BABI
Me siento en el mostrador y hoy agradezco tener un puesto más tranquilo. Me encuentro mal desde que me he levantado. Podría haberle dicho a Keyan que me quedaba descansando pero tampoco voy a hacer gran cosa. No tengo que estar en movimiento así que solo tengo que esperar a que el día pase rápido.
Empiezo a ordenar los archivos y tengo que parar cada dos por tres para secarme el sudor de la frente y controlar las náuseas. No me gustaría vomitar encima de todo la verdad.
Las horas pasan y sigo sin encontrarme bien. Lo bueno es que tengo casi todo el trabajo terminado. Es casi la hora del cambio de turno y ya no queda nadie más por entrar del turno de mañanas.
Seguramente después lleguen nuevos presos, pero mientras puedo descansar.La prisión se encuentra tranquila ya que todos están en las celdas descansando. Cojo una pastilla que eché esta mañana en el bolsillo y antes de que pueda echármela a la boca una arcada se apodera de mí.
Pienso rápido y los baños que me pillan mas cerca son los de los presos. Salgo de la oficina rápidamente y subo las escaleras hasta llegar a ellos.
Me meto en un cubículo y vomito todo lo que tengo dentro. Mi cuerpo tiembla y el sudor es frío. No me asusta estar así, ya he pasado por esto y sé que es normal. Pero no es agradable trabajar con este malestar.
En cuanto salga de aquí le pediré a Keyan el resto del día libre. Lo siento si no hay nadie que pueda ocupar mi puesto. Prefiero trabajar doble mañana a tener que seguir así.
Vomito un par de veces más y salgo tambaleándome. Voy hasta los grifos para echarme agua fría en el cuello.
Cuando levanto la cabeza, Dixon me observa desde el umbral de la puerta.
– No puedes estar aquí – le digo.
– Cuanto tiempo sin verte rubia – sonríe mientras se acerca.
Me extraña que esté aquí. Las celdas están selladas ahora y debería haber aunque sea una persona de vigilancia.
No tengo esposas para ponérselas. Keyan no me las dio cuando volví porque me dijo que no era necesario. Solo cargo con mi pistola y el walkie con el que hablo con Shana.
– Vuelve a tu celda, Dixon – ordeno.
– Mmm – hace como que piensa – prefiero estar aquí contigo.
– Te he dicho que vuelvas.
Llevo mi mano hacia la pistola pero es rápido y llega hasta a mí tirándola a un lado.
Saca una navaja de su bolsillo y me presiona el cuello con ella. Trago duro.Casi nunca trabajando aquí he tenido miedo, ni siquiera cuando Derek estuvo a punto de matarme.
Pero ahora sí lo tengo y mucho. No es porque esté indefensa ni nada. Es porque ahora llevo mi bebé dentro de mí y me muero si le pasa algo.Le doy un rodillazo en los huevos porque necesito ganar aunque sea unos segundos. Se retuerce de dolor lejos de mí y aprovecho para coger rápidamente el walkie.
– Necesito ayuda – digo casi sin voz.
– ¿Babi? - pregunta Shana.
– Necesito ayuda – digo mas fuerte – estoy en...
No me da tiempo a terminar de hablar porque su puño ha impactado contra mi mejilla. No quiero seguir cabreándolo así que opto por estar quieta. Antes hubiese hecho lo imposible por defenderme, pero ahora prefiero no arriesgarme. Con suerte Shana me encontrará antes de que me haga algo.
– ¿Qué quieres? - le pregunto temblorosa.
Su navaja vuelve a posarse en mi cuello con mas fuerza.
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CELDA 001 [+21] [LIBRO 1] [TERMINADO]
Romance{ TRILOGÍA 001 } PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA En Bradford Regional Prision hay dos opciones: matar o morir. Barbara Scott solo tiene un propósito: justicia. Entra preparada físicamente y psicológicamente. Pero parece que la muralla que rodea su cora...