Mi lugar (Drakey)

26

Las feromonas de Hakkai estaban descontroladas, se acercó lentamente a la pareja, Takemichi tembló.

-¿Qué quieres? - Taiju se puso delante del omega.

-¿¡Tú qué quieres!? ¡Tu olor estaba en Taka-chan! - Al comienzo Taiju pensó en explicarle que no era lo que pensaba a su hermano, pero las feromonas de Hakkai marcaban territorio y eso hacía que sus instintos se pusieran en guardia.

-Hakkai-kun. - Se escucho la temblorosa voz del único omega en el lugar. - Taiju-kun no haría eso.

-¿Tú también Takemichi? - El rubio de manera inconsciente retrocedió, se sentía intimidado.

-No le hables así. - El mayor que tenía la mandíbula tensa por la furia que se propagaba por su cuerpo, dio unos pasos hasta quedar a unos centímetros de Hakkai. - Ahora largo de aquí.

-¿Por qué no me golpeas? ¿No quieres que te descubran? - Soltó con ironía. - Que sigues siendo la misma mierda que nos maltrató a Yuzuha y a mí todos estos años. - Los colmillos de Hakkai aparecieron.

-Lárgate. - Taiju dijo entre dientes.

-Hakkai-kun, por fav-

-¡Cállate Takemichi! - El omega sollozo. - ¡Aléjate de Taka-chan, él es mi destinado! - Bramo. - Que tu destinado te abandonara no es mi problema.

El menor de los Shiba se dio la vuelta dispuesto a irse, sus palabras habían calado hondo en su hermano por lo que su mirada era ausente.

-Hanagaki. - Llamo suave, lo que asusto más al omega, conocía ese tono de voz, el rubio prefería escuchar al alfa gritar y rezongar que escucharlo con esa calma. - Vete o ve con el enano.

*-Taiju-kun. - El rubio intento usar su voz de omega, el peliazul lo ignoro y avanzo.

-¡¿Asustado de que Mitsuya se dé cuenta que no vales la pena?! - Hakkai se detuvo, la sádica sonrisa de Taiju lo recibió al voltearse. - Te recuerdo que eres mi hermano, así que, si soy una mierda, tú también lo eres, de la misma manera que nuestro padre lo fue. - Hakkai regreso sobre sus pasos, parecía hipnotizado por las palabras de su hermano. - ¿Y sabes que más viene de familia? No proteger a tu omega.

-Cállate.

-La basura de nuestro progenitor dejo morir a mamá, mi destinado como bien sabes me abandono. - La sonrisa desapareció de sus labios. - Me da pena Mitsuya, el merece alguien mejor, no a un cobarde que deja que su hermana reciba golpes por él.

-Cállate.

-Pero él es listo, solo tengo que esperar a que Takashi se dé cuenta de quien le conviene.

Hakkai no soporto más y se abalanzo contra Taiju.

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¿Desde cuándo no sabía qué hacer?

Realmente el día estaba aburrido, termine todos los trabajos que me pidieron en el burdel por lo que estaba libre, lo normal sería que fuera a buscar a Mikey, tenía dinero extra por los trabajos así que podía gastarlo cumpliendo sus caprichos, pero no quería espantarlo.

Los mensajes con el pequeño omega aumentaron considerablemente, Mitsuya tenía razón, era la manera perfecta de cortejar al rubio. Mandaba fotos y me contaba de su día, en ocasiones nos poníamos a recordar tonterías y nos quedábamos hasta muy entrada la noche despiertos, todo era tan nuevo y me gustaba.

Lo que era difícil es mantener a raya a mi alfa, en la escuela lo seguía buscando incluso ahora en la calle mientras caminaba sin rumbo sentía que lo buscaba.

-Si conociera su aroma sería más fácil.

Un conocido olor llega a mi nariz, salí de mis pensamientos para ver que me encontraba en la tienda de taiyakis, suspire, realmente estoy programado para cumplir sus caprichos.

Entre a la tienda decidido a comprar, mañana lo sorprendería con estos taiyakis en su pupitre, ver la sonrisa que Mikey ponía al ver mis regalos se habia convertido en mi más grande orgullo. Desde que salió su segundo genero no lo veía feliz, así que esas sonrisas furtivas que se le escapaban eran mi tesoro, un tesoro que veía de lejos.

Mitsuya me dijo que esperara a que el viniera mí, decirlo es fácil, cumplirlo es lo difícil. Ver como Taiju Shiba y Baji iban a recogerlo a la escuela me provocaba un mal sabor de boca, Mikey se iba feliz con ellos.

Sacudí mi cabeza intentando eliminar esos pensamientos, no espantare a Mikey, solo tengo-

-Quítate, tótem, no me dejas pasar. - Apresurado voltee. - Ocupas mucho espacio y quiero comprar mis taiyakis. - Bufo. - Aunque. - Una sonrisa delineo sus perfectos labios, pase saliva con dificultad. - Ken-chin, cómprame taiyakis.

¿Qué respondí? No estaba seguro, balbucee algo y Mikey alzo una ceja intrigado y luego rompió a carcajadas.

-Sigue burlándote y no te comprare nada, enano. - Respondí tosco, mi rostro ardía y no sabía si era por vergüenza o por tener a Mikey por fin a mi lado.

-Ken-chin no seas malo. - Inflo sus mejillas. - Yo sé que quieres comprar. - Carraspeé y fingí fastidio por su capricho.

Como si nunca nos hubiéramos separado.

Al final compre los dulces que Mikey tanto quería, salimos de la tienda, el omega no hablaba, solo se dedicaba a comer feliz.

-No esperaba encontrarte. - Fue lo que dijo al comer su segundo taiyaki. - Pensé que saldrías con alguien hoy.

-¿Hm? ¿Por qué piensas eso? - Desde que me dejaste me la paso encerrado en el burdel, mordí mi labio para no dejar salir ese reclamo. - Me la paso del burdel a la escuela y viceversa.

Los penetrantes ojos de Mikey me examinaban, mi cuerpo tembló levemente pero no por miedo ya que le decía la verdad, si no de emoción, tenerlo tan cerca ponía mi mundo de cabeza.

-Tienes razón, Ken-chin. Que tonto soy al dudar de ti. - Por alguna extraña razón, sentía que no se refería a la pregunta que le acaba de responder.

Mikey avanzo unos pasos más, yo me quede de pie en el mismo lugar, él estaba de espaldas. El omega no daba indicciones de avanzar ni yo de irme, de repente volteo y nuestras miradas se conectaron. - Quiero mi menú infantil. - Sentencio con una suave sonrisa en los labios.

Me sonrió.

-Vamos. 

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Buenas madrugadas, les saluda Ale, actualizando muy temprano xD el segundo capitulo de la maratón, no pensé que me demoraría tanto. Con fe tengo el 3er capitulo para mañana a la misma hora y en el mismo canal. Agradecida como siempre por sus estrellas y comentarios <3 me gusta leerlos y me motiva a seguir.

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