Capítulo veinticuatro

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Jungkook

A la mañana siguiente de la llegada de Eun-Ji al imperio de Occidente me dirigí hacia la sala de trono donde me esperaban algunos subditos, comensales reales y personal de guardia para entablar converzación.

—Majestad, fue imprudente de su parte haber ido solo al imperio de corea.

—Reconozco haberles causado preocupación.—respondo tranquilamente.—Sin embargo, fue decisión mia. Mi reina no me pidio que fuera por ella. Es alguien que desde que la conocí la he venerado y admirado y la he traido aquí tras varias dificultades porque respeto sus habilidades como emperatriz.

—Pero...

—Primer ministro, dejeme terminar.—le recrimino a lo que responde agachando su cabezs al suelo.—Sin embargo, desde que llegamos aquí ustedes han actuado como si...

—¿Cree que ella es sacada de un cuento de hadas o algo así?—Me interrumpe nuevamente el primer ministro.— Hay mucha gente que considera que Lady Lisa sea la reina, es esperable que nos cueste tratar a una emperatriz de otra nación como nuestra reina.

—Yo por mi parte, seria capaz de tratar a quién tome tu lugar del mismo modo que a ti, aunque te reemplazara mañana.—Los amenazo.—Pero para lamento de todos y frustración Eun-Ji sera mi esposa y reina de este imperio así que espero que de ahora en adelante sean conscientes de su conducta hacia ella.

[...]

Eun-Ji

Debo decir que el palacio de la reina es hermoso tanto por dentro como por fuera. Bastante acogedor, hace mucho que no dormia tan bien aunque en mis pensamientos vagaban todo lo que ha sucedido desde que acepte ser la esposa de Jungkook.

Mis inquietudes eran bien determinadas. Parece que la mayoria de la gente del palacio confía en Lalisa y la respeta más que una emperatriz de otra nación.

Por otro lado, dicen que soy una mujer astuta que logro casarse de nuevo apenas se divorcio. Y quieren intimidarme porque piensan que voy a ser arrogante y la gente que aún no he conocido también pensaran lo mismo.

Lalisa debe sentirse amenazada por qué ahora yo cargare con el puesto mayor de este imperio. Lo mismo que sentí yo cuando Nae-Yeu llego al palacio.

Pero, Nae-Yeun se enteraba de todo lo que yo hacia, incluso cuando yo estaba en el palacio, que estaba lleno de gente de confianza.

Y ahora yo debo vivir entre gente resentida conmigo. ¿Ahora saben porqué prefiero aplastarlo todo?

Salgo de mis pensamientos al escuchar dos ligeros toques en la puerta principal de los aposentos. Me levanto del sillón donde anteriormente estaba postrada y me dirigo a abrir.

Jungkook se encontraba frente a mi con un precioso ramo de rosas rojas cuyos petalos brillaban y olían delicioso.

—¿Que es esto?—pregunto sorprendida.

—Ya estamos casado mi reina, por favor aceptelo.

Con una sonrisa grata tomo el ramo de flores con delicadeza para no maltratar el papel y permito que Jungkook pase, cerrando la puerta tras de él.

—¿Como estuvo la reunión?—Pregunto mientras lo invito a tomar asiento y dejo el ramo en la mesita de centro que se encontraba frente.—¿Hay problemas?

—Se hablo de mi desaparición, solamente.—suena nervioso y un tanto cansado.

—Jungkook, dime la verdad. Se sincero conmigo, quiero que nuestro matrimonio sea sano sin ocutarnos absolutamente nada.—me siento junto a él.

Ladea sus labios mostrandome una ligera sonrisa y toma mi mano entrelazando sus dedos con los mios.

—Antes no hice nada cuando me pediste que no me involucrara al defenderte de Felix. Pero, mi reina... quiero que a todo el mundo le quede bien claro que eres mi esposa y la reina de este imperio.

—Ya todo el mundo lo sabe.—trato de tranquilizarlo.

—Deberian actuar en consciencia y si no pueden yo...

—Jungkook.—le interrumpo.—Hay veces en que puedes ayudarme y otras en que debo hacer las cosas yo sola. Te agradezco que me des apoyo, pero ni Tae siendo emperador, controla la reputación de Nae-Yeun. Yo sola debo hacerme cargo de esto.

—De acuerdo, pero debes decirme si puedo hacer algo para ayudarte cuando lo necesites.—Besa el dorso de mi mano.—Sin embargo, no vine aquí para hablar de asuntos triviales sino de nuestra cita.

—Pense que lo habias olvidado.

—Nunca me olvidaria de nada, sobretodo si se trata de ti.—Me ruborizo al instante.—Entonces querida esposa ¿Qué quieres hacer en nuestra primera cita?

Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora