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-El deber de un alfa es cuidar a su familia, ¿Entendido, Taiju?

-Si, padre.

Mi padre me dijo esas palabras a los 7 años, cuando mi segundo genero apareció, a pesar de ser solo un niño mis feromonas eran fuertes, no era un simple alfa, era uno dominante.

-De pie. - Gruño el enorme hombre delante mío.

-Si. - Ignore el dolor en mi estómago por el golpe recibido y no dude en levantarme.

-Debes volverte fuerte para proteger a tus hermanos, ponte en guardia. - Asentí y me puse en la posición que mi padre me enseño, debo ser fuerte. No debía confiarme en mi segundo género.

Protegeré a mis hermanos.

Esquive unos golpes, recibí otros, cuando ya no pude más caí inconsciente.

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-Tai-nii despierta. - Abrí los ojos al sentir que me movían, la zona que habían tocado dolía horrores.

-Hakkai, ¿Qué pasa? - Me levanté molesto, mi cuerpo se sentía pesado, vi los alrededores, estaba en mi habitación.

-Yuzu-nee ya preparo el desayuno. - Sonrió el pequeño peliazul, suspire fuerte e ignore el dolor, no quería asustar a mi hermano menor. Llevé mi mano a su cabeza y revolví sus cabellos, el menor sonrió y se dejó mimar, Hakkai se parece tanto a mamá.

-Iré un momento al baño y bajo.

-Si. - Respondió y me dejo solo en mi habitación.

Cuando estuve seguro que se fue me puse de pie y asegure la puerta, me acerque al espejo y me quite la camiseta que usaba, tenía varias manchas violetas en el estómago y brazos.

-Al menos son menos que al inicio. - Le reste importancia, soy un alfa y no tengo porque lamentarme unos cuantos golpes.

Los entrenamientos con mi padre cada vez eran más fuertes, el me conto que así entrenaban a los alfas en la familia, por lo que no debía quejarme, es algo que todos pasaremos.

Los Shiba está lleno de alfas, por lo que siempre nos enseñaban a pelear y a no dejarnos llevar por nuestro instinto, padre me enseñó a mantener controlado mis feromonas para no agobiar a los omegas que eran los más afectados por estas. Nuestro deber como alfa es proteger a nuestra familia y cuando tengamos a nuestro omega, cuidarlo de la misma manera.

Cuando estuve aseado bajé.

-Tai-nii, te demoraste. - Hakkai me recibió con una enorme sonrisa, él es tan diferente a todos los de la casa.

-Tai-nii, buenos días. - Yuzuha hablo calmada. - Vamos a comer, padre dijo que vendrá a recogernos para ir a ver a mamá.

El desayuno paso con tranquilidad, Hakkai era el que siempre tendía a hablar en toda la comida, Yuzuha le seguía y luego yo solo respondía si me preguntaban algo.

Para nosotros, ir al hospital era de lo más normal, nuestra madre siempre fue una omega débil por lo que necesitaba de más cuidados. Hakkai como el menor siempre que llegaba, se lanzaba a los brazos de mamá y se sentaba con ella en la cama, Yuzuha como siempre, seguía al menor.

Por otro lado, yo ahora como alfa, me quedaba de pie al lado de nuestro padre.

-Taiju, ven aquí. - Mi madre extendió su mano en mi dirección, volteé a ver a mi padre y el asintió por lo que feliz me acerqué a mi madre. - Cariño, tengo sed.

Padre asintió y se fue.

Lo único bueno de mi segundo género es que ahora puedo oler el aroma de mamá, sus feromonas son dulces, siempre me relajaban y me hacían olvidar todo lo malo.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora