CAPÍTULO 4

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Varek

Me despierto y observo estas cuatro paredes de mierda. Siete años observando lo mismo. No sé cuanto tiempo me queda aquí, espero que poco.

Necesito obtener noticias de mi abogado Max Wood lo antes posible. Hoy hay cambio de vigilancia, estoy deseando ver a los inútiles que nos tocan esta semana.

Me visto deprisa y espero a que se abra la puerta con el sonido de la sirena. Cojo mi paquete de tabaco y mi bolsa de aseo personal. Avanzo hasta la entrada sin las rejas ya y observo a una rubia con el uniforme de vigilante.

'Esta es nueva'.

Y hay que decir que tampoco está nada mal. Seguro que me lo paso bien con ella.

Me acerco a ella y me fijo en sus ojos grises. Nunca había vistos unos iguales. Nos miramos fijamente mientra me pone las esposas.

'Tiene experiencia' pienso.

Agacho la cabeza para poder quedar a la altura de su pelo e inspiro su aroma.

– Mmm, deliciosa – susurro.

Me aniquila con la mirada y de repente me encuentro con el labio partido por un puñetazo.

'No sabes con quien te estas metiendo, pequeña Barbie'.

– ¿Que te has metido en el bolsillo? - pregunta fuertemente.

– No sé, compruébalo.

Mete la mano en el bolsillo de mi mono negro y saca el paquete de tabaco mientras le sonrío con inocencia.

– Andando – me empuja y me guía hacia los baños, seguido de mis compañeros.

– Dámelo – exijo.

No me apetece gastarme dinero en otro paquete hoy.

– Ahora es mío. Sigue andando y cállate – ordena.

'Que poco vas a durar'.

Entro en los baños y estiro mis manos para que pueda quitarme las esposas y poder hacer mis cosas.

Me pongo frente al espejo y veo que los cuatro superiores están rodeando la entrada con la mano apoyada en la pistola.

'Tienen miedo'

Vuelvo la vista a la rubia que me está mirando, sonrío y le guiño un ojo.

Quiero acabar con ella lo antes posible, por haberme tocado los cojones. Aquí el único superior que hay soy yo.

Veinte minutos después estoy sentado desayunando, si es que se le puede llamar así a un vaso de agua y tres galletas.

– Creo que esta semana nos vamos a divertir – habla Derek.

Levanto la mirada y está observando a los vigilantes. Me río y asiento.

– Déjame a la rubia. Le tengo ganas desde que han abierto la puerta.

– Genial, la morena para mí. A los dos tíos les queda un telediario aquí - ríe.

– Dejales al menos un día que disfruten – digo mientras nos carcajeamos.

La mañana se pasa rápido y la hora de la comida y el descanso también. Nada interesante por ahora.
Termino de hacer ejercicios en el patio y empiezo a aburrirme.

'Quiero fumar'

Eso está fácil. Me acerco a un grupo que está hablando y me dirijo a uno de ellos mientras los demás se echan hacia atrás.

'Me tienen miedo', me encanta.

– Dame tu paquete de tabaco – exijo.

– No tengo, tío - le tiembla la voz.

Bueno, tendré que quitarme la ansiedad de otra manera.

Le pego un puñetazo mandándolo al suelo directamente. Intenta defenderse pero es difícil cuando lo haces con una persona que mide un metro noventa.

Sigo arremetiendo contra él hasta que queda inconsciente. Me levanto destensando mis músculos y cuando me giro tengo el cañón de una pistola en la frente.

'Ah, sigue el juego'

– ¿Alguna explicación para lo que acabas de hacer? - pregunta la rubia.

Me llevo el dedo índice al labio y finjo pensar.

– ¿Aburrimiento?

– Qué gracioso eres – sonríe con suficiencia sin dejar de apuntarme.

'Me pone'

- Shana llévalo a la enfermería - dice dirigiéndose al del suelo.

Piden refuerzos y aparecen otros tres para poder llevarlo entre todos adentro. Claro, necesitan ayuda, es peso muerto.

Me río en mi interior y decido que me aburro de nuevo y no quiero seguir jugando a los poli y cacos.

Rápidamente aparto la pistola con una mano y con la otra cojo a la rubia del cuello mientras pego su espalda a mí. Ahora es ella quien tiene el cañón apuntando en su sien. '

Fácil y sencillo'

En menos de dos segundos la tengo a mi merced. Que pena que no haya nadie para ayudarla.

– Te voy a matar – le digo en voz baja al oído.

– Ya quiero ver como lo haces – dice jadeando por la falta de aire.

Aprieto mas el agarre en su cuello porque a mí nadie me vacila.

– Paciencia, Barbie. Primero vamos a disfrutar.

– Claro que lo vamos a hacer.

Hace una maniobra que jamás había visto aquí dentro. O por lo menos nadie se ha atrevido a hacermelo a mí.

Usa su codo para darme fuertemente en mis huevos y suelto la pistola por puro reflejo.

'Esta puta es rápida y lista'

Ya sé que tengo que tener mas cuidado con ella la próxima vez. Intento no retorcerme de dolor y ella aprovecha para ponerme las manos detrás de la espalda y colocarme las esposas.

'Ha ganado la partida, pero no el juego'

Diez minutos después me encuentro en una celda de aislamiento. Siete días me ha dicho el director.
En cuanto tenga oportunidad me lo quitaré del medio, aunque es un poco difícil ya que es como una rata. Siempre está escondido y tiene contacto con nosotros lo justo y necesario.

'Algún día te pillaré'

Y a la rubia también, Barbara he oído que se llama. Para mí siempre será Barbie.

CELDA 001 [+21] [LIBRO 1] [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora