Capítulo diez y ocho

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—¿Que ocurre Eun-Ji, tú nueva boda nos tomo por sorpresa.—Habla mi madre quién se encuentra sentada frente a nosotros.

—Lamento no haber podido avizarles antes.

—No hace falta que se disculpe me alegro por ti mi niña.—Habla mi nana presente.

—Fue satisfactorio ver esa escena, majestad.—con entusiasmo habla uno de los pajes.

—¡Me confundio tanto cuando acepto el divorcio sin objeciones! Pero... a todo esto para serle sincera alteza quiero irme con usted y servirle en el palacio imperial de su majestad Jungkook.

—¡Igual nosotros!—comienzan a abogar parte del personal.

—Me gustaria mucho que se vinieran conmigo. ¿Pero estan seguros?

—¡Si!—gritan emocionados al uniso.

—Permitanme agradecerles en nombre de mi esposa.—responde Jungkook a las peticiones de los trabajadores.—Les aseguro que tendran mejores cuidados que aquí. Pueden despreocuparse y acompañar a Eun-Ji.

—Gracias majestad.—se reverencian.

—En cuanto a usted mi suegra.—se dirige a mi madre quien lo mira con tanta admiración y cariño.—Eun Woo esta instalado en el imperio de occidente.

—Gracias al cielo.—lo toma de las manos.—Eres un ángel querido Yerno.

Imagino que mi madre sigue un tanto conmocionada por qué perdí mi titulo y Taehyung se divorcio de mi. Pero si bien debe estar aliviada de que no vivire con el estigma de ser una reina despojada de su titulo y que su hijo se encuentra bién.

Me alegra que esten todos felices y aliviados.

Tras el divorcio y la nueva boda, que ocurrieron casí al mismo tiempo me hospede en la residencia de mi familia para preparar mi mudanza al imperio occidente.

—Algunas personas estan de acuerdo con su segunda boda, pero al mismo tiempo, creen que es una gran perdida para el imperio debido a su experiencia y sabiduria. Incluso hay quienes hablan de impedir que el carruaje salga de aquí.

—Ninguna de esas reacciones me sorprende primer ministro.

—Por cierto, debo decir que fue meticulosa con su plan. ¿Como pudo no decirme nada?

—Lo lamento.

—Para nada, alteza.—se levanta de su asiento.—Debo decir querida Eun-Ji, qué fue un honor haber trabajado con usted. Tratare de ayudar al rey Tae más que nunca, ahora que usted ya no estara y sobretodo por qué mi intuición dice que esa mujer no sabra hacer su trabajo.

—Le agradezco a usted primer ministro por haberme apoyado en mi tiempo como soberana en este imperio, mis mejores deseos para usted y cuide de Tae, porfavor.

—Sea muy feliz princesa, se lo prometo.—así mismo por última vez el primer ministro me toma de la mano, y besa mi dorso con delicadeza.

Antes de que el primer ministro se retirara uno de los pajes reales entra al living comunicandome que ya estaba todo listo y empaquetado. Diciendo que procurara que no quede ni un peine en el palacio de Tae.

—¿Va a llevarse todo lo que uso en el palacio alteza?

—Así es, primer ministro.

No tengo alternativa, no quiero que Nae-Yeun use mis cosas ni que las tire a la basura.

—Excelente, me retiro princesa.

—Adelante primer ministro, cuidese.

Es tan lindo como reacciona con mi madre y trata a mis subditos. Tan amable, frugal y respetuoso hasta con los insectos, no tengo duda de que sera un buen esposo.

Me aflige un poco que mi nana se haya querido quedar en el palacio de Tae, por una parte duele pero por otra esta bién que ella siga al tanto de él.

No quedamos en buenos terminos pero apesar del resentimiento no hay rencor, solo quiero que sea feliz.

Si no fue conmigo que sea con Nae-Yeun, pero que sea feliz.

Cuando cenaba todo era silencioso, por supuesto habia conversación con Tae pero no como ahora que me encuentro en el comedor acompañada de mi prometido y mi madre.

—¿Cuanto tiempo planeas quedarte aquí cariño?

—Podemos irnos en cualquier momento, los preparativos ya estan listos mamá.

—¿Qué te parece si nos quedamos dos semanas, mi reina?—propone Jungkook.

—Me gustaria, pero ¿Te parece qué esta bien?

—Neesito tiempo para ganarme a mi suegra.

—Yerno, me halagas. Eres tan dulce, sin duda mi Eun-Ji se gano un gran tesoro al estar contigo.

—Suegra, usted me halaga.—ambos sonrie y chocan copas.

La cena es interrumpida cuando el jefe de guardia de la familia llega abriendo las puertas de par en par. Todos dejamos de comer y ponemos atención a la desesperación del guardia.

—Majestades, disculpen la intromisión. Pero han colocado caballeros del palacio del rey Taehyung alrededor de toda la residencia.

—¡¿Qué?!

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora