★ El enemigo del hermano

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Nunca habías imaginado que tener una relación en secreto tendría un impacto vibrante en tu vida; Y no era para mal, le traía aquella chispa que hacía falta desde hace tiempo y lo hacía más cautivadora. 

Hasta aquel día.

De todas las personas de las cuáles podrías imaginar entablar una relación, nunca imaginarías que se trataría de él, precisamente de la peor persona que aborrece tu hermano. Te encontrabas con la soga en el cuello desde que iniciaste aquella relación implícita, tan atrayente como jugar con fuego y creer poder controlarlo. Pero lo que no contabas, era que el fuego es impredescible, y tarde o temprano se propaga por todo el campo, siendo imposible apagarlo. 

Así que esa mañana mientras te dirigías al salón donde sabías que él se encontraría antes del inicio de clases, no esperabas escuchar lo que hablaba con sus amigos. No eras el tipo de personas entrometida, mucho menos en sus cosas porque no te gustaría que hubiera él contigo, así que preferías delimitar lo permitido. 

Pero cuando te acercaste a la puerta y antes de poder entrar te detuviste ante las fuertes carcajadas de personas dentro, te cohibiste pensando que si era correcto ir ahí, ¿Y si había más compañeros? ¿Cómo podrías explicar tu aparición repentina sin levantar sospechas? La diferencia de grados y asignaturas lo hacía imposible de cubrir, por lo que trataban de ser lo más discretos posibles. 

—¿Y qué se siente liarse con la hermana de tu peor enemigo? Debe de ser difícil.—Una voz cuestionó en medio de las risas.

—Él debe de estar revolcándose al saber de ello, que agonía de ese imbecil.—Las risas sonaron más fuertes y luego el silencio gobernó.

—No, él no lo hace. Tampoco es como que tengamos planeado decírselo, la convencí de no hacerlo y mantenerlo en secreto.

—¿Y ella aceptó? Me sorprende, siendo que está con el mariscal de campo, cualquier chica en su sano juicio alardearía de ello. Y ni imaginar, tener a tu hermano y novio pelear en la cancha, eso debe ser otra onda.—Los demás parecían de estar de acuerdo, lanzando algunos comentarios grotescos que te hicieron encorvar en donde estabas, indispuesta por sus palabrerías. 

—Lo importante aquí es, ¿Ya te la tiraste?

Otro silencio incómodo siguió.—Debo de confesar que estar con ella de esta manera tan privada y tener que escapar constantemente de su hermano y amigos es excitante.

—Y ante eso hay un pero.—Afirmó otra voz.

—Con razón estás tan amargado, no has logrado meterte con ella. Eso debe de ser frustrante, pero imagino que cuando lo hagas la dejarás, ¿No? Pero también me pongo en tu lugar, debe de ser incómodo besarla o siquiera pensar en llevar las cosas a otro extremo sin imaginar el rostro de su hermano, como si te remarcara con quién te estás metiendo. 

—No es eso, solo descubrí que no me apetece de esa forma, pensaba cortar con ella después del último partido de todas maneras.

—¿Pero ese no es el partido donde jugarás contra su hermano?

—¡Eres un gran hijo de perra! Te llevarás el triunfo de ese partido y el corazón lastimado de su hermana, premio doble.

Todos rieron, mientras que solo querías salir de ahí, pero antes de que pudieras apartarte y alejarte de dicho lugar, uno de los estudiantes pasó demasiado cerca de ti, por lo que cuando te giraste para ir por donde habías llegado, empujó tu hombro con el suyo haciendo que perdieras la estabilidad y terminaras apoyándote en el marco de la puerta, a la vista de todos. 

Antes de que pudieras levantar la mirada, escuchaste como maldijeron todos y sonreíste aunque parecía más una mueca.—Perdón, chicos. Ignoren de mi presencia, de todas formas ya me iba, sigan con lo suyo. 

✎ Imaginas (III) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora