Capítulo treinta y uno

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Kim Taehyung

Me siento sobre el sofa del living, pidiendo privacidad mientras la camara de video de Eun-Ji se mostraba en el reflector. Le doy un sorbo al licor y me llevo el cigarrillo que tengo entre mis dedos hacia mis labios dandole una gran calada.

Si ella me viera, estaria molesta por la acción. Detesta que fume, sin embargo, por ella habia renunciado a muchas cosas de las cuales no me arrepiento.

Pero en esta ocasión lo amerita.

Fijamente observo el reflector con tanta claridad. Ella se encuentra grabando mi rostro "Mi querido esposo, juntos viendo el atardecer"

Estabamos en la casa de campo aquél día en el jardín, lo recuerdo. Era de los primeros días de nuestra luna de miel.

Nuestras sonrisas en el video eran tan sinceras, llenas de vitalidad y alegria. Eramos tan solo unos jovenes conociendo el amor por primera vez, ese día le habia dicho que la amaba.

En ese entonces era afortunado.

Mentiria si dijera que no la amo, por qué en verdad no hay nada que me impida no seguirla amando.

Mis ojos comienzan a arder por las lagrimas que van brotando hacia mis pomulos, me golpeo el pecho una y otra vez gritando su nombre.

Eun-Ji...  Eun-Ji... Eun-Ji...

Me siento observado, se que ella me esta viendo por el borde de la puerta pero mi cordura esta perdida entre la bebida, el video y mis pensamientos.

Cierro los ojos bajando los brazos haciendo caer mi trago al suelo y viajo seis años atrás para recordar la última conversación que tuve con mi tío antes de su muerte.

Un día antes, Eun-Ji y yo habiamos dormido juntos. No se sentia bién, por lo qué decidí pasar tiempo con ella para animarla una vez que le avizarón que su padre no tenia mucho tiempo y que en cualquier momento cerraria los ojos.

—Mi padre, me duele verlo así.—Susurra entre lagrimas recostada en mi pecho, acaricio el dorso de una de sius manos y llevo mis labios por detrás de su oreja.

—Pase lo que pase, nunca te dejare sola mi amor.

Estuvimos en esa posición por unos minutos hasta que ella cayo en un sueño. Necesitaba descanzar de esas largas horas de desvelo por no poder dormir con el pendiente de mi tío.

Tocan la puerta pero no doy autorización para que pasen, me levanto con cuidado de la cama acomodando su cabeza en la almohada y me acerco para abrir la puerta.

—Majestad.—Habla uno des sirvientes.—Su alteza el duque quiere hablar con usted.

En cama, con signos de debilidad y ataques de tos mi tío me observa detenidamente mientras agarra fuerza para hablar.

—Debes entender los titulos, el ducado que te dieron no son el trabajo.

—¿Señor?—Frunso el ceño con curiosidad, tratando de enteder lo mencionado.

—Ella es el trabajo. Ella es la escencia de tu deber, amarla, protegerla muy bién. Claro que extrañaran muchas cosas, pero hacer esto por ella... hacer esto por mi.—Comienza a toser haciendo que su caja toracica se eleve demaciado en repetidas ocasiones.— Tal vez no hay mayor acto de patriotismo o amor.

—Lo entiendo, tío.

—¿Lo entiendes?, ¿Lo entenderas?—muestra desconfianza.— ¿De verdad?

Su desconfianza es inigualable, no lo negare, hasta yo desconfio de mi mismo. No solo quiero ser un rey que sonrie y hace su trabajo si no también un padre, un esposo presente de carne y hueso que procura a su reina.

—Eso creo...

Al día siguiente, mi tío... el padre de Eun-Ji habia muerto. Teniendo esa última conversación conmigo, dejandome en claro que ella es la escencia... no solo de mi deber sino de mi vida.

Tengo que verla, antes de la boda.

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Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora