—Emperatriz Eun-Ji, cuanto tiempo.
El sumo sacerdote es un hombre mayor de alrededor de unos setenta años o un poco más, de rango alto en la escuela de leyes de la iglesia.
Hombre cuyo talento es bendecir y hacer ceremonias religiosas reales, jefe de parlamento y que me viene conociendo desde pequeña.
El mismo nos dio lecciones y leyes a mi y a Tae antes de comprometernos en la iglesia como pareja. Así como también fue el organizador de los votos reales y casamiento.
El nos conoce mejor que nuestros propios padres, pasabamos casí la mayor parte del día en su oficina estudiando.
Un segundo padre para ambos.
—Sumo sacerdote, un placer volver a verlo.—tomo su mano y le beso el dorso.
—Veo que ya sabe por qué vine.
—Tome asiento por favor.—le indico ayudandolo a sentarse en el sofa.
—El emperador Taeh citó varias causales de divorcio. Me dijo que Eun Woo empujo a su amante llevando a su bebé en el vientre. También que secuestro y ataco a un noble para obtener información acerca de esa mujer.
—Ninguna de esas acusaciones son ciertas.
—También dijo que debe proteger a su bebé aunque lo este gestando una amante, por que usted es esteríl.
—Eso tampoco es cierto.—confirmo.
—¿Qué fue lo que los separo mi niña? Todos estamos angustiados con la noticia, si el pueblo se entera de esto...
—Sumo sacerdote, la respuesta es sencilla.—lointerrumpo.—Tae ahora ama a otra mujer, eso es todo.
—Pronto tendra que pasar por el proceso de divorcio. Debe luchar, ¿Entiende?
Esta pequeña platica con el sumo sacerdote, me hizo darme cuenta de que, por más que tema algo de algún modo debo salir adelante y enfrentarlo.
[...]
La mañana del día anterior a confirmación del divorcio, Tae dio el comunicado hacia el pueblo, la prensa, la corte y parlamento.
Estando presente pude notar como toda la guardia se negaba a dicha petición. Reclamos hacia él, con suma indiferencia.
La mirada fria de quién fue mi marido desbordaba tristeza cuando sus ojos se encajaron con los mios en aquella última reunión como soberana.
Crecimos juntos y hasta ahora nos separamos, por mi mente vagaban los recuerdos, la risas, el amor que le tenia...
Nisiquiera pude despedirme frente a los presentes, evite su rostro, me levante del asiento donde antes me encontraba y salí dejando a los espectadores en silencio.
Encontrandome a Nae-Yeun a lo lejos, evadí cualquier contacto visual con ella. Se que no debo verme mal frente a sus ojos ya que se sentira más orgullosa de lo normal pero es inevitable no romperme.
Ella gano.
Sentanda por ultima vez en mis aposentos siento como el tiempo pasa rapidamente, la luna ya esta plasmada en el cielo oscuro.
No habia sentido así desde los días previos a la coronación. En ese entonces tenia miedo por que iba a estar en una posición en la que nadie corregiria mis errores.
¿Pero por qué me siento así hoy?
Jungkook llegaria el día de mañana para poder socorrerme en caso de que el sumo sacerdote no apruebe nuestro matrimonio.
Su presencia podria demostrar que sus intenciones al desposarme son verdaderas, reales y respetuosas.
Saber que mañana todo cambiara es muy perturbador, vetusto ya que esto nunca habia pasado hasta ahora. Me pesan los hombros al cargar las criticas y pensamientos fuera de lugar que podian herirme de la gente a la que conocere pero como dicen los fotografos.
"Levanta la cara y sonrie"
Apesar de toda la mierda que suceda a los alrededores, la gente hablara siempre pero yo me mantendre firme.
Antes de partir para la cama, se escuchan dos leves toques en mi puerta, al ir abrirla me encuentro con Taea quién permito pasar.
Me distancio un poco y mi rostro se posee en el suelo, pero no por mucho tiempo.
—Eun-Ji, lo lamento. Pero yo nunca quise-
—Ahorrate las disculpas, no tengo intenciones de aceptarlas.—No lo dejo terminar la oración—Así que ahorrate el esfuerzo.
—No estaremos mucho tiempo separados.
—Después de un tiempo, llegara el día en el que llevaremos más tiempo divorciados que casados.
—Igual quiero que estes cerca de mi luego del divorcio.
—No sera posible, luego del divorcio, seremos extraños.
—No seremos extraños solo por qué estemos divorciados por poco tiempo.
—Desafiaste el juramento que le hiciste a mi padre... y lo que me prometiste a mi también.
—Lo siento.—Agacha la cabeza con desden.
—Deberias irte a descanzar.
—Eun-Ji...
—Te vere mañana.—Sonrio mientras las lagrimas caen por mis mejillas.
Ver a Tae me hizo enojar en vez de darme una sensación de vacio. Pero es mejor que las cosas hayan terminado así. Porqué me ayudo a decidirme más a continuar con el plan.
Que sin darme cuenta el sol habia vuelto a salir.
Y al fin, llego el fatidico día...
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Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©
Fanfiction"Así, justo me habia imaginado el sabor de tus labios"