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-¿Qué demonios le dijiste a Draken? - El omega puso los ojos en blanco.

-Hola a ti también Taiju.

-No estoy para esas tonterías.

-¿De qué te preocupas? - Alzo los hombros desinteresado. - Solo le dije que dejara de comportarse como un idiota. Por tu expresión se ve que funciona.

-No quiero que Draken juegue con el enano.

-Ya te dije que el eligió a Mikey por sobre su destinada.

-¿Y cuánto durara eso? - El omega suspiro cansado, la llamada del alfa lo había desconcertado y pensar que lo cito antes de tiempo para eso lo sacaba de sus casillas.

-Deberías dejar de andar a la defensiva, Mikey sabe cuidarse y Draken no tiene malas intenciones.

-Ya te dije, es fácil para ti decirlo porque no veras al enano triste.

-¿En estos días lo viste triste?

El mayor se mantuvo en silencio recordando el actuar del omega rubio, se veía tan feliz mandando mensajes, tomando fotos, seguía con sus labores en el restaurante, pero ahora su semblante era mejor.

-Se ve feliz.

-¿Entonces?

-¿Y si lo lastima? - El mayor temor del alfa era que el pequeño omega rubio que ahora estaba a su cuidado este triste, a pesar de lo que pensaran de él, el alfa realmente se preocupaba por Mikey. Y el solo pensar en que el alfa del tatuaje de dragón podía volver a lastimarlo le hacía servir la sangre. - No confió en él.

-Deberías hacerlo.

-No lo hare, desconfiare hasta que demuestre lo contrario.

-Recuerda que el que decide es Mikey, si el desea ser cortejado por Draken, tu no podrás interferir.

El alfa gruño molesto.

-Por cierto, Luna y Mana preguntaron por ti. - Taiju se calmó al escuchar de las pequeñas. - Dicen que quieren más dulces.

-La próxima vez te enviare la dirección del restaurante para que las lleves, mi nuevo ayudante prepara unos postres muy infantiles, realmente lo amaran. - Taiju pensó en el omega que mejoraba día a día en el arte de la repostería y en la sonrisa de felicidad que le daba cuando decía que el postre que preparo era rico.

Taiju salió de su ensoñación al sentir su pantalón vibrar, saco el celular de su bolsillo y leyó el mensaje que acababa de recibir, una suave sonrisa escapo de sus labios.

-Huele bien, ¿Quién te escribió?

-¿Qué?

-Tus feromonas, estas desprendiendo un aroma dulce. ¿Estas saliendo con alguien? No sentí este aroma desde-

-Desde nunca. - Soltó el peliazul sin contemplación. - No salí con alguien ni sentí algo como para desprender este aroma, ni con él lo hice.

-Perdón, no era mi intención. - El omega desvió la mirada, se encontraba avergonzado.

-No es necesario. - El mayor masajeo sus ojos. - Es mi culpa, lo siento. ¿Cómo está él?

-No sabría decirte, siempre anda con esa cara de aburrido, es difícil distinguir si está feliz o triste.

Taiju se rio.

-Tienes razón, es difícil. Y el bastardo ese ¿Lo está cuidando?

-Hasta donde vi sí. - Mitsuya comenzó a reírse. - La amenaza que le hiciste sirve de mucho.

-Mas le vale. - El celular del mayor volvió a anunciar otro mensaje, el alfa sonrió y se puso de pie. - Ya es hora de irme.

-¿Ya te esperan? - Dijo juguetón el omega. - Espero me lo presentes.

-Ya lo conoces. - Fue lo último que dijo Taiju antes de irse.

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-Taiju-kun buenas tardes.

Al llegar al restaurante fui recibido por el omega, no me sorprendía ya que me habia mandado mensajes de que vendría de visita.

-Buenas tardes, Hanagaki. - Me acerque a la puerta del restaurante y al abrirla deje espacio para que el omega pasara. - No esperaba que vinieras.

-Mikey-kun me dijo que necesitabas ayuda y que él se iba a demorar en venir. - Obviamente tenía que tratarse del enano y ese deseo de juntarnos.

-Gracias, ese enano siempre causando molestias.

-No es molestia, realmente me divertí. - La brillante sonrisa del omega me dejo sin aliento.

Hanagaki Takemichi no era precisamente un omega guapo, es más ni siquiera podía considerarlo lindo, según el enano era omega pero esa ausencia de aroma no era confiable, él podía pasar perfectamente como un beta porque tenía todas las características de uno, ser alguien "normal".

Los omegas siempre tenían algo que los hiciera resaltar sea su aroma o belleza, en el caso del enano tenía ambos, realmente Mikey podía ser el omega más perfecto e imperfecto según el punto de vista de la persona. En mi caso lo consideraría perfecto, su aroma es exquisito, tiene una singular belleza y es fuerte, aun así, no me sentía atraído, mientras más conozco al menor más lo veo como un pequeño hermano que me habría encantado tener. Seguro si él hubiera sido parte de mi familia todo sería distinto.

-Taiju-kun, ¿Me escuchas?

-Perdón, estaba pensando en unas cosas. - Ya estábamos en la cocina. - ¿Qué me decías?

El omega sonrió nervioso.

-No quiero ser una molestia.

-No lo eres. - Me apresure a decir. - Solo, tengo muchas cosas en la cabeza.

-Bien, ¿En qué te ayudo?

Le di una tarea sencilla la cual lo hizo horrible, ni Mikey que era un principiante fue tan desastroso, ver su rostro asustado y ese tono nervioso al hablar solo me causo gracia. Al final lo mande a lavar los platos, así no perdería más ingredientes, Hanagaki abochornado acepto.

Realmente Hanagaki Takemichi no es un omega lindo, no tiene nada de gracia, pero eso no quiere decir que no me guste. Desde la pelea en la iglesia no podía dejar de pensar en él, al comienzo pensé que era porque gracias a el Hakkai avanzo y mi sentimiento era de gratitud, pero mientras más pasaba el tiempo dudaba de que ese fuera el motivo.

-Taiju-kun ya terminé. - Me acerque a el al escucharlo. - Al menos puedo ayudar a lavar, puedes darme todos los platos u ollas que desees.

No pude contenerme y dejé escapar una estridente carcajada, el omega se sonrojo y desvió la mirada. Lo continúe viendo, su peinado es horrible, su forma de vestir lo es aún más, en su rostro podía divisar una que otra pequeña cicatriz de los golpes que el omega estaba acostumbrado a recibir.

¿Este omega tiene algo bonito?

-Intentare no ser una carga, Taiju-kun. - Hanagaki me vio directamente a los ojos, sus ojos, eran como el cielo, tan celestes y hermosos, al parecer si tenía algo bueno, inconscientemente mi mano se posó en su pómulo y acaricie su piel, esta ni siquiera es suave. A pesar de eso seguía hipnotizado, un gran sonrojo comenzó a expandirse en las mejillas del menor ¿Era una señal? ¿Podía continuar? Realmente no estoy acostumbrado a esta mierda del cortejo, Hanagaki me sorprendió al comenzar a cerrar sus ojos, no podía perder esta oportunidad.

Me agache poco a poco a la altura del menor, pocos centímetros nos separaban, podía-

-¡Taiju abre! ¡Sé que estás ahí! 

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Buenas madrugadas :D 2 actualizaciones seguidas <3 esta vez si me esforcé, para las personas que apostaron que Taka-chan es el destinado de Taiju por favor van dejando el dinero que perdieron xD 

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