El camino no fue tan silencioso como creí, apesar de estar viajando colina arriba la vista era encantadora y la hospitalidad de aquel hombre culto que manejaba la carroza era inigualable.
—¿Quiere un bocadillo?—me pregunta.
—No, gracias.
—Me parece bién lo que hizo la emperatriz.—Habla de repente del asunto como si mostrara confianza del tema.
—Ah, ¿si?
—Claro, algunos dicen que fue egoista de su parte, pero es facil para ellos hablar sobre la vida de los demás. Ella no pidio el divorcio y no fue por acuerdo mutuo.
—¿Como cree?—me hago la interesada en el tema.
—Si, la tomo por sorpresa. ¿Pero igual la gente habla de lealtad? ¡Son puras tonterias!
—Si, en efecto.—Sonrio por mis adentros.—Son puras tonterias.
—Por cierto, tiene una forma muy rara de hablar—Trata de buscar mi rostros.—¿De donde vienes amigo?
—Yo este..—agacho un poco mi cabeza.—De Seúl visitaba a un buen compañero.
—Ah, ya veo.
En cierto momento, me relaje lo suficiente como para disfrutar el paisaje. Me alegra escuchar que gente me apoya en la decision que tome y como agradecimiento hare mi esfuerzo para que vivan en un imperio excelente.
—Llegamos a la cabaña.—se detiene que hasta sentí el recorrido muy rapido.—Anda, fuera.
—¿Qué?—me toma por sorpresa y bajo de la carroza.
—Espero verte pronto amigo, buena suerte.—asi sin más vuelve a subirse y regresa por donde venimos.
—S-si, claro amigo.—trato de sonar como un jovén varon.
Al entrar a la cabaña siento una sensación tranquila y liberadora. Camino hasta el pequeño sofa que se encuentra ahi mismo y tomo asiento alejandome un poco de las particulas de polvo que emanan los bordes de este.
Parece que esta cabaña es descuidada, pero me inquieta un poco que este bién amueblada.
No tengo la menor idea de que hacer para matar el tiempo en lo que llega Jungkook, me quito la boina y dejo soltar mi cabello hasta la cintura.
Recorro la cabaña examinando cada detalle de ella cuando escucho pasos, debo ponerme en guardia en caso de que sea alguién extraño así que me oculto detrás de un mueble.
Al abrirse veo entrar a Jungkook.
—¿Mi reina?—pregunta buscandome entre todo el lugar.—¿Ya llego?
—Jungkook, creí que tardarias más.—me pongo a la vista.
—¿Que hace ahí mi reina?
—Pense que era otra persona, queria resguardarme para no traer problemas.—explicola situación.
—No se preocupe.—Me extiende un vestido.—Aquí tiene el vestido, la esperare afuera ¿de acuerdo?
—Gracias Jungkook.—me sonrio amable.—¿Como la paso de regreso?—Pregunto una ves que salgo de la cabaña ya con el vestido puesto.
—Llegue antes de tiempo, Nam ya dio avizo a todos los nobles que esta noche llegaras por lo que nos estaran esperando.
—Creí que me presentarias mañana a primera hora del día.
—No, apartir de esta noche te deberan conocer. Deberan conocer a su reina.—me ayuda a subirme a uno de los caballos que trajo con el tomandome de la cintura.
[...]
—Mi reina no crees que estas yendo demaciado rapido?—Grita Jungkook a metros atrás de mi.
—Vamos Jungkook alcanzame.—río alegre.
De todos los deportes que los nobles aprenden por obligación, la equitación era mi preferida. A Tae también le gustaba la equitación...
Así que soliamos...
Siempre que pienso en el pasado, Tae esta ahí... supongo que no puedo evitarlo por qué en ese entonces nos queriamos y todo era normal.
Alento el trote del caballo para que Jungkook me alcance e ir un poco más tranquilos.
—Ya casí llegamos a nuestro palacio, Nam debe estar esperandonos en la entrada principal.—comenta.—Por cierto, allí no hay un palacio separado para la reina.
—¿Como así?—frunso el ceño.
—Sin en cambio hay tres cuartos en un solo piso. El del medio es compartido y los de los extremos son los privados del rey y la reina.
—¿Por qué hicieron eso?
—Es porque vamos a usar una cama especial.
¿Una cama especial? ¿Ya estara pensando en nuestra noche de bodas?
Usualmente los reyes duermen en cuartos separados y en caso de que quieran compartir la noche juntos o tener intimidad siempre la reina debe ir al cuarto del rey.
Nunca escuche cosa igual a lo mencionado pero respeto esa costumbre.
—Tu cuarto ya esta diseñado y posteriormente decorado en oro rosa así como también los detalles en dorado.
—Te lo agradezco Jungkook, me gusta mucho el oro rosa pero no es necesario que sea todo de ese color. Con lo poco que me dieras bastaba.
—Cierto, porque ya tienes un marido de oro.—me guiña.—Si dormimos juntos todo lo que veras al despertar sera oro.
—Hay Jungkook.—sonrio complacida y me ruborizo.
Al llegar a la puerta principal del enorme palacio de Jungkook una ilera de caballeros se posaban a la vista mirandome de manera despectiva y distante al verme tomada de la mano de su rey cuando bajamos de los caballos.
—Parece que los caballeros estan asombrados de conocer a la nueva reina de la que solo habian oido hablar.—dice aligerando la situación.
No creo que me esten mirando así por eso... pero deberia actuar como si no pasara nada. Si los guardianes reales que saben mantener la compostura son así, ¿entonces como reaccionaran los ciudadanos?
¿Como me miraran los nobles de la alta sociedad? ¿Y que hay de aquellos que me conocian como la emperatriz del imperio oriente?
Jungkook al parecer me noto afligida por mis pensamientos.
—Descuida, todos te amaran.
Al adentrarnos, ambos tomados de la mano fue inexplicable para sus subditos quién atonitos nos miraban
—Denles la bienvenida a sus majestades, el rey y la reina del imperio occidente.—Habla su servidor Kim Nam-joon dirigiendose a los nobles presentes.
Asi mismos todos se reverencian aunque en realidad me mostraban individualidad, después de todo ellos tendras persepciones distintas de mi y era de esperarse.
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Amor & Deber | Jungkook + Taehyung ©
Fanfiction"Así, justo me habia imaginado el sabor de tus labios"