Capítulo diez y siete

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Medite algunos minutos al borde de la cama, aprete las sabanas con fuerza sosteniendo la mirada en el suelo.

En unas horas Kim Eun-Ji ya no seria más la emperatriz y reina del imperio de corea. Ya no volveria a ver las mismas caras, trabajar con las misma personas.

Yo solo ruego por el buen futuro de esta gente, espero que acepten a Nae-Yeun y sobretodo que ella sea capaz de hacer lo que yo hice en mi liderato.

Entre sollozos y lagrimas mis damas de compañia me acompañaron en todo momento mientras me alistaba para juicio.

—¿Esta lista su majestad?—pregunta con decepción el primer ministro a lo que yo asiento firmemente.

Subditos, y gran parte del personal se encontraban reverenciandome antes de entrar por aquella gran puerta dorada donde se me esperaba.

Hasta hace escasos segundos, casi no podia respirar. Pero ahora que estoy en la corte, me siento bién.

En el interior diviso a Tae quién se encuentra a un costado de Nae-Yeun la cuál portaba un vestido de gala no muy propio para la situación. Dando un mensaje irrespetuoso de su parte como si esto fuera un orgullo.

Ambos frente al sumo sacerdote, la prensa y parlamento de testigos.

—Emperatriz y reina Kim Eun-Ji del imperio de corea del sur. Su esposo el emperador y rey Kim Taehyung, solicita el divorcio. Si acepta su pedido ya no sera la emperatriz. Perdera todos sus derechos así como también su nombre real. Los vinculos que los unián como hombre y mujer se romperan y oficialmente seran solteros.

Habla el sumo sacerdote.—Si desea hacerlo tiene derecho a no aceptar dicha petición. ¿Acepta usted el divorcio?

—Si, acepto este divorcio.

—¡Sumajestad! Esto es absurdo.—se queja el primer ministro quién se elevanta de su lugar.

Tae me mira afligido pero no le devuelvo ningún gesto de empatia o solidaridad. Me decepciona el hecho de que haya desafiado el juramento que le habiamos hecho mi padre cuando niños.

Hasta en su lecho de muerte mi padre le volvio a recordar esa petición y eso duele aun más.

"JAMÁS PONDRAN A NADA NI A NADIE ANTES QUE AL OTRO"

Tae fue el amor de mi vida y se que parezco fuerte pero no lo soy. No quiero que me digan que lo comprenden o no porqué no estan pasando por esta situación.

Pero ya no más...

Eun-Ji, tu nueva vida comienza apartir de hoy.

—¿En verdad acepta este divorcio sin ninguna objeción?

—Si, lo acepto sumo sacerdote. Y... solicito autorización para volver a casarme.

La audiencia presente se sorprende al intante por aquellas palabras y peticion que solicite al sumo sacerdote el cual también se rncontraba consternado.

—¡¿Qué!?—Tae se exhalta azotando los puños sobre la gran mesa de madera barnizada.

—¿P-para volver a casarse?—Tartamudea el sumo sacerdote sin poder creerlo.—¿Quiere casarse? ¿Con quién?

Jungkook quién esperaba afuera de la corte da paso hacia a mi, tomando de mi mano. Nadie podia creerlo nisiquiera Tae que su semblante pasivo habia sido roto.

—El es con quién quiero casarme, quiero que el rey Jungkook sea mi esposo.

—¡¿Qué crees que haces?!—Tae apunta con el dedo a Jungkook que si no fuera por la cordura se le aventaria a golpes pero su reputación debe ser cuidada.

—Vine a proponerle matrimonio.

—Rey Taehyung.—Intercede el sumo sacerdote.—Silencio por favor.

—Sumo sacerdote, cumplire con las formalidades más adelante. Pero me apresure a venir por qué no queria perderme esta oportunidad. Sé que puede parecer tan repentino, pero le suplico que considere las circunstancias y apruebe este matrimonio.

—¡Sumo sacerdote, es ilegal que este juicio sea aprovado sin mi consentimiento!—aprieta la mandibula con furia.

El sumo sacerdote mantiene su mirada fija en mi, evadiendo la discusión y la sorpresividad de los presentes. Al parecer necesitaba una respuesta de mi parte para proceder, con un gesto le comunico que lo apruebe asumiendo que esa es la idea del por qué me mira.

—Acepto que la emperatriz Eun-Ji, se case con el rey Jungkook.—con el mazo de madera golpea la pieza circular que decora la mesa.—Ha concluido el jucio. Rey Jungkook y Eun-Ji, presentense ante mi.

Tomo de la mano a Jungkook y ambos nos incamos frente al sumo sacerdote. Coloca su mano encima de las nuestras que estan entrelazadas y procede a bendecirnos.

—Los declaro, rey y reina del imperio de occidente.

—Gracias, sumo sacerdote.—agradecemos con una grata sonrisa.

—Mi niña Eun-Ji, si acepte este matrimonio es porque la he visto crecer desde pequeña y confio en usted. Procuren organizar una boda esplendida e inviten a mucha gente deben tener la frente en alto, sin importar lo que digan.

—Eso haremos.

—Emperatriz... digo, Eun-ji.—Se acerca Tae a nosotros manteniendo una distancia poco comoda.—¿Qué clase de traición es esta? Y no digas que le seguiste la corriente solo porque te propuso matrimonio frente a la corte. Sabes bién que esa no es la respuesta que busco.

—Si, ya se que quieres que diga. Pero no te voy a responder porque no es algo que deba saber un exesposo.

—¡¿Exesposo?!—grita furioso pero se tranquiliza al ver que los espectadores siguen presentes.
—Bien, soy tu exesposo. Pero igual soy el emperador del imperio al que perteneces y yo no tengo intención de darle a mi exesposa el derecho de volver a casarse.

—Esa decisión es mia, emperador.—Le interrumpe el sumo sacerdote.

Tae apunto de colapsar, sale del interior del lugar dejando fulminados a todos los presentes por su duro comportamiento y e interrogatorias. Así mismo Nae-Yeun lo seguia a toda prisa por detrás.

¿Por qué se pone de esa forma? Es más claro que el chocolate que me pidio el divorcio por que el ya tiene a otra mujer en su corazón y fututo heredero.

Ahora es momento de ver por Jungkook y agradecerle gran gesto. Como su nueva reina y esposa mi deber es ayudar a su imperio tanto como él lo hizo conmigo.

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora