𝐏𝐨𝐩𝐮𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐯𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐡𝐚𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬

Capitulo 74

"¡Sorpresa!"

- ¿Hola?- Murmuré.- ¿¡Hay alguien aquí!?

Seguí alumbrado con la linterna de mi celular uno de los pasillos del edificio abandonado mientras trato de buscar las cosas que están escritas en la hoja.

- Podría estar acostadito en mi camita durmiendo, pero no, los demás querían jugar a las escondidas con Pie Grande y Chucky.- Frunci el ceño.

Cualquier persona en su sano juicio estaría dormido a estás horas de la madrugada, yo lo estaba hasta que un maniático tocó mi puerta con mucha fuerza como si la vida se le fuera en ello.

A regañadientes tuve que despertarme del mundo de los sueños, para después darme cuenta que estaba completamente solo en la habitación, bueno, en realidad no estaba tan solo, tenía a mí ejército de Molang's en la cama, aunque ese no es el punto.

Prosiguiendo con la historia, abrí la puerta para encontrarme con Namjoon recargado en la pared completamente relajado, como si segundos antes no estuviera a punto de romper la puerta con su fuerza bruta, porque lo que tiene de alto lo tiene de tonto.

¡Otra vez me desvíe de la historia!

¡Piensa Yeonjun! ¡Piensa Choi!

Después de auto-invitarse a mí habitación, me platico que mientras yo estaba dormido, el resto de mis amigos se pusieron a jugar con los populares para saber quiénes serían los ganadores de las bromas, pero los muy torpes no se dieron cuenta que cayeron en una trampa, y ahora debo de ir a rescatarlos, ya que de no hacerlo, lo tomarán como darnos por vencidos y la victoria se le daría automáticamente al equipo azul.

Dijo muchas cosas más, pero a decir verdad no le preste atención, estaba más dormido que despierto, no puedo recobrar la compostura tan rápido como mi hermano, ese niño anda como si nada, mientras yo trató de recordar cual es mi nombre.

Básicamente fuí obligado abandonar la comodidad de mi cama para recorrer todo el edificio abandonado en búsqueda de ciertas pertenencias que están anotadas en una hoja.

Hace muchísimo frio, la chamarra, mi bufanda y los guantes no son capaces de hacerme sentir mejor, pero prefiero morir de hipotermia a ser team calor.

El frío es mental.

Escuché unos ruidos atrás de mí, así que voltee como niña del exorcista y alumbre, pero no había absolutamente nada.

- Debió ser una rata.- Dije para tratar de consolarme.

No soy una persona que se asuste fácilmente con lo paranormal.

Pero nunca esta de más mantenerme alerta, podría brincarme una rata o peor aún, aparecerse Beomgyu, ¡O una rata con la cara de Beomgyu!

Y si le platico a mí papá la rara historia de la rata Beomgyu me contestaría con un "Por andar descalzo" o "Por andar con el celular".

Otra vez el ruido se volvió a escuchar.

- ¡Alto ahí, bestia!- Exclamé.- ¡No me obligues a usar las artes marciales contigo!

Aunque pensándolo bien, hasta una cucaracha tiene mejor condición física que yo.

En términos de soportar, no estoy soportando.

Seguí avanzando por el pasillo, hasta que sentí una mano en mi hombro.

Como el macho pecho peludo que soy, comencé a gritar y le dí un manotazo a quién sea que me este tocando.

Su risa llenó el silencio del edificio y fue ahí cuando me dí cuenta de quién era.

- ¡Maldito estúpido!- Chillé.- ¡Casi se me sale el corazón!- Puse mi mano en mi pecho.

Soobin trato de controlar su risa, pero no sirvió de nada.

- No te enojes, bonito.- Respondio.

Rodé los ojos y continúe caminando, dejándolo atrás.

Escuché sus pasos apresurados tratando de alcanzarme.

- Nunca me diste buenas vibras, sagitario dejarás de ser.- Murmuré molestó.

- Calmada fiera.- Contestó.- Como soy tan buena persona viene hacerte un poquito de compañía para alegrarte en tu aventura.

- ¿En mi aventura?- Alce una ceja.- ¿Acaso esto es Hora de Aventura? ¿Somos Finn y Jake y no me había dado cuenta?

- ¿Te faltan muchas cosas por encontrar?- Ignoro mi anterior comentario.

- No realmente.- Hice un puchero.- Sólo me faltan 5, ¿Me dirás dónde están?

Tomé su mano y entrelace nuestros dedos.

- Buen intento, pero no.

- Entonces saquese por ahí.- Lo solté con brusquedad.

Me resultó increíble el hecho de que a Soobin también se le haya olvidado dónde colocaron los objetos, y tuvimos una batalla campal por ver quién los encontraba primero.

No es por presumir, pero fuí el ganador.

¿A quién engaño?

¡En tu cara, Choi Soobin! ¡Te gané! ¡Te gané! ¡Te gané!

¡Arrodillate ante mí!

Aunque eso no lo dije en voz alta, lo único que respondí fue un:

"Buen juego, Binnie".

Ante todo mi dignidad.

Son las 3:30 a.m., y estamos subiendo las escaleras para dejar los objetos encontrados en el club de literatura y así poder ganar.

Cabe resaltar que Soobin es quién esta cargando la caja con las cosas porque yo estoy chiquito y me puede dar ansiedad.

- Dicen que a esta hora se aparece Hello Kitty para robarte el alma.- Comentó Soobin sin contexto alguno.

- ¿No tienes otro lugar dónde decir estupideces?

- No. Hoy no.- Sonrió con inocencia.

Después de unas escaleras que sentí infinitas, por fin llegamos al anhelado club de literatura.

- ¡Ahora sí! ¡A mimir en paz!

Abrí la puerta del club con rapidez, pero un repentino ruido me hizo cerrar los ojos con fuerza y cubrirme los oídos con mis manos.

- ¡Sorpresa!- Gritaron.

Lentamente abrí los ojos y alejé mis manos de mis oídos, para notar que el club de literatura esta adornado como si fuera el salón de alguna fiesta.

Hobi sontiene un pastel de graduación, mientras Ji Eun me extiende una pequeña caja de regalo, mientras los demás tienen en sus manos los cañones de confeti.

- Awwww son muy tiernos.- Hablé después de unos segundos.- ¡Pero casi muero de un infarto por el miedo que me dió estar en el edificio abandonado, manada de estúpidos! ¡Y para el colmo me envían de compañía al más distraído de todos! Pero por otro lado, que lindo detalle, son gente finísima.

- Les dije que no le hiciéramos nada.- Jungkook rompió el silencio.- Así es la gente malagradecida.

Taehyung le dió un codazo sin perder su sonrisa.

- Ignóralo, la edad los pone sensibles.- Se rió nervioso.

- Claro...

- ¡Pero pásale!- Liz me tomó de la mano.- ¡No te quedes allí con cara de mosca muerta!

- ¿Gracias?

- ¡Claro, no es nada!

Y así fue como en la madrugada tuve mi pequeña fiesta de graduación organizada por mis mejores amigos, en dónde vimos películas, cantamos, bailamos y reímos.

Nos tomamos una foto de recuerdo en dónde todos salíamos con unas enormes ojeras, el cabello lleno de palomitas y frituras, nuestras ropas manchadas de pastel, pero lo más notorio en aquella foto eran nuestra sonrisas sinceras.

Ellos dijeron que debo de vivir mi último día aquí como algo especial.

Pero, ¿Cómo les explico que cada momento a su lado es especial para mí?