Te encontrabas refugiada en el viejo departamento que en alguna ocasión lo consideraste tu hogar. Aquel donde todos tus recuerdos buenos y amorosos albergaban, aquel departamento donde antes ibas a refugiarte cuando algo no salía bien y necesitabas pensar las cosas.
Y en ese momento, tenías mucho de que pensar.
Ocultaste tu rostro entre tus manos, las lágrimas ya no abundaban en tus ojos ni en tus mejillas, simplemente ya no sentías esa necesidad de llorar porque ya sabías tu respuesta. Te habías acoplado a ella que creías que era lo mejor, no, no lo creías, lo sabías en el fondo.
Pero no te encontrabas segura de poder expresarlo sin lastimarlo.
Tu celular sonaba a lo lejos; La lluvia salpicaba contra las ventajas mientras todos corrían despavoridos para refugiarse. No sabías que hora era, tampoco tenías la intención de comprobarla, solo querías que todo se detuviera aunque sea por un minuto.
Cuando la puerta sonó con el característico tintineo de las llaves sabías de quien se trataba. Demasiado rápido, más de lo que imaginabas.
—¿Cariño, estás aquí? ¿Hola?—Su voz resonó por todo el condominio y apretaste los ojos.
No contestaste, te mantuviste serena a mitad de la habitación mientras veías la vieja caja de madera frente a ti con todos los recuerdos.
—Hey, pensé que no estarías aquí, no contestabas.—Habló en cuanto entró a la habitación, sentándose a tu lado.—¿Por qué estás aquí? ¿En qué necesitabas desahogarte?
Cuando puso su atención a la caja rente suyo y a las fotos esparcidas, frunció el ceño sin entenderlo. ¿Trataba de ustedes? ¿Estabas pensando sobre su relación? ¿O solo habías ido a refugiarte en ellos como las veces pasadas?
—¿Me sigues amando?—Preguntaste volteando la mirada hacía él, tratando de analizar su expresión.
—Claro, te amo tanto como la primera vez que te ví, ¿Por qué?—Sonrió mientras estiraba su mano y apartaba un mechón de tu cabello de tu frente.
—¿Realmente me sigues amando de tal manera?
—Por supuesto, ¿Tú no?—Siguió sonriendo, hasta que no obtuvo una respuesta de tu parte y el silencio gobernó en la habitación.
Te había descubierto, el motivo del porqué te encontrabas ahí tratando de conectar una vez más con lo que fueron antes, pero sin lograrlo.
—¿Tú no?—Volvió a repetir, con miedo.
—Vine aquí pensando que podría sentirme nostálgica, igual de enamorada como lo fui contigo hace un par de años, ¿Sabes qué es lo que descubrí? Que aquí ya no es mi lugar seguro, aquí ya no puedo pensar porque todo me recuerda a ti, se convirtió en un espacio forzado para pensar en el otro y saber que algo hicimos mal. Antes amaba poder estar aquí y recordar cada momento en el que cada fotografía fue tomada, recordar como construimos este departamento y lo convertimos en nuestro propio espacio de calidez, pero cuando quisimos agrandarnos y conseguimos todo lo que queríamos noté que ya no era feliz con nada de ello. ¿Realmente lo queríamos de esa manera? Cuando menos imaginaba nos estábamos mudando a una residencia desconocida, nuestros trabajos se volvieron nuestra prioridad y nuestros intereses cambiaron con el tiempo. Cada día las peleas eran más constantes, y terminabámos aquí como si estuviera la respuesta pero la verdad es que aquí jamás hubo algo, solo nos aferrábamos a cuando nos amábamos y era recíproco, cuando éramos solo tú y yo y nadie interfería.—Tomaste aire y colocaste tus manos sobre su mejillas empapadas en lágrimas.—Te amé, no sabes cuanto, pero me temo que no fue eterno y con el tiempo se fue extinguiendo hasta tenerte solamente respeto y admiración por el hombre independiente y amable en el que te convertiste a como nos conocimos por primera vez.
—¿De-dejaste de a-amarme?—Susurró con un tono bajo, quebrándose su voz por lo bajo.
—El amor no es eterno, nada es eterno ¿Verdad? Tú mismo lo dijiste aquella noche. Pero puedo decirte que todas aquellas palabras que te dije antes eran verdad, cuando te decía que te amaba y que te adoraba lo decía desde el corazón, cada caricia siempre fue correspondida, cada gesto y mirada, jamás mentí en ello. Pero ahora que soy consciente de mis sentimientos y de todo, no quiero vivir en una mentira de la cual solo vamos a salir lastimados tarde o temprano, ni tú ni yo merecemos vivir en una burbuja que en cualquier momento explotará y la verdad nos golpeará con fuerza.
—Pero si yo te sigo amando, puedo amar por los dos hasta que puedas aclarar tus pensamientos, probablemente solo es un desliz y podremos superarlo juntos, confía en mí.—Aferró sus manos sobre las tuyas contra su rostro, aprisionándolas con una mínima de fuerza, mientras mostraba en sus ojos una chispa de esperanza.
Soltaste un suspiro y negaste.—No me estás entendiendo verdaderamente. Te amé todos estos años, realmente lo hice con todo lo que podía, pero estoy en ese punto que ya sé que no es recíproco. No te amo como tú me amas y no podría volver hacerlo, porque ya no veo de la misma manera que antes, con aquellos sueños y aspiraciones cuando estudiábamos, cuando eramos solo unos chiquillos. Ahora somos adultos, cambiamos constantemente y con ello nuestros pensamientos, ya nada es igual y las cosas cambian, debes de entender eso. Mi amor a ti solo se transformó en respeto y admiración, tienes una parte de mi corazón por tantos años juntos y por la buena forma en que me trataste, pero no puedo brindarte más que ello porque ya no lo siento de esa manera.
Su mirada conectó con la tuya, transmitiendo toda la desilución y pérdida que estaba sintiendo en ese momento. Sentiste una lágrima rodar por tu mejilla, siendo la primera después de tanto tiempo ahí, pero no sentías esa necesidad de llorar, aunque te doliera verlo de esa manera.
Mientras que antes dabas tu vida por verlo feliz, ahora solo dabas una mano para consolarlo y que siguiera adelante.
—En un tiempo más sabrás a lo que me refiero y me lo agradecerás, ahora aún todo es muy reciente y no lo verás de esa manera. Te agradezco por tantos años juntos, pero aquí termina nuesta historia.—Besaste su mejilla y te apartaste para guardar las fotos y demás en la caja de madera, cerrándola antes de levantarte y buscar tu abrigo reposando sobre la cama.
Y sin mirar atrás, saliste de la habitación, necesitando escapar de ahí antes de que siquiera las cosas pudieran empeorar.
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Sinceramente es uno de mis imagias favoritos de este libro, lo escribí con la playlist más triste que pueden imaginar y terminé llorando.
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✎ Imaginas (III) ✓
De TodoEfectivamente, estás leyendo bien, este es el tercer libro de imaginas ;) Inicio: 18/Mar/2022. Fin: 21/Dic/2022.