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-¿Para mi? - Masamichi-san asintio mientras continuaba viendo su periodico.

-No puedes estar incomunicado.

-Yo... se los pagare. - El mayor cerro el periódico y lo dejo en el mostrador. - Ya estaba ahorrando para compra-

-Ken. - Me interrumpió. - Es un regalo de las chicas y mío, acéptalo y quítate la idea de que nos lo pagaras. - Asentí avergonzado y agradecí por el regalo para luego ir a mi habitación.

Masamichi-san y las chicas siempre se preocupaban por mí, cuando menos lo esperaba me daban este tipo de sorpresas, a su manera, ellos eran mi familia, sonreí ante ese pensamiento.

Saqué el celular de su caja y lo encendí, al ya estar para usar entre a mi correo, mandarle un mensaje a Mikey sería la mejor manera de estrenar el celular, el cortejo por los mensajes había sido de gran ayuda y no estaría mal volver a hacerlo. Escribí algo corto y lo borré, no me gustaba lo que escribía además recordé que estaría ocupado con su familia por lo que si le llamaba lo interrumpiría.

Mikey me dijo que estaría limpiando con su abuelo y Emma, la sola idea me daba risa porque el omega no es exactamente alguien que le guste hacer las labores del hogar. Vi de nuevo mi celular, mostrárselo seria la perfecta excusa para ir a su casa, me disculparía con el señor Sano por ir sin avisar y ofrecería mi ayuda, así podre pasar más tiempo con mi rubio.

La idea me gusto y sin más duda agarre las llaves de Zephyr y mi billetera para primero pasar a comprarle unos dulces a mi enano.

Al ya tener sus dulces conduje a la casa de Mikey, pero al voltear en la calle de su casa sentí un olor conocido, mi alfa gruño porque mientras más avanzaba a mi destino el aroma de las feromonas de alfa aumentaban, quería ignorar esas feromonas porque sabía a quién pertenecían, Taiju Shiba.

Ese horrible aroma que siempre rodeaba a Mikey se intensificaba, sentí un escalofrió recorrer por mi espina dorsal, Mikey no pudo haberme mentido, seguro las feromonas estaban porque habrá pasado por aquí, me intenté convencer, pero al llegar a la casa del omega no me sorprendió ver la Harley del alfa estacionado frente a la casa de los Sano, mi alfa gruño, mi sangre hervía.

-Es solo una coincidencia. - Hable para mí, mire la puerta y vi mis llaves, no necesitaba tocar porque hace mucho que Mikey me dio llaves de su casa.

Abrí la puerta haciendo el menor ruido posible y con sigilo camine, se escuchaban varias voces, respire hondo y me concentre en controlar mis feromonas que luchaban por salir y marcar territorio, luchar con el instinto alfa era lo peor.

-Al inicio no sabía ni romper un huevo. - Taiju hablaba con soltura, mordí con fuerza mi labio hasta hacerlo sangrar.

-Cállate. - Mikey también estaba, sentí una punzada en el corazón.

-Te creo Taiju-kun, Mikey casi incendia la cocina cuando le intente enseñar. - Se rieron.

-Lo que importa es que ya aprendió, Manjiro nunca deja de sorprendernos.

Mi pecho dolía, mi alfa lloraba al escuchar a nuestro omega tan cómodo con el otro alfa.

El prefiere estar con Taiju que conmigo.

Saque el celular de mi bolsillo, necesitaba respuestas, escribí lo primero que se me ocurrió y mande el mensaje.

¿Sigues limpiando? Puedo ir a ayudar.

¿Ken-chin?

Si, ¿Puedo ir?

-Oye enano deja el celular. - El solo escuchar su voz hacia mi sangre hirviera.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora