CELDA 001 [+21] [LIBRO 1] [TERMINADO]

CAPÍTULO 13

BABI

Salgo del centro comercial junto a mi hermana. Llevo tres días disfrutando lo máximo posible. Vamos cargadas de bolsas de ropa, parecemos Pretty Woman.

Mi hermana es una amante de la moda y gracias a mis ahorros he podido complacerla como ha deseado. No me molesta gastarmelo en ella. Pronto tendré el primer sueldo del trabajo y la verdad es que está bastante bien. No sé si tanto como para compensar jugarte la vida, pero no me voy a quejar.

Nos sentamos en una heladería para merendar. Observo a mi hermana y se ve feliz. Hacia tiempo que no la veía tan tranquila.

– La semana que viene tengo competición – dice.

– Que pena no poder estar aquí – me lamento.

– No te preocupes, podrás verlo en internet. Somos profesionales – me guiña un ojo.

– No tengo la menor duda – sonrío.

Se le da tan bien que es todo un espectáculo verla.

Se remueve en la silla un poco incómoda. Hace eso cada vez que tiene que contar algo importante o similar.

– ¿Pasa algo? - pregunto.

– ¿Puedes enseñarme una foto de los sospechosos?

– ¿Para qué?

– Simple curiosidad – se muerde el labio inferior.

Saco el móvil y busco sus nombres en internet. Sus delitos son tan conocidos y graves que son conocidos publicamente. Le enseño una foto de cada uno, siendo el último Varek.

– Madre mía – dice asombrada.

– ¿Qué?

– El último está que te cagas.

– Cambiarías de opinión si lo conocieras – miento.

Yo ya lo conozco y no se me quitan las ganas de tirármelo.

– ¿Es él quien te ha hecho eso? - me señala la cara.

Todavía tengo los morados de la pelea, aunque el labio y la ceja están bastante bien.

– Si – asiento.

– ¿Por qué fue realmente? - pregunta.

Busco una excusa rápidamente. No quiero que Sarah sepa lo que pasó de verdad.

– Lo separé de una pelea y me agredió.

– Que hijo de puta - afirmo con la cabeza – aun así no deja de estar bueno.

– Sarah, podría ser el asesino de mamá.

– Si, lo sé – baja la mirada - tienes razón.

– Eh, no te pongas triste. Si es él, pagara por todo. Te lo prometo – le cojo la mano.

– No dudo de ti, Babi – sonríe tristemente.

– Espero que pronto se resuelva todo.

Hablamos durante media hora más de temas alternos y decidimos que es hora de volver a casa.

Después de cenar, me tomo un baño relajante ya que en la prisión solo puedo disfrutar de la ducha.

Salgo y miro mi móvil. Hay una llamada perdida de un número que no conozco. Devuelvo la llamada y espero a que alguien conteste.

– ¿Barbara? - dice una voz femenina.

– ¿Quién eres? - pregunto.

– Shana – responde.