Mi lugar (Drakey)

18

Al abrir mis ojos no vi a nadie a mi lado, ¿Takemicchi se fue? La luz del día entraba por una ventana alumbrando la habitación.

Me estire cuan largo era, había dormido bien como siempre, todo el lugar tenía el aroma de Taiju por lo que dormir era reconfortante. Me fui al baño a asearme un poco y luego fui a la habitación del alfa, al abrir la puerta vi que estaba vacía, su cama ya estaba hecha.

Aun bostezando baje al primer piso, ni bien pise el suelo escuche risas, podía reconocerlo, era Takemicchi. Al irme acercando pude distinguir mejor lo que hacían, el omega estaba lavando los platos mientras Taiju cortaba unas verduras. Me apoye en la pared viendo su interacción, el menor le preguntaba cosas sobre el restaurante, su timidez del día anterior desapareció y el alfa respondía con tranquilidad todas las dudas, el ceño fruncido del mayor se esfumo, se veía relajado. Estuve unos minutos observándolos hasta que Taiju noto mi presencia.

-¿Recién despiertas?

-Si. - Bostece. - No me despertaron.

-¿Para qué me vuelvas a atacar? - Bufo.

-Fue solo una vez. - Contuve la risa, ya el alfa me había intentado despertar en una ocasión, grave error, lo golpee mientras estaba dormido.

-Mikey-kun buenos días. - El menor ya había terminado de lavar.

-¿Días? Dirás tardes.

-Taiju-kun, recién son las 10 de la mañana. No es tan tarde.

-Lo que digas Hanagaki. - Dijo resignado. - Tu desayuno está en la barra, lávate y come.

-Ya lo hice. - Alce mis manos mostrándole que estaban limpias. - ¿Qué preparaste?

-Al estilo japonés.

-Uy, gracias. - Canturreé feliz, fui a la barra y me senté.

La comida como siempre, deliciosa, desde el lugar donde estaba tenía una perfecta vista a la ventana que mostraba la cocina. Mientras devoraba mis alimentos continúe viendo la interacción de esos dos, lo atento que Taiju podía ser, incluso note como en más de una ocasión Takemicchi se sonrojo por la cercanía del mayor.

Celos.

Odiaba esta sensación, ellos hacían ver que coquetear era tan sencillo cuando no lo era, desde que tengo mi segundo genero ando alejado de Ken-chin y no es justo, di otro mordisco, la comida me supo amarga.

-Al menos ellos pueden ser felices. - Bufé, alce mis piernas, puse mis pies en la silla, apoyé mi mentón en mis rodillas, no veía a un lugar fijo, me encontraba de mal humor.

Era tan injusto.

-Baja los pies de la silla. - El enorme cuerpo del mayor estaba del otro lado de la barra.

-¿O si no qué? - Moví mi rostro para otro lado.

-Entonces me llevare tus taiyakis. - ¿Qué? Me puse de pie y lo vi mejor, el mayor tenía en un plato unos 4 taiyakis.

-Ya estoy bien sentado. - Sonreí zalamero, Taiju soltó una carcajada y puso el plato delante mío. - ¿Por qué tan pocos? - Me queje.

-Aún es temprano para comer tantos dulces, agradece que te estoy dejando comerlos.

-Cheee, bueno ya que. - Agarre el primero y comencé a comer, Taiju agarro los platos sucios de mi desayuno y entro a la cocina.

¿En qué momento esto se volvió tan normal? Si alguien alguna vez me hubiera dicho que sería cuidado por Taiju Shiba, lo habría tachado de loco, porque en ese momento para mí el alfa era una de las peores escorias que tuve la desgracia de conocer, había golpeado a mis amigos sin contemplación y eso no se lo perdonaba.