PARTE 23°

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Nanon tenía apagada la luz de su habitación, mientras su antebrazo posaba sobre su rostro, tratando de calmar su agitada respiración.

En su mente aún estaba vívida cada cosa que hizo con Ohm en su departamento sin estrenar.

Su mano recorre sus pectorales, su estómago y su bajo vientre. Está misma mano está ahora debajo de sus shorts, masturbándose lentamente para luego rozar su zona apretada, aquella zona llena de pliegues de difícil acceso

Ambos aún estaban vestidos con la ropa inferior. Nanon se debatía si le debía decir que se quitará los calzoncillos que era lo único que impedía el roce total de sus pieles y era también lo único que cubría las partes íntimas de ambos.

Las piernas de Nanon estaban a cada costado de las caderas de Ohm, abiertas de par en par.

Sus manos recorriendo el pecho de su amigo.

Su mirada borracha de deseo al igual que el receptor frente a él.

– Bésame.

Ohm obedeció cómo una oveja.

– Sostén mis piernas y colócalas alrededor de tus caderas.

Ohm hizo con precisión todo lo que Nanon le indicaba.

– Ahora… Empuja tu pelvis contra mi c…

Sin previo aviso, Ohm empujó su pelvis contra las nalgas de Nanon, quien soltó un gemido sin querer.

Solo quería tener a Nanon completamente desnudo, quería penetrar a Nanon. Quería hacerlo suyo.

Ohm estaba perdido.

Los primeros empujes fueron lentos, casi como una débil muestra de lo que podía hacer Ohm con su pelvis. Alejaba su cuerpo y empujaba lento, pero firme.

Poco a poco los empujes elevaron su ritmo, su constancia.

– Dime Non, ¿Así está bien?

Ohm empujaba fuerte sobre los calzoncillos de Nanon.

Para su 'desgracia', la tela de esta prenda era ligera y Nanon podía sentir toda la erección de Ohm sobre sus nalgas, chocando una y otra vez, queriendo rasgar la tela de los calzoncillos.

El deseo se hacía presente a través de sus ropas interiores.

Nanon sentía que el aire de sus pulmones se había esfumado totalmente.

Podía ver desde su posición el cuerpo trabajado de Ohm mecerse de atrás hacia adelante, empujando sobre él.

El rostro y cuerpo de Ohm estaban perlados por el sudor, al igual que el suyo.

Su cuerpo se ondulaba ante cada estocada. Se retorcía por el placer que estaba recibiendo.

Las venas resaltaban en el cuerpo de su amigo, sobre todo en sus brazos y manos.

La forma en que lo sostenía, hacían delirar a Nanon.

No imaginaba a nadie debajo de Ohm. No quería ver a nadie más ocupar el lugar que tenía ahora.

Ese lugar era suyo, solo suyo.

Estaba celoso de la futura novia de Ohm, aunque no tuviera un rostro ahora. La odiaba.

Cómo pudo agarró de los cabellos a Ohm y lo atrajo hacia él, dónde fundieron sus bocas en un apasionado beso.

Empezó a succionar la piel de Ohm, alrededor de su cuello sobre todo. Nadie podía saborear esa piel a excepción de él.

Acercó el cuerpo de Ohm al suyo y empezó a arañar su espalda, dejando marcas de su placer.

Ohm empezó a hacer círculos con su cadera elevando el líbido de Nanon, quien ahora lanzaba gemidos un poco más fuertes.

Las 'clases' que se estaban impartiendo y recibiendo, eran tan buenas, que parecía real, pero que no lo eran… porque ellos solo estaban practicando.

Nada era real porque ninguno de ellos es gay.

Ohm se dedicó por varios minutos a decorar el cuello de Nanon también, hasta el punto en que Nanon sabía que el día siguiente estaría lleno de chupetones de colores. Y le gustaba la idea.

Ohm levantó una pierna de Nanon un poco más, hasta colocarla sobre su hombro.  Y los empujes iniciaron un vaivén seductor… que fue interrumpido.

Ding Dong

El sonido del timbre los sacó de su ensoñación y tan rápido como pudieron se vistieron.

Sus erecciones dolían al extremo dentro de sus prendas.

El timbre volvió a sonar al igual que el celular de ambos chicos empezó a sonar casi al mismo tiempo.

– Abre las ventanas.

Nanon hizo lo que Ohm le había indicado, mientras este último abría la puerta.

– ¿Tanto demoraste en abrir?

Love entraba un tanto indignada al departamento junto a Nonnie.

– ¿Por qué huele raro? –Preguntó la menor de todos.

Nonnie sonrió al saber a qué olía.

– Love, acompáñame a comprar helados –Dijo Ohm para distraer a su hermana.

– Pero si hace frío.

Nonnie miró a su hermano y luego a Ohm, entendiendo todo.

– Ohm, yo voy con Love a comprar los helados.

– Pero si recién llegamos y hace frío.

– Compremos helados y cafés calientes.

– ¿Quién en su sano juicio comería helado en invierno?

– Tu hermano y el mío. Ahora deja preguntar y vamos.

– Okey –Nonnie empujaba a Love hacia la puerta de salida– Y abran todas las ventanas, apesta a raro.


¿Con qué cara miraría mañana a Ohm?

Habían llegado lejos, pero no tanto como hubiese querido. Aún así, se sentía extraño.

Se supone que solo iba a enseñarle a Ohm a cómo… tener sexo.

Fuck!!!

Solo le enseñaría…

Entonces…

¿No soy hetero? ¿Qué soy?

Nanon quería llorar.

Nanon estaba confundido.

(TERMINADA) TENSIÓN SEXUAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora