★ Cansancio

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Estabas terminando de preparar la cena cuando escuchaste la puerta de la entrada siendo abierta, viste el reloj y sonreíste al ver que ya era su hora de llegada. Retiraste el mandil que habías usado para evitar mancharte durante la cena y te asomaste por el pasillo viendo como dejaba su maletín en la entrada y desabrochaba su corbata.

—Hola, cariño, ¿Cómo te fue?—Saludaste mientras te acercabas y te inclinaste para depositar un pico sobre sus labios.

—Hola, bien.—Contestó pero notaste un deje desganado de su parte, por lo que trataste de mirarlo a los ojos.

—¿Seguro? No te escuchas convencido, ¿Sucedió algo?—Colocaste dos de tus dedos debajo de su barbilla para levantar su mirad pero solo te ofreció una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos.

—Estoy bien, en serio. Solo estoy algo cansado, iré a ducharme y volveré para que cenemos juntos, ¿Si?

Asentiste aunque no te convenció su respuesta pero decidiste besar su mejilla antes de volver a la cocina y comprobar como iba la cena. Cuando escuchaste la puerta de la habitación y el silencio que llegó después de ahí solo te limitaste a apagar la estufa y poner los cubiertos y platos sobre la mesa mientras hacías tiempo.

Usualmente no tardaba mucho en ducharse, por lo que te pareció extraño que hubiera pasado un lapso largo desde que entró a la habitación y decidiste ir a comprobar antes de que la comida se enfriara.

—¿Amor? La comida se enfriará pronto.—Anunciaste empujando la puerta y te sorprendiste de verlo sentado en la orilla de la cama con la mirada baja.—Oh, pensé que seguías en la ducha, ¿Por qué no te cambias? Vas a resfriarte.

Te acercaste donde tenía depositada la ropa que se pondría y viste un leve temblor recorrer su cuerpo, y fue cuando te diste cuenta que sus hombros temblaban mientras la manga de la bata de baño que traía puesta estaba cubriendo la mitad de su rostro mientras sorbía.

—Hey, cariño, ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal?—Te colocaste delante de él mientras sostenías la camiseta blanca que se pondría cuando sentiste su rostro ocultarse sobre tu vientre y sus brazos envolviéndote para acercarte más a él.

Pusiste por inercia tus manos sobre su cabello aún húmedo, sintiendo tu pecho apretaste al escuchar los leves sollozos que desgarraban su garganta y como su agarre se aferraba a tu cuerpo como si su vida dependiera de ello.

—Háblame, ¿Te pasó algo en el trabajo? ¿Te hicieron algo que no querías? ¿Tu jefe te está molestando?—Cuestionaste preocupándote al no recibir respuesta, necesitando de que hablara para poder calmarte.

Negó a tus preguntas y suspiraste, siguiendo dando leves caricias a su cabello y dejando la camiseta caer a la cama sin importar ya. Te inclinaste para reposar tu mejilla sobre su cabello aunque estuviera aún mojado y cerraste los ojos, deseando saber lo que sucedía.

—N-no sé, me si-siento cansado.—Susurró entre sollozos, dificultando el habla por el llanto y los hipos.

—¿Has tenido demasiado trabajo?—Cuando asintió, comprendiste lo que sucedía.—¿Te están dando demasiada presión?

—Y-yo me esmero por ese as-ascenso, pero ellos n-no han sido justos conmigo.

—¿Quiénes? ¿Tus compañeros?

Asintió, separando su rostro de tu vientre y talló sus ojos.—Pensé que sería una buena oportunidad, pero ya no lo quiero.

—¿Te molestan con ello? ¿Desde cuándo pasa esto?—Frunciste el ceño mientras unías la información que te daba. 

—Mi jefe me pidió que inscribiera en ese concurso para ganar un ascenso, yo lo hice pensando que sería bueno y quería sorprenderte, pero fue mi peor error.—Apartaste el cabello que cubría su frente y cerró los ojos cuando sintió tus manos sobre sus mejillas.—Trabajé duro para entregarlo y él me felicitó, sabía que no lo decepcionaría y estaba en planes ese ascenso, pero cuando los demás supieron iniciaron con sus bromas y hasta meterse en mi oficina para sabotearme, tenía que entregar un último trabajo que me solicitó para el día de hoy pero no lo encontré y sé que ellos tuvieron algo que ver pero no tengo como demostrarlo.

—¿Y las cámaras? Debe de haber alguna cámara ahí, o alguna persona que los haya visto.

—Nadie dijo nada, quedé mal con mi jefe y dijo que por mi irresponsabilidad de no haberlo hecho estoy culpando a los demás para quedar bien. Cuando él se fue todos se rieron y dijeron que era demasiado ingenuo como para pensar que merecer ese ascenso con el poco tiempo que llevo ahí. Llevan molestándome desde hace semanas pero trataba de ignorarlos pensando que si me asignaban el siguiente puesto ya no tendría que verlos, pero no sucedió y no quiero presentarme mañana, no al saber como seguirán con sus burlas y miradas.—Sentiste una leve sensación de malestar sobre tu pecho, sabiendo que él te había ocultado todo ello pensando que estaría mejor pero no había salido como imaginaba.

—Cariño, debiste de decirme. Sé que no tengo poder sobre ellos ni nada pero si llegas a casa es para quitarte todas esas penas y saber que estoy aquí para recibirte con los brazos abiertos para escucharte. Si tu jefe te sugirió ese ascenso es porque sabe que eres su mejor empleado, pero que luego diera esa suposición de ti lo deja ver mal, a lo mejor quedó influenciado por tus mismos compañeros y al ser nuevo no te dio mucha ventaja. Si no te sientes cómodo en un trabajo entonces, ¿Qué sigues haciendo ahí? Estamos bien, no tienes que presionarte por traer dinero a la casa porque también trabajo yo, sabes que no nos falta nada mientras nos tengamos y no vamos a quedarnos sin hacer nada por gusto, así que si no te sientes bien ahí porque el ambiente es un tanto tóxico, te sugiero pedir tu renuncia hasta que encuentres un lugar donde se acople a tus necesidades y a lo que realmente buscas en el trabajo.

—Tardé tanto por conseguir este empleo como para dejarlo después de un par de meses.

—Sí, pero no fue lo que pensabas, ¿Piensas llegar todos los días con un mal humor por tus compañeros de trabajo? Odiarás aquel lugar por el cual habías soñado tanto. No puedo interferir más en tus decisiones pero solo quiero que sepas que aquí estoy, no tienes que ocultarte ante a mí o fingir que todo está bien porque me tienes para apoyarte, ¿De acuerdo?

Asintió y depositaste castos besos por todo su rostro hasta que le sacaste una sonrisa, lo que tomaste ante ello como una victoria. 

—Vamos a cenar, ¿Si? Luego podemos hablar más a fondo de esto pero necesito que termines de cambiarte porque no quiero que te enfermes.

—Entendido.

—Bien.—Sonreíste antes de que se levantara para juntar sus labios contra los tuyos en un dulce vaivén antes de meterse al baño y terminar de alistarse. 

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Ayer antes de dormir se me ocurrió esto y me quedé como omg tengo que escribirlo, en lo personal mis imaginas favoritos son los que él tenga que buscar un soporte en ella, mostrando un lado vulnerable mientras que ella le da el apoyo que necesite, idk. 

Me sorprendió el día de ayer que publiqué el imagina y me llenaron las notificaciones, estoy agradecida por todo su apoyo y comprensión <3 no sé que hice para merecerlos pero los quiero a cada uno de ustedes, gracias por su paciencia y todo el amor que le dan a los imaginas. 

✎ Imaginas (III) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora