𝐏𝐨𝐩𝐮𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐯𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐡𝐚𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬

Especial

"Club de los bobos"

4 de noviembre de 2018
(Este capitulo sucede horas antes que el capítulo 33).

Estoy sentado en el suelo, abrazo mis piernas contra mí pecho, mi espalda está recargada en la cama, mientras que enfrente hay un gran espejo en dónde puedo ver lo miserable que luzco en este momento.

La luz de la luna es lo único que ilumina mí habitación.

Miré el reloj que estaba en el buró, son las 3:25 a.m y no tengo ni una pizca de sueño, todos los demás deben de estar completamente dormidos.

- Hijos, voy a casarme.- Susurré.- Mi pareja y yo decidimos que debemos mudarnos a otra casa, para nuestro nuevo comienzo como una familia.

Reí sin gracia mientras una lágrima bajaba por mí mejilla, pero la limpie rápidamente.

¿Porque te vas a casar justo ahora?

¿No podías esperar un poco más?

Digo, nisiquiera sabíamos que tenías una pareja, y ahora de la nada llegas para decirnos que te vas a casar con una de tus empleadas el próximo mes.

Sinceramente no sabía que estaba escrito en su contrato que debía de casarse con su jefe.

Obviamente conozco a su prometida, ¿Pero cuántas veces hemos hablado? ¿Tal vez 5 veces? No lo sé, y la verdad tampoco me importa llevar la cuenta.

Como si no fuera suficiente el hecho de que te vas a casar, nos obligaste a mudarnos a una nuevo lugar, ¡Y ahora resulta que también voy a tener hermanastras!

¿Algo más que nos hayas escondido por estos dos malditos años?

El sonido de una llamada entrante a mi celular resonó por toda la habitación, así que me levanté con pereza hasta el escritorio y contesté sin leer quien era.

- ¿Hola?- Pregunté mientras caminaba de regreso a mí anterior lugar.

- ¡My friend!- Escuché un grito- susurro.

- ¿Que necesitas?

- ¿Que haces?

Volví a sentarme en el suelo mirándome en el espejo.

- Lo que cualquier persona haría a está hora.- Respondí con obviedad.- Estaba durmiendo.- Mentí.

Unas risas se escucharon del otro lado.

- No te creo ni una mierda.

- Realmente no me importa.- Hice un puchero.- Volveré a dormir.

- Mejor vamos a curiosear por la ciudad.

- ¿Eres imbécil?- Frunci el ceño.- Es de madrugada, si se llegan a dar cuenta que volví a escaparme de casa me van a castigar.

- No seas tan aburrido, anda, hay que irnos.

- Bro, me estas diciendo que nos fuguemos de nuestras casas, pero tú sigues acostado en tú cama.

- Sí sobre eso.- Se formó un silencio.- Que lindo balcón tienes.

Sentí que el aire abandonó mis pulmones y rápidamente me levanté de mí lugar, para abrir una de las puertas del balcón y salir.

Miré hacía abajo y ahí estaban los dos idiotas sentados en el césped.

- ¿¡Cómo lograron entrar!?- Grité- susurre.

- Tenemos nuestros contactos.- Se rió.

- ¿Y quién les dijo dónde vivo?