Capítulo ciencuenta y cuatro

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Eun-Ji

En cuanto di a conocer que el Emperador Jungkook y yo esperamos un bebé, el imperio occidental salto de alegria y conmoción.

Mientras intercambiábamos algunas palabras con el sacerdote que nos dio la bendición de la dicha de este futuro heredero, murmullos comenzarón a escucharse por todas partes del salón.

La mayoría de los invitados tenían caras y voces brillantes. Cada persona que se acercaba, daba un halagó distinto al otro.

—El embarazo de la Emperatriz es una celebración nacional y la esperanza de todos, pero se mantuvo en secreto durante tres meses. Nisiquiera nosotros, los nobles, sabíamos que su majestad estaba embarazada, y no dejamos de estar preocupados.

—Es necesario tener cuidado en las primeras etapas del embarazo, trate hacer cosas que la rejalen su majestad. Use ropa comoda, vestidos sueltos que no opriman su vientre.

—Tienen mucha suerte, majestades.

—Que lindas, gracias. Veremos como va todo.

Jungkook agradecio calmadamente con una sonrisa a todos los invitados una vez que la recepeción habia terminado. Esa noche, mis damas de compañia, mi familia e incluso mi cuñado se quedaron al final en la cena.

De repente, mi hermano se emociono y comenzó a hablar de lo que sabía.

—Entonces, ¿primero hay que preparar la ropa del bebé? O más bien juguetes. No, no, lo más importante es la cuna. ¿Qué diseño sería ideal para la cuna?

—Todo a su debido tiempo, hijo.

Le interrumpe mi madre. Todos dieron sus consejos los cuales tomamos con cariño para dentro de los meses futuros.

Esto es reciente, y como somos padres primerizos no tenemos idea de como hacer las cosas. Por ello nos agrada mucho el hecho de que todos los que nos rodean nos ayuden en el proceso.

Mientras sonreía torpemente, mi madre puso su mano en mi pequeño vientre abultado y acarició suavemente mi cabello.

—Mi querida hija, sigues siendo demaciado pequeña para mí. No puedo creer que mi pequeña niña vaya a ser madre.

—En realidad, ya no soy pequeña, madre.

—Lo entenderás cuando tengas a tus hijos. Por mucho que crezcan, siempre serán para sus padres pequeños e indefensos.

—Mamá, estoy preocupada.

—¿Sobre qué?

—Antes, durante y después de dar a luz, me preocupa todo.

Mi madre me rodeó la cabeza con sus brazos y me dio unas palmaditas en el hombro. El suspiro de mi madre recorrió mi cabello.

—Lo haras bien, cariño. Tú padre estaria orgulloso de tí, de la mujer en la que te has convertido. Esta bien si tú hijo o hija se parece a ti, pero si por casualidad...

La mirada de mi madre se desvió por un momento hacia mi hermano quién seguia sirviendose otro trago de weasky.

—Me preocupa que no sea capaz de manejarlo si no es tan tranquilo o tranquila como tú. Desearía poder quedarme a tu lado para ayudarte.

También deseaba que mi madre se quedara aquí conmigo, pero mi madre amaba el Imperio Oriental, su tierra.

Después del supuesto ataque Jungkoo les ofrecio a mi hermano y a ella una parte del palacio para vivir. Pero mi madre lo rechazo, y tiene sus razones.

Mi padre esta allá, su vida esta allá.

Incapáz de pedirselo, apoyé mi frente en su pecho. Justo entonces, mi hermano se acerco y preguntó como si hubiera leído mi mente.

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora