♥ Privado pero no secreto

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Para nadie era un secreto que te encontrabas en una relación privada, y es que nadie sabía con quién te habías juntado y lo mantenías de esa forma. No era porque te avergonzara o algo similar, simplemente disfrutabas de que fuera de esa manera y evitar que terceras personas se entrometieran cuando no tenían nada que ver en su relación. 

Pero, por lo mismo que era privada, muchas personas se negaban a creerte.

—Hey, ¿Qué tal?—Habló el chico que anteriormente habías visto acercarse con un aire de superioridad, anticipando a que se aproximaba.

Te encontrabas en clase de gimnasia, restaban un par de minutos antes de que el profesor los dejara irse por el resto del día, mientras solo te encontrabas en las gradas viendo a los demás compañeros andando por ahí y los últimos que se habían quedando haciendo los últimos estiramientos. 

—Hola.—Sonreíste con una mueca de por medio, aparentando ser amable. 

—Estuvo la clase algo agitada, ¿No?—Tomó asiento a tu lado mientras se ventilaba con su propia camiseta, para luego tomar el borde y levantarla para secar su frente. 

Ah, como conocías aquel gesto. Ni siquiera intentaste querer seguir con esa conversación, solo asentiste y seguiste viendo a los demás compañeros. 

—Me preguntaba si te gustaría salir conmigo, ya sabes, una cita solo nosotros dos para conocernos.—Sentenció cuando vio tu desinterés y recargo su peso  sobre su codo, haciendo parecer una pose incómoda pero con tal de mostrar su brazo flexionado. 

—Uh, lo siento pero tengo planes.

—Pero aún no te he dicho cuando.—Frunció el ceño en disgusto.

—Sí, pero realmente no estoy interesada en salir contigo, gracias por la invitación.—Te levantaste cuando el profesor dio la señal de que podían retirarse y aprovechaste para alejarte.

Pero claramente el chico no podía aceptar un no como respuesta. 

—No seas caprichosa, acéptame esta cita y no vuelvo a molestarte.

Volteaste con gesto indignado y arqueaste la ceja.—¿Caprichosa? Deberías de aceptar mi respuesta, estoy siendo amable y decirte que no, por favor deja de molestarme.

—¿A poco dirás qué tu novio no te deja? Qué patético.—Soltó una sonrisa burlona.—¿Siquiera existe ese tal novio que presumes? Apuesto que es solo una pantalla para alejar a todos.

—No tengo porqué compartir mi vida privada ni contigo ni con nadie, estará en ti si creerme o no pero no tengo porqué rendirte cuentas.—Soltaste con brusquedad, indignada por sus palabras.

—Deberías de dejar la farsa de tu novio falso, si esa es tu excusa para no aceptar citas deberías de ser más original.

—Y tú deberías de aceptar un no como respuesta, ¿Acaso eso hiere tanto tu ego?—Dicho eso te alejaste rápidamente del lugar, necesitando salir de ahí antes de querer regresar y propinarle un golpe en las partes nobles por tal hostigamiento. 

Tu celular vibró en el bolsillo de la sudadera, haciendo que lo sacaras y cuando viste el nombre de tu novio en el recibidor de llamadas, sonreíste por inercia. 

—Hola, amor. ¿Te gustaría que pasara por algo de comer antes de ir a visitarte? Pensaba que podríamos aprovechar que tengo el resto del día libre.—Cuando escuchaste su voz, sentiste que podrías relajarte. 

—Claro, suena bien.—Te encaminaste hacia la salida, queriendo llegar a casa.

—¿Sucedió algo? Te escucho un tanto apagada.

✎ Imaginas (III) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora