acercate, ven!

Hago caso a las peticiones de mi esposa y me acerco hasta el sofa, enseguida toma de mi mano y la posa sobre su vientre.

—Espera la patada.

Ella continua tarareando y siento como se mueve delicadamente. Ambos reimos por lo que acabamos de presenciar que estoy totalmente complacido y ancioso de tener a mis hijos en brazos.

—Son unos genios, tienen lo brillante de su madre y el ritmo de papá.

—Si, pero son muy impuntuales, tienen una semana de retrazo.—Me contesta desanimada.

—Llegaran a su tiempo, no te estreses cariño.

La puerta se abre agraviando el maravilloso momento dejando pasar a Namjoon que por su rostro parece que no son buenas noticias.

—Majestad, espero que ya haya leido los documentos. El gabinete convoco una junta imediatamente. Esperan el día lo antes posible.

—Namjoon, es mi día de descanzo.

—Es respecto a la ejecusión del mercenario. Quieren hablar con su majestad para poder darle una solución al caso y deliberar que es lo que se hara con dicho hombre y llegar a un acuerdo con el imperio Oriental.

—¿Taehyung ya esta informado?

—Si Majestad.

—Enviale una carta con en mi nombre, pidele que nos reunamos lo antes posible. Si gusta puede venir, si no lo desea, ire personalmente al Imperio Oriental.

—Voy a tomar aire fresco.

Eun-Ji se levanta de inmediato, lo que me preocupa que se lastime al hacer esfuerzo. Parece que la idea de ver a Taehyung no la convence demaciado y comienza a caminar hacia la salida.

—Cariño, espera.

Camina demaciado rapido por lo que la tuve que alcanzar hasta el jardín. Le hablaba pero ella parecia ignorarme de repente.

—¿Quiere compañia Emperatriz Eun-Ji?

—No si viene de usted, Emperador Jungkook.

—¿Por qué no?—Frunso el ceño.

—Porque o me haces compañia o te enfocas en el trabajo. Y lo entiendo perfectamente.

—¿Segura?

—Por supuesto que si. Solo espero que no estes fuera cuando empiece el parto.

—No voy a dejar que eso pase, Eun-ji te aseguro que yo estare presente el día en que nazcan los bebés. Cielo, entiendo que no estas segura y sigues manteniendo inseguridad y miedo por el susto de hace unas semanas. Pero no estaras sola.

—Creo que esa es la razón por la que los bebés se han retrazado una semana. ¿Que hare si tú estas en el imperio oriental y los bebés nacen?

—Me teletransporto a tú habitación.

—No es gracioso y eso no sirve de mucho ahora.


Taehyung

Jungkook llego al Imperio Oriental con la finalidad de obtener solución con respecto al informe del crimen que cometio ese mercenario contra Eun-ji hace unos días.

Esperanzado a que viniera con ella, salio del carruaje solo con uno de sus servidores.

Ambos nos reunimos en la sala de conferencias privada. Ya ha pasado un tiempo que no nos vemos desde su matrimonio con Eun-ji.

Debe estar dichoso también de hacer una familia con ella.

—¿Como esta?—Le preguntó acerca de Eun-ji.

—Afortunadamente esta muy bien, a la espera de la llegada de los bebés.

—Es verdad. Perdón por no felicitarte antes. Otra cosa en la que me has ganado.

—No se trata de competir.

—Cuanto daria por estar en tu lugar, tener hijos legitimos y estar con Eun-ji. Poder cortejarla como hace años.

—No cruces la linea Taehyung. No vine para hablar de mi esposa, sino de los asuntos que competen entre tú Imperio y el mio.

—Te escucho.

—Parece que se te informo al respecto de la captura del mercenario que trato de lastimar a Eun-ji.

—Si, ¿Qué sabes respecto a la persona que lo contrato?

—Por ello estoy aquí, para decirtelo personalmente y que el informe no llegue a manos de la prensa.

—Adelante.

—Señorita, metro sententa o un poco más, cabello blanco con rulos. ¿No te parecen familiares dichas caracteristicas?

Nae-Yeon es la única persona que conozco que cuenta con esas caracteristicas. No creía capaz de confiar en las palabras de Jungkook, pero últimamente con todo lo que a sucedido respecto al trato que le da a la princesa rechanzola cruelmente y negandose a verla.

Me hace pensar que ella saca provecho de mi confianza y sobretodo creer que ella en realidad es la culpable.

—¿Y de donde sacaria la cantidad de dinero como para pedir sus servicios si mi inventario sigue completo? Nunca me pidio dinero.

—Alguien debio prestarle. Dime Taehyung, ¿conoces a alguien cercano a tu esposa como para prestarle tan alta cantidad para cometer un crimen tan terrible?

—Tengo mis sospechas, ¿Pero que me deja todo esto? Si mi Imperio se entera de que Nae-Yeon cometio un crimen todo se me saldria de las manos.

—Debes hacer esto...

No quiero ser capáz de escuchar a Jungkook por todo lo que me ha hecho, pero de que sus buenas intenciones por nuestra amistad siguen intactas y se que muy en el fondo quiere ayudar.

Así que no tengo más remedio que escuchar su propuesta.

—Divorciate lo antes posible, antes de hacerte la prueba de paternidad. Dicha razón por la que te divorciaras es porqué la bebé probablemente no sea tu hija legitima eso te dara beneficio. Una vez que te hayas divorciado y realizado la prueba, encara a Nae-Yeon.

—Lo negara todo.

—No lo creo. No, si la encaras frente a frente con el mercenario.

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora