PARTE 34°

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Los días en Bangkok concurrieron cómo siempre. El sol salió y parecía verano, menos en la habitación de Nanon.

Nanon parecía vivir en una nube negra llena de agua y relámpagos.

Habían pasado varios días desde que se enteró todo. Ohm había hablado con él y quedaron en buenos términos, pero no estaría con Ohm.

Lo castigaría por agarrarlo de tonto.

– Hermanito, ¿Vas a seguir hundiéndote en tu miseria ficticia?

– ¿Ficticia?

– ¿Dónde estaba la gracia si te lo decía, Non?

– ¿La gracia?

– Si te lo decía ¿Estarías así de 'contento'?

– ¿Contento?

– ¿Vas a repetir cada palabra?

Nanon miró feo a Nonnie.

– Ohm preguntó por ti, cómo todos los días. Ha retomado el liderazgo del equipo de baloncesto. Deberías hacer lo mismo.

Nanon mostró un puchero sin intención.

– Por cierto, no me dijiste que habías terminado con tu enamorada.

– Ex.

– Sí bueno, ex. El asunto es que no me lo dijiste.

– Se molestó, me tiró una cachetada y ahí terminó todo.

– ¿En serio?

– Sí.

– Pues yo te iba a chismear que te estaba poniendo los cuernos con tu mejor amigo.

– ¿Otra vez Ohm?

– ¿Así que aún lo consideras mejor amigo?

– Cierra la boca.

Nonnie rió, era fácil molestar a su hermano.

– Ayer la vi con Ángel, uno de los chicos de baloncesto de tu universidad.

– ¿Ángel?

– Pero cómo ya terminaron, ni modo. Me quedé con las ganas de hacer una maldad.

– Monse.

El teléfono de Nanon sonó. Era Ohm.

– ¿No vas a responder?

– No.

– ¿Y si está en apuros?

– Ojalá le reinicien el cerebro.

Sin perder un segundo más, respondió.

Ohm estaba bien, le había dicho que acordó con sus amigos en salir a tomar a un bar dentro de un par de días.

Por supuesto que Nanon no había aceptado, aún no quería ver a Ohm. Aún estaba molesto con él por tomarlo por tonto.

Asistía a la universidad, veía a Love y la saludaba sin problemas.

Love como siempre andaba cariñosa con todos.

– Hola Non.

Nanon le devolvió el saludo.

– ¿Aún no has perdonado a Phi Ohm?

Él solo sonrió.

– Aún sigo un poco molesto.

– Ohm te extraña. ¿Tú no lo extrañas?

Nanon sonrió mientras palmeaba suavemente el hombro de la más pequeña.

– Me contó Ohm que le soltaste un puñete cuando te contó todo.

(TERMINADA) TENSIÓN SEXUAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora