♥ Little Freak

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Estabas tratando de ser paciente mientras caminabas por el pequeño condominio, esperando a que tu novio llegara después del mensaje que habías recibido por su parte y que te había dejado un tanto inquieta.

Los comentarios entre clases y los cuchicheos en los pasillos tampoco habían sido los mejores, había tomado todo tu autocontrol para no responderles que todo era mentira y que dejaran de difundir chismes viejos y que nunca fueron verdad, pero no podías hacer mucho, te detenías a ti misma antes de soltar tu boca.

Cuando un tintineo de llaves se escuchó al otro lado de la puerta, tomó el mismo tiempo verlo cruzar antes de que llegaras y te cargara entre sus brazos, reposando sus manos por inercia en la parte de atrás de tus muslos y cerrando la puerta con su pie.

—Hey, eso fue inesperado.—Mostró un gesto divertido, pero notaste que en sus mismas facciones se miraba agotado.

—Ya quería verte, me preocupó tu mensaje.—Confesaste con un leve sonrojo.

Hizo el ademán de dejarte en el piso, pero te aferraste a su cuello con tus brazos.—Cariño, estoy sucio y me la pasé sudando todo el día, no quiero que estemos así cuando no estoy limpio.

—Tonterías, cada que vuelves de entrenar te abrazo y nunca te quejas, ¿Qué es lo que lo hace diferente?

—Que es entrenamiento, ahora me la pasé limpiando todo el campus y encontrándome con cosas tan desagradables que dejan tanto detrás de las gradas como a simple vista, solo no me siento a gusto de esta manera.—Gruñó ante lo dicho con una mueca de desagrado al recordarlo.

—Entonces vamos a limpiarte, te ayudaré.—Sonreíste bajando de su cuerpo y tomaste de su mano, guiándolo hasta el baño donde habías simulado una bañera con agua lo suficientemente caliente para que pudiera relajarse y que descansara mejor.

Sabías que, aunque él no lo admitiera, le encantaba cuando lo consetías de esa manera; Y es que tenías el detalle de que cada que recibías un mensaje suyo sobre que se encontraba cansado o apenas podía con su vida, le preparabas un baño relajante y lo consentías lavando su cabello o simplemente adornando el pequeño espacio con sus lociones favoritas y dejándolo reposar en el lugar. 

Además, amabas cada que se sonrojara y trataba de esconder esa sonrisa suya cuando algo le gustaba lo suficiente pero no le gustaba admitirlo, tratando de restarle importancia. Siempre pensabas que podría aparentar ser intimidante en clases, espantando a todos y siento la persona menos socialista que pudieras conocer; pero cuando llegaban al condominio que compartían, se volvía todo empalagoso y necesitado de atención, casi podrías hacerle comparación a un gran niñote.

Se desvistió hasta quedar en su ropa interior y entró a la bañera, haciendo que te sentaras detrás tuyo en el borde de la misma y pasaras tus manos sobre sus hombros, estrujando la zona con toques delicados y con leve presión.

—¿Me contarás lo que sucedió hoy?

Rechistó al principio, y después de un momento de silencio, habló.—Malinterpretaron toda la situación, jamás intenté lastimarlo como lo relató, solo quería defender al otro chico que estaba agrediendo cuando llegué.

—¿Y el otro chico no apoyó tu versión?

Asintió.—Pero discutieron con que yo lo había amenazado de que dijera eso y no le creyeron aunque casi se puso histérico por ello. Me mandaron a detención y el encargado me puso a limpiar todo el campus, el chico me ayudó un rato, pero le dije que se marchara o sería peor si lo vieran ahí ayudándome, por lo que no se quedó por mucho tiempo. Mañana tengo que volver, no les pareció suficiente el castigo de hoy.

—Eso es injusto, ¿Cómo pueden no creerle a la víctima y hacerte el responsable sin pruebas congruentes? 

—Porque soy la persona menos indicada para creer que defendería a quien lo necesitara, el que lo agredió es parte del cómite de alumnos por lo que es casi imposible que puedan reprenderlo, es como el prototipo de alumno perfecto y el consentido del director, es obvio que no me creería cuando ese señor me detesta.—Se quejó cerrando los ojos, disfrutando de tu toque contra su piel sensible. Toda la tensión que se acumulaba sobre sus hombros se iba disipando de la zona.

✎ Imaginas (III) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora