▾ Cambios

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Sabías que lo que estabas haciendo no estaba bien, y aunque no lo aprobabas, no podías ocultar la extraña sensación que te recorría en cada toque intencional que se daban, o aquellas miradas compartidas durante las reuniones en las que coincidían.

¿Lo malo? Tenías pareja, y aquel chico con el cual te habías sentido atraída repentinamente se trataba de su mejor amigo. ¿Que podría ser peor? 

Y no entendías como cambiaron tus sentimientos, suponías que se trataba de la rutina que habían construido después de tanto tiempo de relación, sin salir a experimentar algo nuevo y simplemente teniendo un ciclo interminable con las mismas acciones y citas de siempre.

Extrañamente, todo se había vuelto aburrido para ti.

Todo había sucedido muy rápido, iniciando en aquella reunión donde habías tenido que ir sola, puesto que tu novio había tenido una reunió a la cual tenía que asistir. Te habías armado de valor y habías llegado a la residencia, pero llegando ahí, te arrepentiste.

—¡Hey! Por fin encuentro una cara conocida.—Y ahí había iniciado todo.

Al no conocer a nadie más, habían decidido pasar el resto de la reunión juntos; Con un par de copas encima y en el calor del momento a punto de culminar la noche, habían caído en los brazos del otro y de un momento a otro solo eran conscientes de la sensación de sus labios moviéndose en sincronía perfecta, avivando una llama en su pecho que no creían tener desde hace tiempo. 

Se habían detenido antes de que pudiera pasar a mayores; y cuando el calor del momento disminuyó y fueron capaces de meditar lo ocurrido. Habían partido por rumbos diferentes, con la excusa de haber estado lo demasiado ebrios como para saber lo que estaban haciendo, pero en cada ocasión en la que se encontraban y coincidían, la tensión se podía palpar.

Fue en una de las noches cuando hablaron sobre sus sentimientos, y fundidos en el deseo, habían aceptado iniciar con algo secreto hasta que pudieran hablar con sus respectivas parejas y terminar las relaciones en las cuales ya no eran felices. Pero cuando a la semanas él llegó con la noticia de haberse separado de aquel entonces su novia, y te cuestionó sobre como ibas con el progreso de terminar a tu novio, solo te limitaste a quedarte callada y caminar lejos de su encuentro. 

¿Por qué era tan difícil terminar esa relación en la cuál ya no lo amabas? ¿Por qué seguir atados cuando los sentimientos ya no eran correspondidos? 

Había llegado el momento en que la presión de él para hacer que te separaras de tu novio; Y tu novio sugiriendo dar un nuevo paso en su relación... Te sentías entre la espada y la pared.  

—Amor, ¿Estás bien?—Levantaste la mirada hacia donde tu novio hablaba mientras señalaba la comida frente a ustedes. Habían ido a comer después de largos días sin verse, pero conforme el tiempo pasaba, te sentías culpable y presionada para tomar una decisión.

—Claro, ¿Por qué no lo estaría?

—Has estado observando el plato desde que llegó, ¿Querías pedir otra cosa? ¿Quieres cambiar el plato? 

—No, simplemente estaba pensando en algunas cosas.—Sonreíste apenada y agarraste los cubiertos para comer.

Él sonrió y negó.—¿Qué tanto te está martirizando? Últimamente te veo muy centrada en tus pensamientos, sabes que puedes hablar conmigo, ¿Verdad?

Tragaste saliva y asentiste, tratando de ocultar tus nervios. Después de eso siguieron comiendo en una plática tranquila hasta que sentiste la necesidad de ir al baño antes de partir del restaurante.

—Vuelvo rápido y nos vamos.—Afirmaste mientras te levantabas y caminaste a paso apresurado hacia el pasillo donde habías visto el cartel de los baños, dejándolo en la mesa.

✎ Imaginas (III) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora