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Abrí los ojos, a pesar de tener mi celo me sentía tan relajado, había podido dormir cuanto deseaba.

-Por andar pensando en Ken-chin y Emma no he podido dormir bien. - Susurre para mí.

Era irónico que esta habitación me traía más paz y seguridad que mi propio hogar.

-Su aroma es como el de Shin-nii. - Me senté y comencé a respirar profundamente, intentando llenarme de ese gratificante aroma, la habitación estaba impregnada de mi aroma y del de Taiju, el aroma del alfa intentaba opacar el mío, pero por mi celo mi aroma seguía siendo más fuerte.

-Por fin despertaste. - Taiju abrió la puerta y se recostó en esta con los brazos cruzados en el pecho. - Parece que ya estas mejor, no puedo creer que dormiste un día entero.

-Estaba cansado. - Alce mis hombros restándole importancia. - Tengo hambre. - Le puse mi mejor sonrisa.

-¿Y a mí q- Mi estomago gruño. - Tch, maldito enano aprovechado.

-¿Cómo puedes decirle eso a un pobre omega que está pasando por su celo? - Dije ofendido, aunque divertido porque a pesar de lo que me dijo no sonaba a ofensa.

-Vamos abajo.

-¿Abajo?

-Debes moverte, es malo que estés tanto tiempo en cama. - Parecía que meditaba lo que me quería decir. - ¿O estas cansado?

Quería burlarme del alfa, ¿En qué momento cambio?

-Si te vas a burlar mejor me largo. - Mis pensamientos se vieron interrumpidos por lo dicho por el mayor.

-¡Espérame! - Grite para luego reírme. - ¡No me dejes, idiota! - Me pare rápido de la cama solo para sentirme mareado y caer sobre esta.

Solté un pequeño grito por el susto.

-¿Qué paso? - Taiju volvió a aparecer por la puerta. - Dime que no estas jugando. - Su ceño estaba fruncido.

-No lo estoy. - Mis mejillas se pusieron rojas de la vergüenza, ¿Cómo podía estar tan débil? - Me puse de pie y me sentí mareado.

El mayor se acercó a la cama y me tendió la mano, aun avergonzado acepté la ayuda, me volví a poner de pie y el mareo regreso.

-Maldito gen omega. - Taiju puso su mano en mi frente tomando mi temperatura, luego suspiró y golpeó suavemente mi frente.

-Idiota, eso no tiene nada que ver con que seas omega. - Suspiro exasperado, torcí los labios. - Te pasaste todo un día en cama, tu cuerpo está asimilando que te vuelves a mover.

-Estoy en cama por el estúpido celo. - Refute. - Así que si es culpa de gen.

Taiju puso los ojos en blanco.

-Ponte tus zapatos y apóyate en mí.

-Puedo solo. - Intento soltarme y Taiju aumento la fuerza con la que me sostenía. - Cuando este sano te voy a recordar la patada navideña que te di.

-Sigue comportándote como un mocoso malcriado y te cargare.

-¡¿No te atreverías?!

-Rétame.

Nos miramos fijamente unos segundos, al final cedi a regañadientas, luego me la cobraría, me puse los zapatos y me dejé guiar por el mayor.

El primer piso me sorprendió, tantas mesas y sillas.

-¿Dónde estamos? - Miraba a todos lados, sabía que no era la casa de los Shiba porque la habitación en la que me encontraba no era tan grande como la de Hakkai.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora